LIGA BBVA

Negredo hace lo justo para hundir al Real Zaragoza (0-1)

Un gol de penalti de Negredo cometido por Mateos sirvió al Sevilla para ganar en La Romareda. Un encuentro en el que los aragoneses fueron incapaces de hacer daño a Javi Varas y se sumergen en la penúltima posición de la Liga BBVA con el 0-1 final. La derrota deja a Aguirre en una situación complicada, con un punto sobre 18 posibles.

Zaragoza.- Derrota por 0-1 del Real Zaragoza frente al Sevilla y los aragoneses, que se hunden en la tabla, ahora sí están en descenso. Un partido en el que los hispalenses hicieron lo justo, pero les sirvió. Para superar a los de Marcelino García Toral, recibido con pitos e indiferencia, Javier Aguirre apostaba por dar continuidad al bloque en el que más confía. Eso sí, con la entrada de Ángel Lafita por Pablo Barrera en el extremo derecho. Difícil papeleta la que tenían que superar Juárez y Paredes ante la velocidad de Perotti y Jesús Navas o de Mateos y Lanzaro frente a Álvaro Negredo. Y los primeros compases del encuentro, el peligro lo puso el Sevilla.

Negredo desde la frontal ponía el corazón en un puño tras un zurdazo con rosca que lamía el poste derecho de Roberto. Mismo protagonista que en el minuto diez perdonaba, esta vez con la diestra, después de un inoportuno resbalón de Maurizio Lanzaro. En la jugada anterior, los andaluces reclamaban un penalti sobre Koke que caía dentro del área tras un barullo. Eso sí, Rakitic se había ayudado con la mano en un control previo. Pérez Lasa tiró de capote y prefirió no señalar ninguna de las dos cosas.

No obstante, David Mateos daba la oportunidad al colegiado de redimirse con una entrada a destiempo, absurda, que derribaba a Álvaro Negredo. No fallaba el vallecano ante Roberto, que se lo adivinó, y el internacional festejó el 0-1. Un tanto que fue un auténtico jarro de agua fría para equipo y afición. Un equipo incapaz de crear peligro, de destruirlo y que ha perdido por completo la identidad que se atisbaba en el tramo liguero inicial. Nadie en el centro del campo quería la pelota y quien sí la pedía, la perdía al instante. Además, el colegiado pecaba de tener la mano rápida y daba un concierto de silbato y amarillas. Tanto que Paredes no estará en Granada.

La inoperancia en ataque era una realidad suprema, tanto que sólo Lafita buscaba algo a pesar de la imposibilidad de combinar con alguien. Los minutos finales del primer tiempo sirvieron para el arreón final de los maños, más por corazón que por fútbol. Eso sí, la mejor ocasión llegó tras un disparo fallido de la defensa sevillista que a punto estuvo de sorprender a Javi Varas. El 0-1 al descanso evidenciaba la necesidad de cambios en el césped, ya que sólo Lafita había estado a la altura de un partido tan importante. Barrera, Micael y Pintér calentaban en la banda.

Inicio eléctrico con cortocircuito final

Precisamente el segundo entraba junto a Ponzio en el doble pivote por el insulso Fernando Meira. Un cambio que surtió efecto con un Real Zaragoza mucho más metido en el partido de lo que estuvo en los primeros 45 minutos. Los zaragozanos salieron enchufados, poniendo todo lo que tienen en el verde. Faltaba saber si sería suficiente para derrotar a un Sevilla dispuesto a atacar lo justo.

No obstante, no alcanzaba para generar peligro. Javi Varas seguía siendo un mero espectador, también Roberto, de lo que ocurría unos metros más allá. Un centrocampismo que beneficiaba al Sevilla, encantado con la situación del partido y paciente de cara a un contraataque con Navas y Perotti como estiletes ofensivos. En uno de esos Juárez vio la quinta amarilla, por lo que acompaña a Paredes en la lista de bajas en Granada.

Los minutos pasaban y Micael quería echarse el equipo a sus espaldas, sin demasiada fortuna pero sí con mucha más calidad que Meira. Al menos, el dominio era del Real Zaragoza y el miedo de Marcelino daba vida a los aragoneses que vivían cerca del área de Javi Varas, aunque sin dañarla. Para aprovechar la mayor posesión, Aguirre daba entrada a Jorge Ortí por Luis García, un partido más sin la presencia que exige su figura. Y, en el 75, a Barrera por Juárez, con el mejor encuentro que se le recuerda a orillas del Ebro.

La mejor ocasión hasta el momento llegaba por medio de Juan Carlos. El “Galgo” se marchaba por velocidad de Coke y disparaba duro, pero Javi Varas salvaba con una gran mano. Se comenzaban a apagar las ideas de un Real Zaragoza incapaz de hacer daño, sin precisión en tres cuartos de cancha. Pudo sentenciar el Sevilla, pero Roberto obraba el milagro una vez más con una mano salvadora. Todavía empeoraron las cosas con la roja directa que un muy mal Pérez Lasa mostraba a Juan Carlos por entrada a Coke. Una realidad preocupante que se repitió hasta el pitido final y que sumerge al equipo en la penúltima posición de la tabla, sólo empeorados por el Racing. Con esta inercia, pronto Aguirre comenzará a estar cuestionado. Si no lo está ya.