Los feligreses de San Antonio de Padua se rebelan ante el traslado de su párroco

Los feligreses de San Antonio de Padua, en el zaragozano barrio de Torrero, han mostrado su descontento por el traslado de su párroco, que llevaba en la parroquia quince años. Los feligreses han asegurado que entienden la decisión de la congregación capuchina pero que están “ofendidos” ante la falta de respuesta a sus peticiones.

Zaragoza.- Después de quince años en la parroquia de San Antonio de Padua, en el zaragozano barrio de Torrero, el padre Miguel María Andueza ha sido trasladado a Pamplona. Una decisión que ha tomado a finales de junio la congregación capuchina a la que pertenece el párroco, pero que ha creado el malestar y las reivindicaciones entre los feligreses, que no entienden “por qué se le ha trasladado cuando está llevando a cabo una labor muy importante y se están haciendo bien las cosas”.

Además, el padre Miguel María no sólo estaba a la cabeza de la parroquia, sino que también era el director del colegio San Antonio de Padua y del centro social y el responsable de varios proyectos como la casa Ainkaren.

Por todo ello, los feligreses se han puesto “en pie de guerra” para intentar por todos los medios que Miguel María, cuyo traslado se hizo efectivo el 1 de septiembre, vuelva a la parroquia. Por el momento, la recogida de firmas, las cartas y las llamadas con las que la comunidad católica ha mostrado su desacuerdo a la congregación capuchina, no han obtenido respuesta. Un silencio que ha provocado que el malestar de los miembros de la parroquia aumente.

El sentimiento entre los parroquianos es de sorpresa, ya que muchos se han enterado del traslado de Miguel María una vez que éste ya se había hecho efectivo. Además, el grupo de personas que está siendo más activo en la denuncia del traslado de Miguel María ha remarcado que están “ofendidos y dolidos” de que se les haya ignorado.

A este respecto han explicado que entienden que “hay que respetar las decisiones que se toman, pero no entendemos que se nos hayan ignorado, porque los feligreses también formamos la parroquia y deberían habernos respondido”. Los parroquianos han asegurado que se han marcado como objetivo “no dejar pasar las cosas sin más porque podemos entender las decisiones, pero no entendemos las formas”.

Replantear la situación

Entre el grupo “más reivindicativo” de la parroquia se encuentra Eva Solanas, quien ha explicado que “aunque el traslado parece una cosa normal de las congregaciones, este caso es diferente porque toda la comunidad ha pedido, y sigue pidiendo, que se replanteara la decisión”. Además, ha añadido que al párroco “se le ha trasladado sin motivo” y ha confirmado que “él mismo ha manifestado que no quería marcharse”.

Solanas también ha mostrado su sorpresa respecto a la decisión tomada por la congregación capuchina porque “el proceso de comunicado del traslado ha tenido lugar a lo largo del verano y en la comunidad hemos sentido que se nos dejaba de lado, ya que en verano es cuando la gente está de vacaciones y no se acerca tanto a la parroquia”. Ahora que Miguel María ya está en Pamplona, “lo que pedimos es que se replantee esta situación”.

Eva Solanas ha subrayado que se ha vuelto a mandar una carta al provincial de la congregación capuchina y que están pensando en manifestarse porque “hasta ahora todo lo que se ha hecho ha sido de puertas para dentro, pero se ha decidido que hay que salir fuera, a las puertas de la congregación en Madrid o donde haga falta”.

Además, los miembros de la parroquia han recordado que cuentan con el apoyo del arzobispado porque cuando Miguel María se fue a Pamplona “tuvo lugar una misa de despedida en la que estuvo presente el arzobispo de Zaragoza”. En lugar del párroco, han sido tres los frailes que han llegado a la parroquia.

Imagen de archivo del Padre Miguel María con alumnos del colegio San Antonio de Padua

Creyente y moderno

Los feligreses de San Antonio de Padua han puntualizado que Miguel María “ha realizado su labor de manera muy eficaz, con resultados de productividad muy altos y con obtención de mejoras para todos”.

El proyecto más novedoso que tenía el padre, tal y como ha explicado Solanas, “era realizar una comunidad de base en la parroquia de San Antonio”. Solanas ha remarcado que el proyecto en sí es “complicado de explicar” porque era una iniciativa “incipiente a la que Miguel María estaba dando forma y sobre la que estaba empezando a explicarnos en qué consistía”.

Además, los feligreses han apostillado que tenerlo en la parroquia es tener “mucha suerte” porque es un religioso “que, pese a su edad, ha hablado a la comunidad de una iglesia que nos gusta y en la que participar, nos ha dado una pedagogía para educar a nuestros hijos en valores religiosos y nos ha mostrado con su coherencia y su ejemplo que se puede ser creyente, practicante y moderno”.

“Miguel María es un hombre que nos ha devuelto las ganas de ir a la iglesia, de rezar, de redescubrir la Biblia, de formarnos y conocer algo más que lo que nos enseñaron en la escuela en clase de religión”, han añadido.

Aunque no saben qué es lo que va a pasar, “vamos a seguir intentado que Miguel María vuelva”, han finalizado.