Huesca.- Los habitantes de la localidad oscense de Castejón de Sos han dado el último adiós al cuerpo de Francisca Saila, la joven que el pasado fin de semana se tiró al vacío desde la Torre de Hércules, un emblemático monumento de La Coruña.
Los vecinos y especialmente los más allegados a Francisca aún no se han recuperado del duro golpe que ha supuesto el inesperado suicidio de la joven. La historia se remonta al domingo 9 de febrero, cuando la joven desapareció de la localidad cántabra de Laredo, donde se preparaba para convertirse en monitora de equitación. Ni la Policía ni su familia comprenden cómo Francisca pudo llegar a Galicia para quitarse allí la vida.
El féretro que portaba los restos mortales de la joven ha dado una vuelta por todo Castejón de Sos a hombros de algunos vecinos. Los familiares de la fallecida solicitaron que después del funeral y, antes de recibir sepultura, su cuerpo pasase por el camping del pueblo, donde el pasado verano ofreció clases de equitación.
Los vecinos y especialmente los más allegados a Francisca aún no se han recuperado del duro golpe que ha supuesto el inesperado suicidio de la joven. La historia se remonta al domingo 9 de febrero, cuando la joven desapareció de la localidad cántabra de Laredo, donde se preparaba para convertirse en monitora de equitación. Ni la Policía ni su familia comprenden cómo Francisca pudo llegar a Galicia para quitarse allí la vida.
El féretro que portaba los restos mortales de la joven ha dado una vuelta por todo Castejón de Sos a hombros de algunos vecinos. Los familiares de la fallecida solicitaron que después del funeral y, antes de recibir sepultura, su cuerpo pasase por el camping del pueblo, donde el pasado verano ofreció clases de equitación.