Biescas acondiciona varios búnkers de la postguerra para vecinos y turistas

Los vecinos y turistas de Biescas pueden conocer un poco más la historia del Pirineo. A través de la "Ruta de los búnkers", los visitantes ya pueden acceder a algunas de las fortificaciones de la zona que se construyeron entre los años 40 y 50 para blindar el paso desde la frontera. Retales del pasado camuflados en el paisaje.

Zaragoza.- Entre los años 40 y 50 del siglo pasado, miles de búnkers se construyeron en el Pirineo para blindar el paso desde la frontera. Biescas es una de las localidades oscenses que esconden entre su paisaje estas fortificaciones. Ahora, el Ayuntamiento ha acondicionado la “Ruta de los búnkers”, un camino para que vecinos y turistas accedan a estas construcciones militares y se adentren en la historia pirenaica.

El sendero parte de las proximidades del fuerte de Santa Elena y discurre por el espacio multiaventura de Polituara. Las fortificaciones que se han señalizado corresponden al “Núcleo de Resistencia 106” que, con 16 asentamientos fortificados, es uno de los 20 en los que se estructuraba esta línea en Aragón, que consta de más de 4.000 fortificaciones de este tipo.

Se trata de instalaciones militares construidas a mediados del pasado siglo para blindar el paso desde la frontera, en previsión de una posible intervención de las tropas aliadas y debido a la delicada situación diplomática del régimen de Franco. La edificación de estos elementos se produjo de forma planificada a lo largo del Pirineo para crear la denominada ‘Línea P’ (de Pirineos).

“Lo queríamos sacar a relucir porque tiene su interés histórico y porque son obras con mucho mérito, ya que están en emplazamientos muy complicados, son obras singulares”, ha explicado a ARAGÓN PRESS el alcalde de Biescas, Luis Estaún.

El Ayuntamiento confía en que esta ruta será “un aliciente más” para el turismo. “Te sorprende encontrarte estos búnkers en el paisaje, perfectamente camuflados, y conocer un poco la historia de lo que ha sido el Pirineo, porque esto forma parte de ese carácter de frontera que siempre ha marcado a la cordillera pirenaica”, añade el primer edil.

La señalización de la ruta ha costado 3.000 euros. En total, se compone de 16 fortificaciones, de las que pueden visitarse siete. La idea del Consistorio es ampliar el sendero, y que en una segunda fase se desbrocen y limpien otras más cercanas a Biescas y que sean accesibles.

De momento, se ha editado el material informativo para que los interesados sepan dónde están ubicados los búnkers. Si hay demanda suficiente, el Ayuntamiento no descarta incluir esta ruta en las visitas guiadas que se organizan en verano dentro del casco urbano.