Una sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza otorga definitivamente a Manuel Jalón la invención de la fregona

Una sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha ratificado que el inventor de la fregona es Manuel Jalón Corominas, nombrado hijo adoptivo de Zaragoza en 1992. La sentencia también condena a Emilio Bellvis Martín y Manuel Bellvis González a cesar en la atribución pública del invento de la fregona a Emilio Bellvis Montesano.

Zaragoza.- La sentencia número 196/2009 de la Audiencia Provincial de Zaragoza, de fecha 1 de abril, ratifica otra sentencia previa de fecha 6 de noviembre de 2008 del Juzgado de lo Mercantil 1 de Zaragoza, en cuyo fallo se declara textualmente “que el invento de la fregona corresponde a Manuel Jalón Corominas en virtud de la patente nº 298.240 y debo condenar a los demandados a pasar por dicha declaración, cesando en la atribución pública del invento de la fregona a Emilio Bellvis Montesano o cualquier persona distinta del demandante”.

Esta sentencia, por lo tanto, lo que definitivamente clarifica es a quién se le debe considerar inventor de la fregona, atribuyéndoselo expresamente al señor. Jalón. A esta conclusión llega la sentencia después de comparar las reivindicaciones de la patente de invención de Manuel Jalón y el modelo de utilidad de Emilio Bellvis.

Emilio Bellvis Montesano registró en 1960 un escurridor como modelo de utilidad (nº 74.587), después de que se lo denegaran como patente de invención. La única novedad del modelo de utilidad que registró el Bellvis Montesano fueron los resaltes que incorporó al escurridor y no el escurridor en sí mismo, que ya existía. Manuel Jalón ha mantenido siempre que su resultado fue un fracaso y un retroceso industrial.

Precisamente, esta opinión de Manuel Jalón es la que ahora también ratifica de forma contundente la sentencia 196/2009 de la Audiencia Provincial de Zaragoza al establecer en el artículo séptimo que “la invención del señor Bellvis apenas se comercializó. Tuvo escaso éxito, debido a su poca funcionalidad. Sobre todo, por los resaltes del recipiente, que rompían el mocho o bayeta”.

La verdadera revolución, y por eso se le considera a Manuel Jalón Corominas el inventor de la fregona, llegó en 1964, fecha en la que Manuel Jalón presentó el primer escurridor de una sola pieza de plástico con muchas características que mejoraban radicalmente los modelos de escurridores que existían hasta entonces.

Y esta innovación también la reconoce de forma clara la sentencia de la Audiencia Provincial, que en su artículo séptimo considera que “fue, por el contrario, el invento del señor Jalón el que obtuvo el reconocimiento público. Precisamente en atención a su funcionalidad. De tal manera que la asociación entre el concepto popular de fregona (en realidad es un lavasuelos) y el modelo patentado por el señor Jalón resulta inmediato y claro”.

Para ratificar todavía más este argumento la sentencia establece que “las testificales de los empleados y comerciales de Rodex (empresa que comercializó la fregona) son contundentes”. Pero la sentencia considera especialmente clarificadora la opinión del testigo, arquitecto especialista en diseño industrial, señor Capella. “Según este experto —recoge expresamente la sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza— la invención del señor Jalón no es de matiz sino que aporta una innovación radical, de carácter técnico-ingenieril”. Y define claramente en qué consiste esta innovación: “material plástico, de una sola pieza, de tal forma que la carcasa hace de viga y le da rigidez, con una pared delgada, que con un mínimo de espesor da un máximo de resistencia. La curvatura, el fleje... el conjunto. Se trata -afirma- de un icono del diseño”, concluye la sentencia.

Actuaciones injustificables

A raíz de la publicación de esta sentencia, la familia de Jalón Corominas también quiere manifestar su “profunda decepción por la injustificable falta de neutralidad del Gobierno de Aragón en este asunto, una vez abierto el procedimiento judicial en noviembre de 2007”.

Manuel Jalón Corominas es natural de Logroño y aragonés de pleno derecho, después de más de 50 años de residencia en Zaragoza y de ser nombrado en 1992 hijo adoptivo de esta ciudad. Por esta razón, la familia de Jalón Corominas considera que “es especialmente doloroso que su labor industrial y creativa durante más de 40 años —desde la fregona hasta las jeringuillas y agujas desechables— sea en la actualidad ampliamente reconocida fuera de Zaragoza y ninguneada por la administración autonómica y la Cámara de Comercio local”.