800 años de historia al borde de la privatización

La Hermandad de la Sangre de Cristo de Zaragoza lleva desde el año 1286 dedicada a la recogida y traslado de los fallecidos en la capital aragonesa. Esta labor también ha evolucionado con los siglos y está presente en la custodia de aquellos que mueren en circunstancias violentas. Ahora, una ley autonómica puede hacerles desaparecer.

Zaragoza.- “50 hermanos receptores, como semanas tiene el año”. Ésa es parte de la organización y mentalidad de la Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia.

“Cada semana un hermano receptor está de guardia, y en cuanto llaman del juzgado de guardia se pone en marcha”, explica el hermano mayor de la Hermandad, Ernesto Millán. La historia de esta cofradía zaragozana se remonta a 1286 y su trabajo se centra desde hace casi 800 años en la recogida de los cadáveres de aquellos que mueren solos o en circunstancias violentas.

Los métodos han cambiado, como bien Millán, “ya no se va a recoger a los fallecidos en carromatos”, sin embargo, el altruismo con el que se creó el servicio continúa intacto. La Hermandad acude allí donde los jueces de guardia del partido judicial de la capital aragonesa estiman oportuno, y sin importar hora, fecha o lugar, la Sangre de Cristo acude.

Las personas encargadas de esta tarea, los hermanos receptores, además de participar en los ritos religiosos de la Semana Santa, se encargan de esta dura tarea, “la cual exige un gran sacrificio en lo familiar”, afirma Millán, durante una semana integra. De ahí, que el número de miembros y su significado: “50 hermanos receptores, 50 semanas tiene el año”.

La historia de la Sangre de Cristo siempre ha estado intrínsecamente unida a la recogida de los muertos de la capital aragonesa, desde un principio, y del partido judicial de Zaragoza, a partir de la década de los 80. Un servicio, por el que los únicos que cobran un sueldo son el conductor y camillero que la Hermandad contrata para ayudar en el traslado del cuerpo al hermano receptor, encargado de la custodia. Los sueldos de estos auxiliares se pagan junto al resto de material forense y la gasolina de las furgonetas a través de una subvención municipal. Para el año 2009, el Consistorio ha destinado una partida de 82.450 euros.

“Nosotros llevamos todo inventariado, guardamos las facturas, tenemos que presentar todos los años una contabilidad al Ayuntamiento así como una memoria de nuestro trabajo. Cuando nuestros gastos han superado la partida dada por el Ayuntamiento de Zaragoza tenemos que abonar la diferencia de nuestro bolsillo y si por el contrario sobra dinero de la partida se devuelve”, indica el hermano mayor.

Un grupo de jóvenes firma en la mesa informativa de la Hermandad

Un servicio “altruista y gratuito” que no exige prebendas ni reconocimientos por parte de sus autores. Sin embargo, la necesidad de crear una ley autonómica que unifique los criterios de custodia de los cadáveres, sobre todo en casos donde existan muertes violentas, hace peligrar el futuro de la Hermandad o relegarlo a un mero papel simbólico.

“Nos informaron hace ya tres años de que existía la posibilidad de que el servicio se unificase para asegurar la trazabilidad de los restos y asegurar que no sufriesen ningún tipo de manipulación”, explica Millán. El primer aviso, emitido por el director del Instituto de Medicina Legal, por entonces dependiente del Ministerio de Justicia, Juan Antonio Cobo, no desembocó en nada. “El Ministerio de Justicia apoyó nuestra labor y la defendió”, comenta Millán.

Sin embargo, el director del Instituto de Medicina Legal, pasó a ser con el paso de competencias, director del Instituto de Medicina Legal de Aragón. Cobo recuperó la idea de crear un servicio unitario de recogida de cadáveres, aduciendo “problemas de trazabilidad”. Una idea rechazada en bloque por la Hermandad, que pese a figurar en el proyecto, consideran que su papel va a quedar supeditado a la acción de una funeraria, únicas empresas que pueden optar al concurso, “y los hermanos receptores no van a aceptar participar en una mercantilización del dolor y de la muerte”, reitera Millán de manera tajante.

La Hermandad de la Sangre de Cristo considera que detrás de todo esto se busca “hacer negocio con la muerte”, “en Aragón se registran unas 800 muertes de media, de ellas 500 son Zaragoza y alrededores, esto supone en cifras de funerarias entre tres y cuatro millones de euros en el negocio de las pompas fúnebres”, explica el máximo responsable de la Hermandad.

La historia de esta cofradía zaragozana se remonta a 1286

Debido a su carácter "altruista" y ajeno a cualquier "mercantilización", la Sangre de Cristo se opone a tener que participar en este proceso en el que un trabajador de una funeraria aprovecharía el estado de shock de los familiares de las víctimas para hacerse cargo de todo y luego tener que afrontar los costes “directos e indirectos” de la recogida del cuerpo y su posterior entierro.

Otro asunto que irrita a los hermanos receptores es el punto del pliego de condiciones que exige que la empresa adjudicataria del servicio ponga a disposición de los médicos forenses un vehículo con chófer. “Algo que no está dentro de las competencias de la Hermandad”.

La posible privatización del servicio de recogida de cadáveres ha saltado al plano político y a la calle. En las Cortes de Aragón, el diputado del Partido Popular y miembro de la Sangre de Cristo, José Ignacio Senao, ha solicitado la comparecencia del consejero de Política Territorial, Justicia e Interior, Rogelio Silva, así como de Antonio Cobo en las Cortes para preguntarles acerca del pliego de condiciones y sus repercusiones sobre la Hermandad.

Los hermanos receptores, con Ernesto Millán a la cabeza, también se han movilizado, se han reunido con el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch así como la portavoz del grupo municipal popular, Dolores Serrat, los cuales les han mostrado ya su apoyo.

El otro frente abierto por la cofradía es el apoyo popular, el cual se ha mostrado activo desde el primer día. A través de la recogida de firmas, los hermanos de la Sangre Cristo consiguieron sólo en los primeros días tras el inicio de la polémica 10.000 firmas, “una cifra conseguida gracias al boca a boca al ir por los bares explicándoles a la gente nuestra situación”. Ahora, la recogida de firmas coge un nuevo impulso con la llegada de la Semana Santa y la solidaridad del resto de cofradías y de la ciudadanía.