“Si una persona ha perdido un brazo, se le puede implantar un brazo robótico y lo podrá manejar con la mente”

Con apenas 30 años, la matemática María López participa en uno de los proyectos más ambiciosos de la Universidad de Zaragoza en lo que a robótica se refiere: los Brain-Computer Interfaces. Una tecnología que permitirá a una persona a la que se le ha implantado un brazo o una pierna robótica, moverla con la mente.

Huesca.- La tecnología Brain Computer Interface (BCI) consiste en que una máquina recopila y procesa las señales cerebrales a través de un ordenador, descifra la señal cerebral y ejecuta la acción en función de las características de esa señal y proporciona una forma de realimentación del estado de ejecución de la tarea al usuario. Quizás dentro de 20 años, se hable con total normalidad de la tecnología BCI. Pero, ha sido en Huesca, en el año 2008 y en el marco del Festival de Periferias “FUTURO”, donde se ha dado a conocer al gran público. Una tecnología que parece más bien sacada del libro de ciencia ficción, "Zig Zag", del galardonado Juan Carlos Somoza. En fin, como dice María “el futuro está aquí”.

Pregunta.- ¿Cómo comenzó el proyecto?
Respuesta.- En un proyecto de Javier Mínguez, profesor titular de la Universidad de Zaragoza y miembro del Grupo de Robótica de la UZ y del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón. Este primer proyecto consistía en la evitación de obstáculos con una silla de ruedas. El usuario da una orden para ir a un determinado punto y la silla de ruedas que está dotada con un láser y un sistema de navegación evita cualquier tipo de obstáculo que se pueda encontrar en el trayecto. En este punto, el siguiente paso era dar la instrucción por voz. Pero, después de la voz ¿qué viene? El cerebro y entonces, Javier se metió de lleno con la tecnología Brain Computer Interface.

P.- ¿Qué aplicaciones tiene?
R.- Muchas. Por ejemplo, personas sin movilidad en silla de ruedas, se podrán mover, si una persona está en la cama podrá beber agua o llamar a la enfermera con un brazo robótico y si ha perdido un brazo, se le puede implantar uno robótico que podrá manejarlo naturalmente con la mente. Sólo con pensarlo, lo hará.

El proyecto fue presentado en el festival de Periferias

P.- ¿Cuándo se podrá disfrutar de esta tecnología?
R.- Las aplicaciones reales están todavía muy lejos. Depende de muchos factores, de cómo avanza la neurociencia o la robótica. Por el momento, los gorros con electrodos que utilizamos son húmedos y simplemente colocarlos supone 20 minutos y además, el usuario no puede estar mucho tiempo con él puesto, porque va muy ajustado. Para empezar necesitaríamos gorros secos y hasta que esta tecnología no esté, no habrá aplicaciones reales, no llegará al usuario.

P.- ¿Cuáles son los peligros?
R.- El peligro está en las llamadas técnicas invasivas que consisten en insertar un ente extraño dentro del cuerpo. Ese ente se puede mover u oxidar. Imagínate que está intentando coger la actividad de una neurona y de repente se mueve un poco y si coge otra neurona puede dar una información totalmente contraria a la deseada. Estas técnicas dan la información filtrada, sin ruido, sabe que lo que quiere el ser humano, pero si se mueven o si se oxidan pueden llegar a ser nocivas. Nosotros, utilizamos técnicas no invasivas.

P.- ¿Son los únicos que trabajan con BCI?
R.- Hay otros equipos en España, pero sin aplicaciones reales.