Nativel Preciado firma la paz consigo misma

“Camino de hierro” es la última novela de Nativel Preciado, su texto más personal y autobiográfico que le ha hecho ganar el Premio Primavera. Este viernes lo ha presentado en Zaragoza, donde ha confesado que esta historia de abandono, desamor y muerte le ha permitido, además, firmar la paz consigo misma.

Zaragoza.- “Hay cosas en ese libro que no le puedes decir a un amigo. Hay frases, hay situaciones, hay pensamientos… por eso se escribe, porque quizá cuando escarbas mucho en ti mismo o cuando te enfrentas a situaciones muy tremendas, no te atreves a comentarlo con cualquiera, no te atreves a afrontar esas situaciones de una manera cotidiana, y entonces tienes que hacer una novela, una película, un cuadro o un jardín… tienes que hacer algo en solitario”. Nativel Preciado ha seguido sus palabras al pie de la letra y ha escrito una novela: “Camino de hierro”. Su texto más íntimo, más autobiográfico y más liberador.

“Ha sido difícil porque tienes que perder el pudor como cuando hablas de cosas que has sentido mucho. Después ha sido duro y luego, muy liberador. He cerrado página y me siento con ganas de hacer algo mucho más lúdico, menos desgarrador… la verdad es que ha sido muy útil y me he sentido muy liberada después de escribirlo”, confiesa Preciado, quien se ha acercado este viernes a Zaragoza para presentar una novela galardonada con el Premio Primavera 2007.

“Camino de hierro” cuenta la historia de soledad y dolor que acompañan a Paula desde la marcha inesperada e inexplicable de su esposo Lucas, con quien había planeado un futuro lleno de sosiego y plenitud. Paula lucha por sobreponerse a la desolación y viaja a León, al escenario de su infancia, para cumplir la promesa de recuperar la memoria de su abuelo Román, condenado en un juicio inicuo y asesinado en plena guerra civil. Al final, Lucas termina siendo el verdadero protagonista de la novela, quien obliga a todos los demás a movilizarse, a actuar, a encontrarse y a recorrer el camino.

“La protagonista vive una situación inicial de incertidumbre. No sabe por qué se le hunde el mundo, se queda sola y todo lo que había planificado se desbarata. Ésa incertidumbre es lo que le hace emprender un camino de hierro que no sabe dónde le va a llevar pero quiere saber por qué le han dejado sola, por qué no se hablaba de su familia, por qué en León sucedió lo que sucedió y ella no lo supo cuando era niña…”, explica Preciado. Y continúa: “La novela consiste en salir de ese misterio, de esa incertidumbre, en llegar al final y saber la verdad, aunque sea una verdad dolorosa y no sea la verdad que uno quiere saber, pero por lo menos es una certeza”.

El camino de Paula

El abandono, el desamor, la soledad, la enfermedad, la muerte… Paula se va encontrando con numerosas piedras a lo largo de su camino. “Yo he tenido muchos caminos de hierro y normalmente ese camino se hace a lo largo de toda la vida, pero lo que he hecho es ponerle a la protagonista todos los tropiezos de la vida, aunque quizá en la vida real no pasan de una manera tan intensa. Aunque a mí me ha parecido un reto ir pasando por esos vericuetos e ir enfrentándome a las cosas para salir más fortalecida de cada historia”, señala la escritora y periodista madrileña.

"Camino de hierro" es una historia de desamor, soledad y muerte 

Nativel Preciado ha pretendido reflejar en su última novela la falta de libertad que vivían las familias de toda una época, personas corrientes que no tenían libertad en un sentido muy elemental. No podían hablar de según qué temas, no podían escuchar algunas músicas ni leer algunos libros. “Cuando era niña, en los años 50, en mi casa no se hablaba de determinadas cosas, de familiares, de música… -recuerda Nativel-. Se reaccionaba de una manera inexplicable. No podías decir lo que pensabas, no podías hablar de los familiares a los que les había sucedido algo, no podías escuchar la música que querías escuchar, no podías leer los libros que querías, por ejemplo, no se podía leer poesía de Miguel Hernández”.

Paula, la protagonista, lucha contra la incertidumbre de aquellos años. Quiere desentrañar el misterio como cuando vamos al médico y tenemos que esperar varios días en saber el resultado de unas pruebas. La incertidumbre puede ser mucho peor que una mala realidad. “Cuando uno es joven huye de las situaciones, pero cuando llegamos a la madurez nos damos cuenta de que si no te enfrentas no lo puedes superar. Llega un momento en que es inevitable enfrentarse al dolor, al desamor, a la soledad… y si no lo afrontas, no lo superas”, subraya Preciado.

Quizá por eso, Nativel Preciado haya rescatado de uno de sus cajones “Camino de hierro”. Empezó a escribirla hace diez años, pero no se sintió capaz de continuarla y pensó en aparcarla como relato corto. “Desde que yo quiero escribir, quiero contar esta historia. Tendría que haber sido mi primera novela porque es una novela iniciática, es la más personal y autobiográfica que he escrito -advierte-. Pero cuando intenté hacerlo no tenía la seguridad… no era el momento de escribir la historia. He podido escribirla casi diez años después”.

Un homenaje al abuelo

Y continúa: “Yo he tenido necesidad personal de enfrentarme a esa historia. Esa historia del personaje que fue fusilado y del que no te explicaron nada… a mí me gusto saber qué había sucedido sin ninguna justificación. Y me gustó hacer un homenaje a ese abuelo que es también el mío”. Gracias a este texto, Preciado ha podido aclarar su mundo, sus propias situaciones, sus sueños y proyectos. “Necesito verlo escrito porque me aclara mucho las ideas y me encanta ser capaz de dar fin a un proyecto como una novela que requiere mucha paciencia, mucha humildad…”.

Sin embargo, Preciado espera no escribir nada parecido el resto de su vida. O no tener que escribirlo. Aunque considera necesario echar la vista atrás y mirar con serenidad al pasado: “Ahora que parece que las heridas ya están cerradas, pensamos que se puede hablar con libertad y tranquilidad de lo que sucedió a nuestros antepasados. Sin rencor y sin revancha. No hay necesidad de revancha, pero tenemos necesidad de saber”.

Una declaración que poco tiene que ver con los reproches que se lanza la clase política de nuestro país en cuanto a la ley de memoria histórica. Una situación que Preciado califica de electoral, por lo que espera “que los que han sembrado malas hierbas, no prosperen y que cuando pasen las elecciones se sosieguen un poco y se den cuenta de que no se puede tentar al diablo. Que nos dejen en paz. Podemos recordar tranquilamente sin que nos tiren los muertos a la cabeza”. Y exige: “Deberían hacer ese proyecto de ley con el mayor consenso posible sin que sea una herida para los demás y tranquilizarse lo más posible sin hacer daño a los ciudadanos con sus intereses electorales”.

“Camino de hierro” no es sólo una novela. Nativel Preciado ha obsequiado al lector con un pedazo de su vida. Una herida aparcada que le ha hecho ganar el Premio Primavera y enfrentarse a la realidad, porque como ella misma anuncia en el preludio: “Escribí esta historia para huir de la realidad y lo hice en tres versiones diferentes, cuidando tanto el final como el principio, pero todos mis esfuerzos fueron inútiles y la realidad se impuso (…). He contado este ensueño para dialogar con mis muertos, firmar la paz con mis antepasados y, sobre todo, conmigo misma”.