La gran pecera de agua dulce

Uno de los pabellones más esperados de la Expo de Zaragoza es el acuario fluvial. Será el primer edificio en acabarse y en él vivirán más de 300 especies diferentes. Estará dividido en cinco zonas del mundo, y cada una de ellas contendrá la fauna y la flora autóctona. En 70 minutos se podrá recorrer todo el mundo de los habitantes del agua dulce.

Zaragoza.- Tres cocodrilos del Nilo, peces elefantes o cuchillos, cangrejos violinistas, arapaimas de 300 kilos, caballitos de mar o las más conocidas nutrias o siluros. Todo eso se podrá ver en el acuario fluvial de la Exposición Internacional de Zaragoza. Una infraestructura que es la obra más avanzada del meandro de Ranillas ya que a finales de este año tendrá sus primeros habitantes, con el objetivo de que todos y cada uno de los más de 2.000 animales que allí vivirán se aclimaten y lleguen al 14 de junio de 2008 en su máximo esplendor.

El acuario es, además, un recorrido por cinco ríos del mundo: el Nilo, el Mekong, el Amazonas, el Darling-Murray y también el español, Ebro. Cinco cauces que representan cinco ambientes distintos con cada una de sus faunas y floras. Cada una de las zonas geográficas tendrá destinada una parte de esta especie de pabellón con su propia calidad de agua “necesaria para que vivan los peces” y sus propias condiciones climáticas.

La primera en ser visitada por el turista será el Nilo, una región de 390 metros cuadrados y 4,7 metros de altura. Allí se podrán ver tres zonas distintas como son las fuentes del Nilo, la puerta de Assuan y la desembocadura del río. Además de todas estas zonas, habrá una exposición dedicada al mar Rojo y al Océano Índico.

La segunda zona recreada es el asiático Mekong. Este ‘pabellón’ tendrá una superficie de 490 metros cuadrados y una altura igual a la zona africana 4,70 metros. También al igual que la parte africana se divide en tres partes que en esta ocasión son el desfiladero del Himalaya, el campo de arroz aterrazado de Camboya y Vietnam y por ultimo el jardín de orquídeas. En esta ocasión, la muestra temática estará destinada al océano Pacífico y los arrecifes de Coral.

Seguidas a éstas está la neotropical del río Amazonas que se dividirá en dos pisos, una primera parte de 600 metros cuadrados (donde estarán situadas la selva y el ígapo) y 9,70 metros de altura y una segunda más pequeña de poco menos de 400 metros, denominada el manglar. Allí se podrán ver desde anacondas hasta pirañas.

Posteriormente y siguiendo el recorrido encontramos con la zona australiana que recrea a los ríos Darling y Murray. Ésta será la zona más pequeña con sólo 300 metros cuadrados y allí se podrán ver los desiertos de la zona, las regiones desérticas y los bosques submarinos de Kelps, que son algas gigantes.

Por último, el acuario fluvial se acercará a lo más conocido en España, que es el río Ebro. Será en total 500 metros cuadrados donde se podrá ver desde las cuevas de montaña hasta las diferentes zonas del curso del río incluyendo la desembocadura, donde se simulará una duna.

Las obras del acuario fluvial están muy avanzadas

Además de todas estas zonas, en el centro del recinto se encontrará el “Río del Mundo”: un acuario que representa el pasado, “cuando todos los continentes estaban unidos en una única isla rodeada por océano”. Estará compuesto por una mezcla de especies fluviales. El acuario reúne las características propias de un equipamiento de última generación con instalaciones para depuración de las aguas, tanques para cuarentena de peces o sofisticados sistemas que regulan en todo momento la calidad del agua, la temperatura, el aire o la iluminación.

Con estas medidas, este recinto se convertirá en uno de los mayores y más importantes de estas características de toda Europa. “Hemos investigado mucho para ver otros acuarios, incluso en la Expo de Aichi y no hemos visto ningún acuario tan espectacular como éste”, explicó el arquitecto encargado del proyecto, Álvaro Planchuelo.

Número de visitas

El acuario fluvial promete ser uno de los grandes atractivos de la Expo. En total serán 16.000 personas al día las que visitarán esta infraestructura. De cualquier manera, muchas más personas podrán visitar el acuario tras la Expo, ya que será uno de los máximos legados que dejará la muestra internacional en la capital aragonesa. Cada uno de los turistas tardará una hora y diez minutos en visitar el recinto durante la muestra internacional y 20 minutos más después de que finalice la Expo.

El diseño de la obra también será espectacular, ya que el edificio es una mezcla de tres ambientes diferentes. Cada parte de la fachada refleja un clima diferente con una fauna y una flora también distinta. La parte que más sobresale del edificio es el denominado glaciar que recrea una zona de hielo, también están los acantilados de roca, que son recreados a través de fachadas de paneles de hormigón arquitectónico y, por último, está la tierra arcilla que es representada a través de fachadas ventiladas revestidas con paneles cerámicos de grandes dimensiones. La idea del diseño de esta infraestructura es “la unión de unos volúmenes simulando un continente genérico, que es la Tierra, que se va separando”, indicó Álvaro Planchuelo.

El arquitecto responsable del proyecto considera que esta infraestructura le dará a Zaragoza un “añadido a su oferta cultural. Es importante también que intenta ser una colección universal porque están representadas todas las regiones”, planteó durante la visita al recinto.