Judíos, la cultura olvidada de Teruel

La reciente publicación de la Cartilla Turolense “Los judíos de Teruel en la Edad Media” ha permitido un acercamiento a esta cultura, que se puede considerar la gran olvidada de la provincia. No dejaron grandes monumentos, pero su influencia fue muy importante en la sociedad medieval.

Teruel.- La presencia judía en Teruel se documenta desde el siglo XIII y dura hasta su expulsión en 1492, si bien una gran parte de las familias se convirtieron al cristianismo. Tuvieron una gran influencia en lo económico y comercial, y contribuyeron al desarrollo de las otras culturas gracias a la usura. En la actualidad apenas quedan restos de las juderías, pero éstas todavía tienen un potencial turístico importante.

Teruel es conocida como la ciudad del mudéjar y uno de los lugares de España donde más se extendió esta cultura. Pero junto a ésta y la cristiana, predominante en todo momento, convivieron los judíos entre el siglo XIII y el XV, cuando fueron expulsados de España.

La cultura judía ha sido la gran olvidada en la Historia, pero ahora un libro del profesor Miguel Ángel Motis Dolader, la cartilla turolense “Los Judíos de Teruel en la Edad Media”, recupera la memoria histórica de este pueblo y contextualiza su verdadera importancia en lo social, económico y cultural.

La presencia judía en la provincia comienza a darse tras la concesión del Fuero de Teruel (siglo XIII) y la conquista de Valencia, constatado por medio de documentos por primera vez en 1258. La mayor concentración se dio en la capital turolense, pero hubo importantes asentamientos en Albarracín, Montalbán, Alcañiz, Híjar, Oliete, Molinos, Castellote y Albalate del Arzobispo.

En la capital se asientan cerca del Torreón de Ambeles y tejen un entramado de calles estrechas que ha durado hasta nuestros días, extendiéndose por las cercanías de la Iglesia de San Pedro. En la actualidad todavía existe en Teruel la calle y la plaza de la Judería, si bien ha desaparecido todo resto visible de esta cultura.

Restos arqueológicos

No obstante, a principios de la década de los ochenta se realizaron unas importantes excavaciones arqueológicas en la plaza de la Judería y se encontraron restos de una sinagoga, así como importantes piezas de cerámica y ajuares funerarios, que a juicio de Motis Dolader se pueden comparar en calidad con los encontrados en Toledo o Gerona. Lo mismo sucede con la necrópolis, una de las más ricas de Aragón y donde se han encontrando restos funerarios de gran importancia.

Entre los restos arqueológico se encontró una “hanukiyak”, una de las piezas más importantes de la cultura Judía en España. Se trata de una lámpara de ocho mechas, más una auxiliar, empleada por los judíos en la fiesta de “Hanukkah”, con la que se conmemora la restauración al culto de Yavhé en la año 165 antes de Cristo. La pieza, que está depositada en el Museo de Teruel, suele estar fuera del mismo habitualmente, ya que es una de las piezas más demandadas en las exposiciones internacionales.

Cuesta de San Pedro

Otros vestigios destacados de esta cultura son los abundantes personajes que aparecen en la iconografía de la techumbre mudéjar de la Catedral (lo que da una idea de su importancia y de la realidad de la convivencia de las tres culturas); y la imprenta más antigua de España que es de origen judío y que apareció en Híjar.

Importancia económica

Las aljamas o comunidades judías en las ciudades no eran muy numerosas, en el caso de Teruel capital se llegaron a contabiliza unas 350 ó 400 personas en su máximo esplendor, pero sí fueron fundamentales para el desarrollo socioeconómico de la ciudad, ya que conformaban una importante clase media con una gran influencia comercial y económica.

Los judíos regentaban algunos de los comercios más importantes de la ciudad, y favorecieron el comercio con todas las regiones limítrofes. Además, en su condición de banqueros prestaron grandes cantidades de dinero a las otras comunidades (cristiana y musulmana) lo que favoreció su desarrollo.

Tal fue su importancia en este sentido, que a juicio del profesor Motis Dolader, tras su expulsión en 1492 comenzó un declive económico muy importante en la provincia que afectó a su desarrollo futuro. En este sentido, tampoco ayudó la persecución a la que fueron sometidos por parte de la Inquisición las familias conversas al cristianismo (cerca del 70% del censo).

Según el autor de la Cartilla Turolense, este retroceso económico tiene reflejo en la actualidad, ya que de haber permanecido en España las comunicaciones no hubieran sido tan defectuosas a lo largo de los siglos, y eso se vería reflejado en la actualidad.

Aspecto actual de la Plaza de La Judería

Potencial turístico

La cultura hebrea, a diferencia de la mudéjar, no dejó grandes monumentos que visitar, y de las juderías apenas quedan vestigios de la época. A lo sumo, un entramado de callejuelas como sucede en la capital turolense.

Sin embargo, el historiador Motis Dolader está empeñado en reivindicar la cultura judía en Aragón y la importancia que jugó en la creación de la identidad aragonesa en la Edad Media. En la actualidad dirige el proyecto “Aragón. Espacio Sefarad” que pretende rescatar el judaísmo aragonés y su memoria histórica; así como su cultura y símbolos para que Aragón pueda ser considerado en el mundo como uno de los principales enclaves de la cultura judía.

Este proyecto alberga un importante calado turístico, ya que los pertenecientes a la cultura hebrea les gusta viajar para conocer los espacios de sus antepasados, es un turismo de calidad y que no se encierra en si mismo, sino que tiende a conocer las otras culturas de las ciudades que visita.

Teruel podría verse beneficiado algún día de este tipo de turismo si, finalmente, los restos de la antigua judería de Teruel son acondicionados y abiertos al público. Ubicados en la plaza del mismo nombre, han sido objeto de controversia política entre el Partido Popular y el actual equipo de gobierno PSOE-PAR.