El histórico "Tren Azul" vuelve a circular por tierras aragonesas tras décadas sin prestar servicio

El histórico Tren Azul ha vuelto a ponerse en marcha este sábado tras pasar casi dos décadas sin circular. Más de 200 viajeros han podido disfrutar de un singular trayecto que ha conectado a la capital aragonesa con La Puebla de Híjar, recuperando una tradición que nació en los años 90 con el objetivo de atraer turismo a la Semana Santa del Bajo Aragón. 

El recorrido en el ahora apodado "Tren del Tambor" –en referencia a la Ruta del Tambor y el Bombo- ha sido pensado para ofrecer al pasajero una experiencia diferente, que incorpora la admiración "pausada" del paisaje aragonés, a bordo de vehículos ferroviarios históricos.

En palabras del presidente de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft), Carlos Abadías, el Tren del Tambor es un "museo sobre raíles" en el que se recrea la manera de viajar de "los grandes expresos nocturnos de los años cincuenta y sesenta". Un tren que dispone de "elegantes" coches cama, coches restaurante, furgones de correos y un coche ministerial en el que viajaba la Jefatura del Estado, los ministros y los directivos de Renfe. 

Durante el trayecto, los viajeros han podido explorar los históricos rincones y disfrutar de las explicaciones de los voluntarios de Azaft presentes en cada vehículo. Además, en los furgones de correos, también se ha recuperado el ya clásico servicio de envío de cartas, ya que ha sido habilitada la única oficina ambulante postal que queda en activo, utilizando sellos especiales editados para este evento. 

La iniciativa ha sido impulsada por la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías (Azaft), con la colaboración del Ayuntamiento de La Puebla y la Asociación de Cofradías de la localidad. Gracias a su recuperación, la Asociación podrá seguir rescatando vehículos históricos del patrimonio ferroviario aragonés que serán "en un futuro", matiza el secretario de Azaft, Paco de la Orden, formarán parte de la muestra del Museo del Ferrocarril. 

Mientras, todos los fondos recaudados en el viaje -descontados los gastos de explotación- se destinarán a la restauración de nuevos vehículos y locomotoras que en el futuro se incorporarán a su composición.