La procesión del Santo Entierro llena Zaragoza de miles de tambores y bombos

La meteorología ha respetado finalmente el Viernes Santo y la lluvia no ha hecho acto de presencia en una jornada en la que el Santo Entierro ha estremecido a las decenas de miles de personas que se han dado cita en el centro de Zaragoza. Se trata de uno de los actos principales de la Semana Santa zaragozana, en el que participan todas las cofradías y hermandades de la ciudad.

Casi 16.000 cofrades estaban convocados a una marcha que se ha iniciado a las 18.00 horas en la iglesia de Santa Isabel de Portugal. El encuentro es uno de los más importantes de la Semana Santa de toda España y el único que procesiona con todos los misterios del Via Crucis representados. Además, con más de 400 años de historia documentada, también es el más antiguo del país.

Por delante, más de tres horas de recorrido en las que los participantes han atravesado, portando más de cuatro decenas de tallas, las principales calles del Casco Histórico y el centro de Zaragoza. Desde la plaza del Justicia, y como ya ocurriera el año pasado debido a las obras del Mercado Central, la comitiva ha llegado a la plaza del Pilar a través de la calle Manifestación y la calle Alfonso.

Desde ahí, las cofradías han desfilado por la plaza de la Seo y la plaza de San Bruno, para después atravesar la calle de San Vicente de Paúl y llegar al paseo Independencia. El recorrido ha continuado a través de la calle Don Jaime, antes de regresar de nuevo a la plaza del Justicia por la calle de Espoz y Mina.

A pesar de que todas las cofradías participan en la procesión, el Santo Entierro está organizado por la Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia. Su Hermano Mayor, Ignacio Giménez, se ha mostrado satisfecho con la que considera “una tradición más” para Zaragoza, “como las Fiestas del Pilar”, y ha agradecido “el respeto” de los zaragozanos.

“Nunca hemos tenido un problema, la gente viene con muchísimo respeto tanto creyentes como no creyentes”, ha explicado Giménez, para quien “la gente tiene asumido que es una tradición con más de 400 años de historia”.