Rosario de Cristal: tradición y fervor en Tauste

Después del invierno, algo atípico este año, las flores comienzan a rebrotar y las celebraciones religiosas surgen para dar la bienvenida a la alegre primavera. Pueblos y ciudades de toda la Comunidad se vuelcan con sus respectivos santos y patrones y con la Semana Santa, demostrando valores tradicionales y devoción a partes iguales. La localidad zaragozana de Tauste es un buen ejemplo de un municipio aragonés que vive con gran intensidad estos festejos.

Declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón

Cada 22 de abril, Tauste organiza la procesión del Rosario de Cristal, declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón. Una celebración que se remonta a finales del siglo XVIII, cuando se realizaba un pequeño rosario con velas encendidas en honor a la Virgen, costeado por la Cofradía de la Virgen del Rosario de Tauste, constituida en el año 1772.

Con el paso del tiempo, la fiesta fue evolucionando hasta principios del siglo XX, cuando se hace cargo de la misma hasta nuestros días la Confraternidad de Esclavos de la Virgen de Sancho Abarca.

La localidad es un buen ejemplo de un municipio aragonés que vive con gran intensidad estos festejos
La localidad es un buen ejemplo de un municipio aragonés que vive con gran intensidad estos festejos

A partir de 1918, el Rosario de Cristal eleva su grandeza y esplendor gracias a mosén Miguel Chacorrén Guedea, un capellán taustano perteneciente a la confraternidad, quien lo impulsa, añadiendo las aportaciones de los habitantes de Tauste. Así, el paso procesional fue ganando en riqueza estética, sumando más faroles y carrozas, que permitieron ampliar la devota festividad a una mayor cantidad de personas.

Una filosofía del papa Pablo II

El Rosario de Cristal cuenta, en la actualidad, con cuatro misterios que representan la filosofía instaurada por el papado de Pablo II. Lo forman los Misterios de Gozo, que muestran al cristiano el gozo de la Encarnación con predominio del rojo; los Misterios de Luz, que recogen el periodo de vida de Jesús, entre su infancia y su camino de pasión, predominando el amarillo; los Misterios de Dolor, que contemplan la pasión de Cristo, predominando el color vino, y los Misterios de Gloria, que retratan la resurrección de Cristo y la Ascensión a los cielos, con el azul como protagonista.

Cada uno de los misterios se simboliza a su vez con cinco grandes faroles que aportan iluminación y gran magnanimidad al cortejo completo. La familia de artesanos la Casa Quintana es la responsable de su diseño, respondiendo a la arquitectura modernista, tan de moda en la época, con toques medievalistas que también fue aplicada en el Rosario de Cristal de Zaragoza.

La fiesta se ha convertido, poco a poco, en una mezcla de religión, tradición y pasión artística. Una hermosa conmemoración fervorosa que atrae cada año, además de a los ilusionados vecinos, a cada vez más visitantes venidos de diferentes lugares.