Opinión

Canto al optimismo

Tengo unos apuntes tomados hace un par de años que destiné en primera instancia a estimular mi espíritu con un canto al optimismo. Transcurrido el bienio, mantengo postura y hasta creo que pueden animar un poco al panorama cotidiano que nos rodea, siempre que levantemos un poco la vista para alcanzar un panorama de mayor amplitud.

Tengo unos apuntes tomados hace un par de años que destiné en primera instancia a estimular mi espíritu con un canto al optimismo. Transcurrido el bienio, mantengo postura y hasta creo que pueden animar un poco al panorama cotidiano que nos rodea, siempre que levantemos un poco la vista para alcanzar un panorama de mayor amplitud.

¡Vamos a vivir un año de locura!

Pese al esfuerzo de ciertos medios de comunicación para desmoralizarnos, 2018 ha sido un año récord. Mientras que el 94 % de las personas vivían en pobreza extrema en 1800 en todo el mundo, hoy lo hacen únicamente 10 de cada 100, el índice más bajo jamás registrado, y la tendencia es que siga disminuyendo. El 88 % de los seres humanos eran analfabetos en 1800 en todo el mundo, mientras que hoy esa cifra se sitúa en 15 de cada 100. Es la mejor cifra de índice de alfabetización jamás registrada, y la tendencia es que siga mejorando.

En 1800, de cada 100 niños 43 morían antes de cumplir los 5 años, y hoy esos fallecimientos no superan los 4 de cada 100. De nuevo se trata del resultado más positivo de la historia, y la tendencia esperada es, asimismo, que continúe mejorando.

Por su parte, nunca la esperanza de vida en el mundo entero había sido tan elevada. Y de hecho sigue aumentando. En 1800 era de 32 años; en 1950, de 48 años, y actualmente se encuentra en 70 años.

Incluso los países que hoy registran las peores cifras, Sierra Leona y Mozambique (donde la esperanza de vida es de 49 años), superan a los países con mayor longevidad en 1800 (que eran Bélgica y los Países Bajos, con una media de esperanza de vida de 40 años). Asimismo, en países como la India, Pakistán, Indonesia o Brasil la esperanza de vida hoy día no difiere demasiado de la de la mayoría de países más avanzados. La consulta a estudios especializados ayuda a formarse una idea de la magnitud de estos datos y de su evolución a lo largo de las últimas décadas.

Indiscutiblemente, las tendencias son muy positivas. Todo parece indicar que 2019 será el mejor año de la historia de la humanidad para el mayor número de personas. Pero… ¿éramos más felices antes? Desde luego la longevidad, la alfabetización e incluso la prosperidad no son suficientes en sí mismas para hacer feliz a una persona.

Los más pesimistas llegan a afirmar incluso que hoy la vida es más larga, pero también más triste que antes, debido tanto a la degradación del medioambiente y la soledad, como a la sociedad cada vez más agresiva en la que vivimos, entre otros factores. No obstante, hay que decir que la tasa global de suicidios, el indicador más extremo relativo a los estados depresivos, sigue una tendencia claramente a la baja en relación con los datos de los años 50. Por supuesto, no podemos olvidar las guerras que asolan gran parte del mundo, así como tampoco el terrorismo, la intransigencia, la intolerancia y la sinrazón de algunos… Todo ello con consecuencias tan dolorosas que a veces nos llevan a pensar que el ser humano y el mismo mundo son peores de lo que realmente son.

Finalmente está en nuestra mano mirar la botella en su tramo lleno, tratando de añadir unas gotas que disminuyan el tramo vacío.