Cientos de animales de Zaragoza reciben bendición en el día de su patrón San Antón

Como cada 17 de enero, cientos de animales y sus colegas humanos se han acercado este jueves hasta la Iglesia de San Pablo de Zaragoza para recibir la bendición en el día de su patrón, San Antón. Una celebración que, según la leyenda, desprende 365 días de protección a unos animales que son mucho más que simples mascotas.

Zaragoza.- Como cada 17 de enero, desde hace muchos años, cientos de animales y sus colegas humanos se han acercado este jueves hasta la Iglesia de San Pablo de Zaragoza para recibir la bendición en el día de su patrón. Como cuenta la leyenda, San Antón, después de descubrir la divinidad a través de la naturaleza y sus fantásticos seres, terminó convirtiéndose en protector de los animales. Perros, mulas, tortugas, pajarillos o hasta chinchillas. 

Como en casi todas las ediciones de San Antón, han abundado los perros. Allí, como si de una alfombra roja se tratase, todos ellos han querido lucir sus mejores galas: desde la moda más deportiva, con sudadera y zapatillas converse, hasta el estilo militar, con chalecos de camuflaje. Un entrañable estilo perruno que ha despertado la ternura más pura del público de la zona, y muchas sonrisas. 

La jornada además ha resultado un ideal punto de encuentro entre viejos amigos y rivales. Este año, el caniche Thor, ataviado con su habitual atuendo zaragocista, ha protagonizado una ya tradicional charla futbolística con otro can que vestía la camiseta de la Sociedad Deportiva Huesca. Nada de rivalidad. Todo queda entre colegas. 

Y de tradición en tradición, entre la multitud de Chihuahuas temblorosos por el frío, Yorkshires ladradores, Caniches de blanco pelaje, Beagles o Pastores Alemanes, un año más, la protagonista indiscutible ha sido la burra Chenoa. Hasta ella se han acercado decenas de personas para fotografiarse con la que muchos consideran ya una aunténtica Celebrity del mundo animal. Eso sí, su dueño, José María, ha vuelto a tener unas palabras en recuerdo de Bisbal, el apuesto caballo, amante de la burra Chenoa, que les estaría esperando en casa para recibirlos después de la bendición. 

Asimismo eran apreciables algunas que otras especies exóticas -pajarillos la mayoría- y hasta chinchillas. Correteando por la estructura preparada para el sermón, estaba la tortuga Talía. Ella, de más de dos kilogramos de peso, también ha sido bendecida por el párroco Don Santiago Fustero. Tras ser rociados con el agua bendita, todos aquellos que hayan pasado a las puertas del templo zaragozano de San Pablo gozarán de 365 de protección.