Zaragoza.- No es la primera vez que la fotografía de Zaragoza se ve alterada por un nuevo elemento en su panorama urbano, y este nuevo elemento, en concreto, se aprecia desde cualquier ángulo del río Ebro a su paso por la capital del cierzo. Es la novedad que ha traído consigo el Puente de la Constitución y que permanecerá hasta después de Reyes: una gran noria de 48 metros de altura, que sobresale de la clásica vista panorámica desde el Puente de Santiago.
La atracción, compuesta por 28 cabinas con capacidad para cuatro personas, está captando la atención de muchos. De hecho, este jueves festivo ha sido el momento idóneo para muchos valientes que se han aventurado a probar la experiencia. El viaje en noria –cuesta cuatro euros- deja sensaciones contrariadas. Algunos confiesan haber sentido "vértigo". Otros creen que las vistas "no tienen desperdicio".
En cualquier caso, esta nueva noria, "traída desde Sevilla", según explica su responsable, Karim Rokary, cuenta con todas las papeletas para convertirse en el "planazo familiar" para estas navidades. A pesar de tener un tamaño bastante inferior a la noria que giró durante los pilares de hace cuatro años, hay vecinos que consideran que la estructura giratoria le da un "toque muy cosmopolita" a la ciudad, y lanzan la propuesta de que pueda quedarse "de manera permanente", configurando así un innovado skyline de Zaragoza.
