Injusticia en el Centro de Gestión de Tráfico

Les quiero informar de la situación que se está viviendo durante estos días en el Centro de Gestión de Tráfico (CGT) de Zaragoza, de la DGT. Parte de su gestión se hace a través de un concurso público que oferta el Ministerio del Interior y cuya contrata se otorga (supuestamente) a la empresa más capacitada para ello. En el pliego de condiciones de este concurso público para Zaragoza no se contempla la subrogación del personal profesional externo (operadores, técnicos de radares, técnicos de calle, etc.), pero las sucesivas empresas que se han ido haciendo con la contrata de la gestión, han mantenido a este personal por su experiencia en algo tan delicado como es el control del tráfico en nuestras carreteras.

Les quiero informar de la situación que se está viviendo durante estos días en el Centro de Gestión de Tráfico (CGT) de Zaragoza, de la DGT. Parte de su gestión se hace a través de un concurso público que oferta el Ministerio del Interior y cuya contrata se otorga (supuestamente) a la empresa más capacitada para ello. En el pliego de condiciones de este concurso público para Zaragoza, no se contempla la subrogación del personal profesional externo (operadores, técnicos de radares, técnicos de calle, etc.), pero las sucesivas empresas que se han ido haciendo con la contrata de la gestión, han mantenido a este personal por su experiencia en algo tan delicado como es el control del tráfico en nuestras carreteras.

El último concurso público se realizó hace unos meses bajo el mandato del ministro Zoido. La empresa ganadora del concurso para realizar la gestión y el mantenimiento del CGT, (Sistem, perteneciente al grupo CPS) ganó la contrata (supuestamente) con una oferta “temeraria”, reduciendo notablemente la inversión anual en el Centro, en personal profesional y en medios. Podríamos pensar que a la hora de otorgar este contrato han primado más los inacabables recortes que la experiencia en la gestión y el mantenimiento de algo tan importante como es la seguridad en nuestras carreteras.

Esta nueva empresa adjudicataria ya ha comunicado a los trabajadores que no va a contar con ellos en este nuevo contrato, ya que no se les exige la subrogación del personal externo. Como gesto de buena voluntad, la empresa ha hecho llegar a los trabajadores a través del portal de empleo Infojobs una oferta de empleo para ocupar esos mismo puestos que hoy por hoy aún ocupan. Todo un detalle de lo más humillante.

La empresa saliente (la multinacional SICE, perteneciente al grupo ACS), se agarra a esa supuesta subrogación -inexistente- del personal para dar de baja de la Seguridad Social a los trabajadores. Esta fórmula le permite enviar a los trabajadores a la calle sin coste alguno, dejándolos en una especie de limbo legal en el que no tienen derecho a indemnización alguna, ni acceso a solicitar su prestación por desempleo. Al menos, así se se lo han comunicado a los trabajadores a través del Comité de Empresa.

A partir de aquí los trabajadores del Centro de Gestión de Tráfico de Zaragoza están viviendo una auténtica injusticia laboral, amparada por la última reforma laboral del Gobierno de Rajoy y por la poca responsabibilidad del nuevo Ministerio del Interior del Gobierno del PSOE, que se ha lavado las manos no admitiendo a trámite un recurso interpuesto por los trabajadores en el que pretendían que se garantizasen sus derechos.

Esto es a grandes rasgos los que está sucediendo estos días en el CGT de Zaragoza. Un Centro que controla la supervisión de más de 2.680 kilómetros en las carreteras de Aragón, La Rioja y Navarra, incluyendo el acceso al Túnel de Somport. Un Centro que parece no importarle al Ministerio quien lo gestione ni, por supuesto, la suerte que corra su personal profesional. Algunos de estos trabajadores tienen casi veinte años de antigüedad y, todos ellos con sus propias circunstancias económicas, personales, familiares y laborales.

En definitiva, el día 24 de noviembre alrededor de 30 trabajadores del CGT de Zaragoza se quedarán literalmente con el culo al aire, amparados por el limbo legal de una reforma laboral que resiste a ser derogada y que los infravalora y humilla. Desamparados por una Administración que pone en duda su responsabilidad en algo tan importante como es el control de tráfico de nuestras carreteras y en los trabajadores que lo hacen posible.

Cabría preguntarse cual es la verdadera preocupación de los sucesivos gobiernos de España en materia de la gestión del control de nuestras carreteras. Algo supuestamente tan sensible que les conduce a gastar muchísimo dinero en campañas de concienciación para el ciudadano, pero que les despreocupa lo suficiente como para despreciar el valor de una supervisión eficiente y segura de sus Centros de Gestión.