Zaragoza.- El varapalo que Diamanka endosó al zaragocismo, con su gol en La Romareda en los playoffs, provocó más de una depresión deportiva. El Numancia eliminaba al Real Zaragoza y hacía trizas el sueño de regresar a Primera División tras cinco temporadas. Ahora acaba de comenzar la sexta, pero los ingredientes, o mejor dicho la manera de elaborarlos, han cambiado prácticamente por completo respecto a anteriores campañas.
Porque cada intento fallido de recuperar la categoría solía tener las mismas consecuencias: una quincena de futbolistas salían de la plantilla a cambio de otra quincena que entraba en el grupo. Por no hablar de los vaivenes que ha sufrido el banquillo en la última década. Con Lalo Arantegui al frente de la dirección deportiva la historia, que parecía interminable, se ha visto modificada en sus términos. Y sólo falta que quede sellada con el final deseado.
El primer efecto palpable ha sido comprobar que, tal y como pregonaba Arantegui, la continuidad del bloque que quedó tercero la pasada campaña ha sido una realidad. No tardaron en aparecer rumores sobre posibles marchas de Cristian, Lasure o Buff, pero poco a poco el papel mojado se ha impuesto a la realidad. Y salvo una más que dolorosa pero obligada ausencia, el Real Zaragoza ya es un equipo reconocible de un año para otro. Lo que supone una novedad.
Idiakez a los mandos
Quizás una de las notas más desagradables de la pasada temporada fue protagonizada por Natxo González. El vitoriano, tras mantener un affaire con el Deportivo en pleno contrato con el Real Zaragoza, salía por la puerta de atrás y su puesto era ocupado de manera rauda y veloz por Imanol Idiakez.
El donostiarra, ya en su presentación, ya admitía que el reto sólo podía ser uno: volver a la máxima categoría del fútbol español. Eso sí, pedía tranquilidad al tratarse de "una división de tremenda igualdad" y no temía la exigencia que envuelve al conjunto maño: "Será difícil que alguien la ponga más alta de la que nos la ponemos nosotros mismos, el nivel es máximo".
Sin Borja, ¿qué?
Quizás asumir
Ahí emergía un auténtico "culebrón" como el de Marc Gual. Lalo Arantegui y jugador llegaban a un acuerdo total, pero la tardanza en encontrar un delantero por parte del Sevilla obligó a que el ariete llegara más tarde de lo previsto a orillas del Ebro. Si algo quiso dejar claro es que no se iba a fijar en "sustituir a Borja Iglesias porque es una temporada nueva" y él es "un jugador diferente". También se mostraba confiado y deseoso de "ser una pieza clave para el objetivo", que no puede ser otro, a la sexta, que el ascenso. Junto a él llegaba los últimos días del mercado de fichajes Álvaro Vázquez, otro de los deseados por Lalo Arantegui. De hecho, el futbolista cedido por el Espanyol estrenaba ante Las Palmas, en la tercera jornada liguera, su casillero de goles. En una línea similar a la de su compañero de ataque, admitía que se trata de "una oportunidad muy buena llegar a Zaragoza, un club histórico, de Primera y con una gran afición". El tercer ariete incorporado en el periodo estival, el primero cronológicamente, fue Jeison Medina. Procedente de Colombia, parece que sus oportunidades en el verde van a depender muy mucho del estado de forma de Vázquez, Gual, Pombo o incluso Papunashvili. Tres fichajes más La delantera no ha sido la única zona reforzada por el Real Zaragoza para esta campaña. A la marcha de Mikel González del centro de la zaga, la dirección deportiva respondía incorporando a una pieza codiciada y con futuro del filial del Sevilla. Es el caso de Álex Muñoz, a quien le han hecho falta pocos partidos para asentarse en el eje junto a Grippo. Y el alicantino ha aprovechado a la perfección la posición adelantada de Verdasca para paliar la ausencia de Eguaras. Mientras, también se marchaba de la plantilla Ángel Martínez dejando cojo el lateral izquierdo, con Daniel Lasure como integrante. Ahí emergen dos nombres: uno el de Carlos Nieto, ascendido desde el Deportivo Aragón y miembro a todos los efectos del primer equipo, y el de Diego Aguirre. Procedente del Rayo Vallecano llegaba el rápido jugador zurdo que, cierto es, no está contando con la mayor de las confianzas por parte de Idiakez en este arranque. Eso sí, su polivalencia, pudiendo actuar tanto de lateral como de interior, aconsejan tener paciencia en una temporada tan larga como la de Segunda División y que acaba dando oportunidades a todos. Y, el tercero en cuestión, la perla desconocida. James Igbekeme llegaba procedente del Gil Vicente, equipo que en la categoría de plata de Portugal descendía a la de bronce. Eso sí, pocos minutos le han hecho falta para que se esté convirtiendo, para muchos, en el mejor fichaje de la temporada por parte del Real Zaragoza. La cantera sigue contando Ya advertía Lalo Arantegui desde su llegada de que la cantera, la estructura de la Ciudad Deportiva debía dar un paso adelante en cuanto a protagonismo. Lo demostró en su primer año con el ascenso de los Lasure, Delmás, Guti, Pombo y compañía. Y, ahora, continúa en la misma línea de trabajo con Carlos Nieto y alguno que su rendimiento le ha hecho subirse al carro. La gran campaña realizada por el División de Honor Juvenil de Javier Garcés, segundo en su grupo a nivel nacional sólo por detrás del F.C. Barcelona, ha obligado a desviar las miradas hacia esta hornada de futbolistas con un prometedor futuro por delante. Clemente es un claro ejemplo, también los gemelos Vicente o Baselga. O, especialmente, Alberto Soro. Considerado como una de las mayores joyas con las que cuenta el Real Zaragoza en su cantera, Soro ha deslumbrado a todos en pretemporada por su calidad, valentía y descaro. Tanto que se ha hecho acreedor de un puesto en las convocatorias y también de tener minutos con los "mayores", algo que sucedió ante el Reus en la segunda jornada y, en la tercera, ante Las Palmas. Ascenso como prioridad Volviendo al inicio, Diamanka rompió ilusiones pero fortaleció corazones y sentimientos. Tanto que el zaragocismo ha respondido en masa, incrementándose el número de abonados hasta superar, a día de hoy, los 26.000 según las últimas cifras. También ayuda, y mucho, la creación de la grada Gol de Pie de cara a que la animación en este arranque esté siendo entre notable y sobresaliente. Por primera vez en muchos años, el aficionado no está teniendo excesivos problemas en localizar, e incluso identificarse, con los futbolistas de su equipo. El Real Zaragoza ha logrado mantener el bloque que disparó la ilusión e hizo creer que el ascenso era posible. Sin Borja, una dura baja, pero con mimbres suficientes como para competir entre los mejores. 
