El renacer de la Imprenta Blasco

La Imprenta Blasco reabrirá sus puertas como museo a finales de 2019. Sus cuatro paredes guardan numerosa maquinaria antigua del siglo XX de gran valor histórico artístico, que está siendo trasladada a Pontoneros para ser restaurada. Las instalaciones albergarán también 26 viviendas públicas, que comenzarán a construirse en octubre.

Zaragoza.- Además, las instalaciones albergarán 26 viviendas públicas, que comenzarán a construirse en octubre de este año. 

El experto en máquinas de prensa e imprenta Francisco Irulegui destaca que es fundamental el papel de la Asociación de Empresarios de las Artes Gráficas para sacar todo el material y almacenarlo adecuadamente en el antiguo cuartel de Pontoneros hasta que se le dé un nuevo uso. 

“Aparentemente está destinado a museo, la asociación está volcándose en la ayuda logística y en la experiencia de lo que supone un material de este tipo, que tiene más de un siglo y que merece la pena conservar porque si no sabemos de dónde venimos no sabemos a dónde vamos”, afirma. 

Irulegui explica que es una imprenta que ha conservado todo el proceso de impresión de principios del siglo XX “tan pura como entonces se hacía”. “Tiene chibaletes con tipos de letra muy antiguos e importantes, hay dos máquinas planas muy grandes que se empleaban para imprimir, también muchos libros y muchos carteles”, resalta. 

A su juicio, se ha conservado ahí como si estuviera en una “gota de ámbar”, lo que permitirá recuperar gran parte de este material para que todo el mundo vea lo que fue la impresión tal y como la concibió Guttenberg.

Un edificio histórico propiedad del Ayuntamiento

Sala con caja registradora antigua de la Imprenta Blasco
Sala con caja registradora antigua de la Imprenta Blasco

El Ayuntamiento de Zaragoza es propietario de este edificio, que está situado en la plaza Ecce Homo, número 8. El Consistorio firmó este año un convenio de colaboración con Aegraf (Asociación Empresarial de Artes Gráficas, Papel y Manipulados de Aragón) para restaurar de forma progresiva la maquinaria y enseres de la imprenta, permitiendo también trabajar conjuntamente para diseñar un espacio museístico que ponga en valor no sólo lo que representó para Zaragoza la Imprenta Blasco, sino el sector de la imprenta y las artes gráficas en su conjunto.

Durante las últimas semanas se han llevado a cabo trabajos para estabilizar y reforzar la estructura del suelo de la planta baja y del sótano de la antigua Imprenta Blasco. De esta forma la carretilla elevadora que debe retirar la maquinaria podrá transitar por el interior del espacio con seguridad durante los trabajos. 

Los enseres serán trasladados a dependencias municipales, concretamente al antiguo cuartel de Pontoneros, y a partir de ahí se verificará su estado y se determinará qué materiales son susceptibles de restaurarse para ser expuestos en un futuro, cuando el edificio esté restaurado. Con ello se fijará un calendario de trabajo para la recuperación progresiva de las piezas.

Para poner en marcha este proyecto, el Ayuntamiento de Zaragoza destina este año 49.000 euros, lo que permite el traslado especializado y acometer una primera fase de restauración. Los trabajos los llevarán a cabo las empresas que integran Aegraf en coordinación con el personal de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento.

Una joya del patrimonio industrial contemporáneo

El cierre de la Imprenta Blasco en 1999 puso fin a un siglo de historia de las artes gráficas en Aragón. Tres años después, en 2002, el Ayuntamiento de Zaragoza adquirió el edificio y a partir de este año se ha impulsado su recuperación.

Sus paredes están repletas de anaqueles
Sus paredes están repletas de anaqueles

La Imprenta Blasco constituye un valioso testimonio del patrimonio industrial contemporáneo ya que a través de su maquinaria y sus enseres se puede conocer la evolución del oficio de impresor, desde la tipografía y el hacer más artesanal hasta los inicios de la industrialización y el offset, de los que se conservan importantes ejemplos.

El patrimonio de la Imprenta Blasco inventariado está compuesto por 38 bienes. Entre ellos, destaca el mobiliario de la imprenta y maquinaria industrial propiamente dicha, a través de la que se puede seguir la evolución tecnológica que experimentó la imprenta en el siglo XIX (chibaletes, prensas tipográficas, máquinas de impresión, máquinas de manipulación de papel...).

Las dependencias también albergan mobiliario de la antigua tienda con sus mostradores, estanterías, caja fuerte, máquina registradora y armarios de herramientas.