Zaragoza.- A finales del pasado mes de marzo, el Gobierno aragonés creó una nueva figura institucional en la Comunidad autónoma vinculada al principal reto al que se enfrenta el territorio aragonés: la despoblación. El elegido por el presidente de Aragón, Javier Lambán, fue Javier Allué, ya fichado desde el inicio de la legislatura como cargo de confianza y que ahora se ha convertido en el comisionado de Aragón para la lucha contra la despoblación.
Allué tiene una trayectoria política de décadas, pero no en el PSOE, sino en el PAR. Un partido del que se desvinculó tras el proceso de primarias de 2014, en el que presentó su propia candidatura. Antes de ello estuvo tres legislaturas como diputado en las Cortes
Lámbán y Allué, aunque siempre como rivales políticos, se conocen desde hace muchos años, cuando ambos eran concejales de su municipio, Ejea de los Caballeros. Posiblemente este pasado, lo que ha demostrado durante su trayectoria y su discurso aragonesista han sido claves a la hora de ser elegido para este cargo.
Pregunta.- ¿Por qué era necesario crear un comisionado a estas alturas de la legislatura, cuando queda un año para las elecciones?
Respuesta.- Queda un año de esta legislatura, pero muchos en los que trabajar por la despoblación. Si por faltar un año el Gobierno no pone en marcha una medida así, no sería responsable. El objetivo es fomentar la necesaria coordinación y transversalidad entre los departamentos que hacen políticas que inciden en el territorio, la optimización de recursos.
Dentro de un año, simplemente, hay elecciones, no es que llegue el apocalipsis. Espero que quien entre a gobernar valore el trabajo empezado y lo retome.
P.- ¿No hay tiempo ni recursos que perder contra la despoblación sería la máxima de este órgano?
R.- Por supuesto, porque es un problema grave y está en la agenda de todas las administraciones que la sufren, y lo tratan como un asunto de primera magnitud. Hay que incidir en la mejor manera de gestionar la lucha contra la despoblación, caminando a la excelencia, porque hay muchos recursos dirigidos a despoblación, pero hay que focalizarlos mejor y redirigirlos.
P.- PP y Podemos ven electoralismo en esta medida...
R.- No me pareció cuando estuve en las Cortes que lo consideraran una cuestión electoral. Sí que insistieron en que podré trabajar un año, pero yo considero que ese es mucho tiempo para hacer política y dejar un trabajo bien hecho con el que otros puedan seguir. Y más, es una cuestión que no es de rojos, azules, morados o amarillos. Todos estamos de acuerdo en ellos, tal y como queda reflejado en las iniciativas que se aprueban en el Parlamento autonómico.
P.- ¿Cómo está siendo la relación con el Departamento de Vertebración del Territorio, comandado por el socio de Gobierno, CHA, que durante estos tres años ha dirigido las principales acciones en este ámbito?
R.- La relación es óptima, y, desde el punto de vista personal, de cierta amistad con el consejero José Luis Soro. A mí no me han transmitido ningún tipo de cabreo. Saben que no tengo ningún especial afán de protagonismo, que vamos a ir de la mano, y que no vengo de ayer...que ese plan integral del año 2000, germen de la labor que el Departamento que dirige CHA ha desarrollado, yo lo voté cuando estaba en estas Cortes como diputado. Creo que también se me ha elegido por mi perfil personal, gracias a la experiencia que atesoro en este trabajo.
P.- ¿Está haciendo ya una lista de peticiones que hacerle a Pedro Sánchez?
R.- El Gobierno de España tiene que plantear su estrategia contra la despoblación porque es un compromiso de la sexta Conferencia de Presidentes, celebrada en enero de 2017. No hay que olvidar que es el instrumento de cooperación más importante del país, donde se toman acuerdos que deberían cumplirse. Esto es lo primero que no hizo el Gobierno anterior y esperamos que pueda hacer este.
Pro creo que sería más importante que activaran la ley de 2007 sobre desarrollo rural, porque es un una buena norma, y muy transversal, que tuvo sus planes de zona y se paralizaron cuando entró el PP, pero no está derogada. Ahí está básicamente todo y podríamos resolver problemas, pero hace falta voluntad para dar respaldo presupuestario.
P.- ¿Ayudaría un nuevo sistema de financiación autonómica?
R.- Ese es el otro gran tema que se aprobó en la Conferencia de Presidente. Un sistema que tenga el coste de los servicios básicos en el territorio o que las carreteras no se midan según habitante, sino por kilómetros y orografía. Eso es lo que pedimos desde Aragón, que se tengan en cuenta cuando se haga un nuevo sistema porque ayudaría mucho.
P.- Por poner un ejemplo concreto, no sabemos si Sánchez pretende seguir adelante con el Plan 300x100 que recientemente presentó Mariano Rajoy en Teruel para llevar la banda ancha al medio rural. El Gobierno de Aragón lo criticó porque duplicaba acciones ya previstas por la CCAA ¿Han analizado ya en el Ejecutivo si le pedirán que acabe con él?
R.- Cuando desde Madrid se planifica algo que puede ser positivo tienen que pensar qué están haciendo las comunidades autónomas y los municipios. La ciudadanía no entiende que ocurran estas descoordinaciones. Es la base del éxito de un Estado descentralizado.
Rajoy lo vino a presentar a Teruel como elefante en cacharrería, sin saber que en Aragón se está terminando el Plan Conecta y el Plan Todo. Antes de querer tener el protagonismo de una acción es mejor coordinarla.
