Opinión

¿La suerte suprema?

El derrote del antes manso Pedro Sánchez es seguro que a un año vista de las elecciones municipales y autonómicas provocará largas cambiadas en un Gobierno de Aragón que, de momento, seguro que permanecerá al quite. En esta plaza de segunda, se busca más la sombra que el sol, se está siempre a la espera demoscópica…

El derrote del antes manso Pedro Sánchez es seguro que a un año vista de las elecciones municipales y autonómicas provocará largas cambiadas en un Gobierno de Aragón que, de momento, seguro que permanecerá al quite.

En esta plaza de segunda, se busca más la sombra que el sol, se está siempre a la espera demoscópica… Es difícil que haya nunca más de media entrada y que se merezca esta afición que se clasifique el coso aragonés como plaza de primera, que la feria pase a ser torerista y no torista.

Como lo fue esta sociedad cuando vio necesaria la construcción de esta monumental obra, en la que hoy abunda la visión de cemento vacío.

La gran incógnita es saber, que no intuir, si Lambán y el PSOE aragonés con mando en plaza han salido o no corneados, y con ello Aragón en el envite. Ya sabíamos que, como siempre, sí en lo mollar y que los ganados que se exhibirán serán ralos y poco astifinos, con menos trapío que un buey de agua de Ceilán.

El presidente investido y dejado a su suerte suele acochinar en tablas y en su partido, es bien sabido, ha dado más cornadas por estocadas que lo contrario. Su mala relación con el resto de su propio palco es sabida y comentada, de por sí es poco apasionado y dador de orejas y otros galardones, y ha sido silbado por sus decisiones en varios festejos.

Luego está el presupuesto que esta plaza se ve obligada a ejecutar, y que se ha mantenido el empresario que la gestiona. Cuidado con el toro, que está en nuestro tendido.

Su socio aragonesista ejecuta con brillantez las suertes iniciales de la lidia. Está especializado en verónicas, chicuelinas e incluso amansar y dar templanza al toro que le echen. Pero abomina el lance de varas, quizá porque su montura dista mucho de ser ese dragón simbólico que pueda mirar a la cara a este Miura. La suerte de matar, en forma de organización territorial o relación con el poder económico, tampoco la domina y está a expensas de perder siempre la paciencia ante reses sin trapío. Que no esté ni a favor ni en contra de la fiesta tampoco es baladí. No domina el otro fútbol, aunque no se le pueda reprochar el intento… puede faltarle duende.

El principal grupo de la oposición presenta a un acicalado y goyesco candidato, que ha recorrido todos los encierros y tentaderos hasta aparecer en el escalafón. No dimitiendo, los jefes de su partido se lo han puesto muy complicado, el toro derrota por el pitón izquierdo que no es el de su suerte natural y tendrá que foguearse con otro astado que no le permitirá los pases de pecho a que es tan dado. Suponemos que lo que le pide el cuerpo es dar un desplante y arrojar los trastos a los medios.

En su fuero interno, sin embargo, creerá que la situación no le ha dado la puntilla.

Porque la incógnita es qué toreros presenta Ciudadanos. Al personal le gusta el cartel que ha ganado el concurso, pero Aragón es país de probatinas, donde aceptar lo peor y que se venda es difícil, hay que sondearlo con tiempo. Partido con buenos banderilleros, es un melón sin abrir cómo manejan el estoque, si plantarán o no los talones en el albero y, sobre todo, cómo descabellarán en coalición cuando su traje de luces y su capote pinturero que les han donado pese el doble, con las inevitables manchas de sangre coagulada del astado.

Además, están haciendo un esfuerzo proselitista de llevar afición a las plazas de Teruel, absorbiendo a los organizadores de festejos populares, que les puede dar un gobierno inesperado e inexperimentado.

Los partidos a la izquierda del PSOE están también en una incómoda posición en los medios. Se han puesto demasiado en el foco, cuando su labor social era la de picadores que al fin han resultado amansados picándose entre ellos en la segunda suerte.

Han perdido toda la fuerza de una ganadería de la que pregonaban su bravura y buen encaste. Tienen un novillero en ciernes, de oficio recortador, pero la falta de tentaderos propios y la querencia a entrar a matar por corto y por derecho del maestro al que sustituye, no parece augurarle un buen resultado en las plazas de toros que hacen grande la temporada, los feudos históricos de la vieja escuela.

Las otras opciones, aragonesa conservadora y unida porque así lo puede, tendrán que esforzarse para no escurrir el bulto, para no apartarse de este morlaco. Aparentemente, los veríamos de capa caída pero la irrupción de algún bragado espontáneo los puede devolver al plano y estar en capilla para gobernar, no para el arrastre.

Que se lo digan en Madrid al PNV, siempre al pan y las tajadas.