Daniel Alastuey: "Queremos que la población salga a la calle para protestar en una movilización general"

UGT Aragón cumplirá 25 años este 28 de mayo. Se trata de un aniversario que llega en un "momento complicado", según su secretario general, Daniel Alastuey. Tras un intenso año de protestas, ha hecho un llamamiento a la población para que salga a la calle en una "movilización general" que agrupe todas las reivindicaciones.

Zaragoza.- UGT Aragón cumplirá 25 años este 28 de mayo. Un aniversario que llega en un momento "complicado", según su secretario general, Daniel Alastuey, para el sindicato tras atravesar periodos de bonanza y de crisis económica. 

Tras un intenso arranque de año con protestas centradas en las

Pregunta.- ¿En qué momento llega para UGT Aragón este 25º aniversario?
Respuesta.- En un momento complicado para el sindicato porque es complicado para los trabajadores. Estamos hablando de una situación en la que todavía las consecuencias de la crisis se hacen notar y, por tanto, tenemos que estar permanentemente en movilización para defender los derechos de los trabajadores. Eso es el trabajo del sindicato. Por tanto, llega en un mal momento para la gente, pero en un buen momento para la organización que, a lo largo de estos 25 años, ha atravesado por periodos de crisis, de bonanza, y siempre ha estado representando a los trabajadores aragoneses a pie de obra.

P.- Está siendo un año de intensa actividad, centrada fundamentalmente en las pensiones y la brecha de género. ¿Qué cree que ha podido cambiar para dar este año ese paso adelante?
R.- Ya el año pasado hubo un brote de protestas a principios de año que, seguramente por la situación política y el problema catalán, se acalló un poco y desapareció de la opinión pública. Lo que está ocurriendo es algo que ocurre siempre en las salidas de las crisis. Normalmente, cuando la macroeconomía se recupera y se empiezan a lanzar mensajes optimistas desde los gobiernos respecto a la situación económica, la gente ve que a ellos no les ha llegado esa mejoría y es cuando empiezan las protestas. 

Hay dos colectivos que hasta ahora las han protagonizado por razones distintas. Uno por razones que no tienen que ver con lo económico. Las mujeres han dicho basta y han incluido en sus reivindicaciones también lo económico, como debe ser. Y otro colectivo del que se han querido burlar, que son los pensionistas. Los pensionistas, durante la crisis, han tenido unas subidas que se acompasaban, más o menos, con el IPC que se iba produciendo cada año, pero hemos llegado a una situación en la que la economía crece, el IPC crece y se les pretende aplicar una subida de las pensiones del 0,25%. Eso ha hecho que salieran a la calle. Y ha hecho que la opinión pública fuera consciente de que esta situación es fruto de una reforma unilateral hecha por el actual gobierno en el año 2013 que se cargaba todos los principios del Pacto de Toledo. Entre los principios que se cargaba estaba, precisamente, la revalorización de las pensiones con el IPC y, a demás, la existencia de una cláusula de revisión en caso de que la inflación superara lo que habían subido las pensiones en cada ejercicio. Los jubilados han salido a la calle. Y no solo los jubilados, sino muchísima gente que ve que esa reforma legal pone en peligro el futuro del sistema completo. 

Eso ha ocurrido y, a su vez, están surgiendo otras protestas. Están surgiendo las protestas por las bajas subidas salariales, por la precariedad… Todo eso se está uniendo en la calle y pretendemos que sea una reivindicación global de la sociedad. 

El secretario general de UGT señala que el futuro del sindicato pasa por seguir representando a los trabajadores
El secretario general de UGT señala que el futuro del sindicato pasa por seguir representando a los trabajadores

P.- Con las pensiones se ha conseguido un primer paso. El Gobierno ha rectificado su planteamiento inicial...
R.- Sí. No sabemos todavía si se hará, porque todo depende de los Presupuestos Generales del Estado cuando se aprueben. Se supone que tienen los votos suficientes, pero no lo sabemos. En todo caso, es una medida coyuntural. Y es una medida que incide en algo que el Pacto de Toledo desterró. El problema de las pensiones es que los partidos, en cada cita electoral, intentaban tirar del colectivo de los jubilados prometiendo subidas mayores o menores. Para eso se hizo el Pacto de Toledo, para que no fuera un tema electoral y coyuntural. Y lo que hizo el Partido Popular en 2013 fue cargarse ese consenso. Nosotros lo que queremos es que no se vuelva a hacer eso. Queremos que haya un nuevo consenso, que se reúna el Pacto de Toledo que vuelva a poner en la ley la revalorización automática de las pensiones y, por tanto, los jubilados no sean un caramelo. Queremos que los jubilados tengan garantizada su pensión en el futuro y que todos, los que no nos hemos jubilado todavía, podamos tener garantizada una pensión digna.

P.- Lo que debe ser un trabajo más a largo plazo es romper la brecha de género. ¿Cómo se conseguirá?
R.- Es un trabajo muy a largo plazo que no sé si la gente entiende cómo se origina la brecha salarial. Normalmente, no se origina en diferencias salariales dentro de una empresa entre personas que hacen el mismo trabajo, sino que se origina por muchos factores: por el tipo de trabajo que hacen las mujeres, por el tipo de jornada que tienen, por los nichos de empleo que a veces parecen exclusivamente de las mujeres… Ahí es dónde se genera la brecha y lo que hay que hacer es acabar con esas causas. Hay que acabar con la parcialidad no forzada, con el hecho de que los cuidados familiares normalmente se asignen a las mujeres y con algo que para mí es fundamental, y es que las mujeres deben mentalizarse de que no deben interrumpir sus carreras profesionales por la maternidad. El Estado tiene que poner medios para que las mujeres no tengan que interrumpir sus carreras laborales, que es una parte importante de la brecha salarial. Va a costar, pero este año se han dado pasos importantísimos. 

Alastuey asegura que no perciben desafección entre trabajadores y sindicatos dentro de las empresas
Alastuey asegura que no perciben desafección entre trabajadores y sindicatos dentro de las empresas

P.- ¿Y van a continuar las movilizaciones?
R.- Las movilizaciones van a continuar. Lo que ocurre es que hay momentos de mayor intensidad y de menor intensidad. Aspiramos a que la sociedad en su conjunto se mentalice que hay que protestar también en conjunto. El problema que hemos visto hasta ahora es que son movilizaciones fragmentadas para problemas concretos. La causa del malestar social es solo una y hay que salir todos a la calle por esa causa, que es el mal reparto de la riqueza. Hemos sufrido una crisis económica larguísima y se hicieron reformas que lo que hacían era predeterminar cómo se saldría de la crisis. Nosotros ya advertimos de que se iba a salir de la crisis con más desigualdad, con más injusticia social, y es lo que está ocurriendo. Se está generando la misma riqueza, pero se está repartiendo peor. Se está acumulando en quienes ostentan el capital y, sin embargo, los trabajadores están sufriendo todas las consecuencias de la crisis. Una mujer está sufriendo el problema de la precariedad; un joven, el problema salarial y la precariedad; y un jubilado, el de la baja subida de las pensiones, causado por los bajos salarios y la precariedad. Todo está relacionado y queremos que la población salga a la calle para protestar en una movilización general, que permita que el Gobierno se vea obligado a cambiar las políticas.

P.- ¿Eso es una llamada a la huelga general?
R.- Es una llamada a una movilización general, y las huelgas generales forman parte de las movilizaciones generales. No nos asusta tomar ninguna medida, pero una huelga general es una medida muy seria y lo primero que hay que hacer es preguntarles a los trabajadores si están dispuestos a hacerla. Una huelga general, para que tenga efectos, tiene que triunfar. La movilización que estamos haciendo de forma permanente es pulsar el pulso de la sociedad para ver si esa protesta general puede llegar a materializarse en una huelga general. Ojalá no sea necesario y el Gobierno cambie las políticas, pero si tuviéramos que llegar, sería imprescindible, porque, si no, no vamos a restablecer el equilibrio social.

P.- ¿Cómo están trabajando en la desafección que hay entre trabajadores y sindicatos?
R.- Esa desafección tiene muchos matices. No la percibimos en las empresas. Percibimos que los trabajadores siguen apoyándose en los sindicatos para solucionar sus problemas. Participamos en miles de elecciones sindicales todos los días y los trabajadores siguen confiando en los sindicatos mayoritarios. Creo que se nota más en su papel más allá de las puertas de las empresas, en los temas sociales. Ahí estamos explicando a la gente que sus problemas no acaban en las puertas de las fábricas, que los salarios también se negocian fuera de las fábricas ya que están determinados en una legislación que hay que cambiar. Queremos que el malestar salga de los centros de trabajo y se materialice en la calle.

Alastuey teme que las próximas elecciones autonómicas y municipales se conviertan en una
Alastuey teme que las próximas elecciones autonómicas y municipales se conviertan en una "primera vuelta" a nivel nacional

Luego, hay colectivos nuevos a los que seguramente no hemos llegado todavía a quienes estamos intentando acercarnos a través de los propios medios que los han generado. Es un trabajo que llevará tiempo, pero siempre los sindicatos han sido capaces de adaptarse a las nuevas circunstancias de la producción capitalista. No me cabe ninguna duda de que lo conseguiremos, estos sindicatos u otros sindicatos. La gente se va a defender y lo que le decimos es que el mejor instrumento que tienen son sindicatos con experiencia, muy representativos, capaces de unir las reivindicaciones de muchos sectores diferentes.

P.- Falta un año para las elecciones autonómicas y casi se podría decir que se están dando los primeros pasos de campaña. ¿Qué cree que puede pasar en los comicios?
R.- Yo creo que estamos ya en campaña electoral. En el momento en que se aprueben los PGE, si se llegan a aprobar, entraremos ya en campaña electoral. ¿Por qué? Pues porque los partidos políticos están nerviosos. Los antiguos lo están porque las encuestas les auguran una pérdida de poder, y los nuevos, porque están impacientes. Han entrado ya en competición y cada uno en su lado del espectro ideológico. Se decía que había desaparecido la distinción entre izquierda y derecha, y lo que estamos viendo es que los partidos de izquierda se enfrentan por el electorado de la izquierda y los de la derecha, por el electorado de la derecha. Es inevitable que, en ese ambiente de impaciencia de todos los partidos, las elecciones autonómicas y municipales del año que viene se conviertan en una especie de primera vuelta del escenario político nacional. No preveo que, de aquí a los próximos meses, vaya a cambiar esto. Hemos tenido un ciclo electoral muy largo que se inició en 2014 y que terminó con la repetición de elecciones casi en 2017 y nos vamos a meter inmediatamente en otro ciclo electoral. Convendría que los partidos políticos tuvieran conciencia de que esa fragmentación del mapa no va a cambiar y empiecen a ensayar otro tipo de habilidades, como el pacto, la negociación y la conformación de gobiernos. 

P.- Mirando al futuro, ¿por donde pasa el futuro de UGT? 
R.- Para UGT Aragón, el futuro pasa por seguir representando, de la manera más fiel posible, a los trabajadores y trabajadoras de Aragón. Desde que se fundó UGT Aragón hace 25 años, hemos pasado por situaciones muy diversas. Hemos pasado por situaciones de bonanza económica, por crisis, y siempre hemos mantenido el apoyo mayoritario de los trabajadores aragoneses. Creemos que, de aquí en adelante, nuestro futuro pasa por eso, por seguir representando a los sectores tradicionales y por articular la representación de los nuevos sectores y las nuevas profesiones que están surgiendo. Y no solo ese trabajo de representación, sino ser capaces de explicarles que una parte de su futuro y su economía se decide dentro de las fábricas y sus convenios colectivos y otra parte muy importante se equilibra con las políticas de los gobiernos. Queremos ser un instrumento de presión a los partidos políticos para que las políticas sociales sean prioritarias sobre las políticas más neoliberales.