Zaragoza.- Pocos saben que Zaragoza alberga en su barrio Oliver un centro de gran legado internacional. Se trata de la Escuela de Violeros, que se dedica a enseñar la construcción artesanal de instrumentos de cuerda góticos, renacentistas y barrocos. Un oficio que gozó de su máxima actividad entre finales del siglo XIV y el XVI y que sentaría las bases para la lutheria posterior. Por ello, por la importancia patrimonial, el Ayuntamiento de Zaragoza ha solicitado al Gobierno de Aragón su reconocimiento como Bien de Interés Cultural.
"Tenemos que acercar a la ciudadanía a nuestro patrimonio, poner en relieve el trabajo de los artesanos que de tanto prestigio refleja en Europa", ha expresado el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, quien se ha desplazado hasta el local, junto al consejero de cultura, Fernando Rivarés, para conocer la actividad.
El director de la Escuela, Javier Martínez, ha expresado que este reconocimiento puede "reabrir una página olvidada de esta ciudad". "Hay que hacer un esfuerzo por divulgar este tesoro, que aún no ha sido consignado. Los musicólogos ya lo están reconociendo: los italianos de Cuatrochento aprendieron a construir de nuestros violeros", ha aseverado.
Además, ha proseguido, el BIC lograría que la ciudad de Zaragoza se reidentificara, "se convirtiera en un centro de referencia internacional en los ámbitos científicos y culturales". "Permitiría también que se rentabilizaran algunos proyectos sociales que ya hemos empezado", ha alegado.
Desde 2015, la Escuela de Violeros de Zaragoza trabaja para recuperar ese espíritu artístico, siguiendo la tradición de construcción de instrumentos de cuerda góticos, renacentistas y barrocos de raigambre ibérica. Impulsada por MusLyraMus, utilizan, únicamente, técnicas y procesos artesanales. Actualmente ofrecen cursos de vihuela de mano, vihuela de arcos, arpas ibéricas (medieval, renacentista y barroca) y de guitarra española.
