Zaragoza.- La Asociación de Afectados por la Riada del Ebro (Asafre) ha alertado del "peligro" que sufren municipios como Pina y Quinto con el deshielo porque "la riada de 2018 no está zanjada". No descartan un nuevo repunte que podría afectar a los cascos urbanos "si no se reparan antes todas las infraestructuras rotas".
Asafre ha hecho balance de la crecida del Ebro y ha cifrado en 20.000 las hectáreas de cultivo afectadas en Aragón. Además, estiman que el coste de los daños asciende a los 75 millones de euros en Aragón, Navarra y La Rioja, a lo que habría que sumar el coste del dispositivo técnico y humano.
El vicepresidente de Asafre, Luis Pablo Latorre, ha reconocido que las obras realizadas después de la riada de 2015 "han tenido su efecto" pero ha lamentado que han sido "insuficientes y sin consensuar". Por ello, consideran necesario un plan "más ambicioso" que aproveche las subvenciones europeas porque "en la Ribera Baja se ha hecho muy poco o nada, por eso ha sido la más afectada".
El presidente de Asafre, Alfonso Barreras, cree que se debe realizar un cambio más profundo "porque no puede ser que con menos agua cada vez tengamos más daños". En 15 años, según el presidente, se han "derrochado más de 500 millones de euros en apaños y parches". Por ello ha exigido "medidas urgentes y no proyectos y más proyectos".
Propuestas de Asafre
Barreras ha exigido un presupuesto anual en los Presupuestos Generales del Estado para limpiar el río Ebro y la liberalización de las medidas ambientales para que actuar directamente en el río sea legal. Desde Asafre no piden que se drague el río, sino que los puntos donde se depositan sedimentos se limpien "con asiduidad" porque producen estrechamientos y pequeños embalses. Además, esa "reubicación de áridos" podría utilizarse "para realizar caminos y obras".
Asafre también apuesta por el equilibrio de tramos porque "las secciones de desagüe tienen que aumentar conforme llegan los afluentes". Exigen "el mismo trato para Aragón que para Navarra y La Rioja "para que los habitantes no tengan esa sensación de peligro en cada riada". Denuncian que no hay equilibrio de riberas porque "se han reforzado las motas de una margen pero de la de enfrente se han eliminado". También proponen la creación de una estación de aforo en Gallur "una vez que el Arba ha desembocado en el Ebro".
