La Jacetania y el Alto Gállego recuperan la normalidad tras la reapertura de Monrepós

Jacetania y Alto Gállego van recuperando poco a poco la normalidad después de que el viernes por la tarde se reabriese el paso de Monrepós una semana después del deslizamiento que provocó una grieta en la calzada y obligó a su cierre. Los empresarios se han visto muy perjudicados y esperan un puente de San Jorge con animación.

Huesca.- Las comarcas de la Jacetania y el Alto Gállego recuperan poco a poco la normalidad después de que este viernes por la tarde se reabriese el paso de Monrepós una semana después del deslizamiento que provocó una grieta en la calzada y obligó a su cierre. Han sido siete días difíciles para los empresarios de la zona, que han visto mermada y dificultada su actividad habitual. Con el acondicionamiento de un tramo de carretera provisional y el puente de San Jorge, esperan compensar las pérdidas económicas que ha supuesto el incidente en la N-330.

El balance de los siete días en que no se ha podido acceder al Pirineo por esta vía es negativo entre los comerciantes de la zona, que en muchos casos se han visto obligados a frenar su actividad o solo han trabajado con los habitantes de la zona. El primer ejemplo es el de la panadería de Lanave, que se mantuvo cerrada hasta el viernes por la tarde. “Ha sido una semana fatal, supone un montón de dinero haber tenido que tirar el género que ya teníamos hecho”, lamentaba su propietaria, Yolanda Alonso.

En la localidad de Hostal de Ipiés se encuentra dos puntos de tránsito habitual entre los turistas, el área de servicio y la Chocolatería de la Abuela. La gasolinera, aunque se encuentra en un momento de reforma, se ha mantenido abierta aunque como explicaba uno de sus empleados, “hemos mantenido el servicio para la gente de la zona de La Guarguera, pero tocándonos la tripa. Desde la reapertura hemos notado más movimiento pero esperamos un puente tranquilo”.

Karina Suárez, una de las responsables de la tienda de chocolates de Hostal de Ipiés, recordaba que habían cerrado el establecimiento el pasado domingo y no regresaron “hasta ayer, cuando nos avisaron de que el puerto se reabría. Ha sido una semana mala, no había circulación ni gente y era preferible cerrar y ahorrar esfuerzos”. La apertura del viernes por la tarde no estuvo acompañada de un gran movimiento a la espera de que transcurra “este fin de semana con normalidad y recuperemos estos días que permanecimos cerrados”.

El sector más afectado por el cierre de Monrepós ha sido el del transporte. Los profesionales se han visto obligados a utilizar rutas alternativas en sus desplazamientos, sobre todo la carretera A-132, o incluso a dar la vuelta por Pamplona para llegar hasta Zaragoza, lo que ha supuesto doblar y triplicar el número de kilómetros y el coste habituales.

Alfonso Granada, responsable de Sabitrans, se refería a que “la semana ha sido bastante dura porque dar la vuelta por Pamplona con mercancía peligrosa nos costaba casi cinco horas. Los 330 kilómetros a Barcelona se han convertido en 600. Los diez transportistas de mi plantilla han tenido el mismo problema”. Al menos, “se ha arreglado en una semana, aunque no se tendría que haber cortado”.

El presidente de la Asociación de Empresarios de la Jacetania, Juan Carlos Artero, argumentaba que Monrepós ha dado un aviso para que las administraciones mejoren las comunicaciones entre el Pirineo y el resto de la Comunidad Autónoma. “Es de agradecer que hayan reaccionado rápido, pero el tiempo que hemos estado incomunicados ha supuesto un gran inconveniente. Nos sentimos aislados. Necesitamos más de una alternativa para evitar estas situaciones”, comentaba.

La jornada de este sábado, la primera completa tras la reapertura de ayer, transcurre con normalidad, un tráfico fluido en ambas direcciones y ningún incidente. Los 300 metros de carretera provisional en la N-330 tienen una limitación de velocidad de 50 kilómetros por hora.