Zaragoza.-
El objetivo del nuevo plan es que nadie duerma en la calle por la falta de servicios de calidad adaptados a sus necesidades y expectativas; que nadie viva en un alojamiento de emergencia por un período superior al necesario; que nadie resida en alojamientos temporales más de lo estrictamente necesario y que nadie abandone una institución sin alternativa de alojamiento. El 25% de las personas se encuentran en situación de exclusión severa o moderada, siendo esta cifra significativamente más baja en Aragón, con un 19,1%. Sin embargo, este porcentaje se eleva al 30% cuando se trata de las personas que se ven afectadas por la exclusión en la dimensión de la vivienda. Por otra parte, el colectivo de personas excluidas presentan en su gran mayoría (el 85%) problemas en el ámbito habitacional, siendo la dimensión que más les afecta, en similar porcentaje que el empleo. El Servicio de Servicios Sociales Especializados del Ayuntamiento de Zaragoza actúa en dos ámbitos en materia de exclusión residencial: el sinhogarismo y el chabolismo e infravivienda. Requieren diferentes diagnósticos, evolución, realidades y perfiles, si bien es cierto que son dos fenómenos que llegan a rozarse y establecer puntos de conexión, e incluso comparten elementos a la hora de intervenir. En Zaragoza, el último censo sobre personas sin hogar fue elaborado por Cruz Roja en su III Estudio de personas sin techo, en noviembre de 2016. Se registraron 126 personas sin techo, lo que supone un descenso respecto a recuentos anteriores. Estas personas pasan las noches en cajeros automáticos (32%), en la calle o plazas (19%), bajo puentes (15%) o en casas o edificios abandonados o en obras (15%). De la memoria anual de 2016 del Albergue Municipal, se desprende que se mantiene y agudiza una tendencia decreciente que se inicia en 2001 en el número de personas diferentes que utilizan el albergue cada año. En concreto, 2016, con 2.060 personas diferentes, registra el menor número de usuarios en el Albergue en los últimos 20 años. Los perfiles de los usuarios responden a personas temporeras, personas en itinerancia, con una situación de sinhogarismo crónica, con una situación de vulnerabilidad marcada por el trabajo y el grupo de personas a quienes la crisis sí les ha afectado y han caído por primera vez en dinámicas de sinhogarismo. Método escalera y Housing First La literatura moderna del sinhogarismo, así como las planificaciones recientes y las nuevas tendencias en Europa tienden a distinguir y confrontar el modelo denominado "Continuum of Care" o modelo clásico de escalera, y un modelo innovador, , primero el hogar. El primer modelo responde a una intervención basada en un itinerario que la persona debe ir cumpliendo. Empieza con la aceptación de un trabajo, a fin de ir subiendo escalones o superando etapas en su proceso de mejora hacia la vida autónoma, con el objetivo final de formar un propio hogar. Por su parte, el Housing First, que tiene sus orígenes en Estados Unidos y Canadá, está orientado a la vivienda, y sugiere un cambio de mirada o de paradigma. Su metodología se basa en una intervención temprana que propone que la persona que está en la calle o alojamientos de emergencia pueda acceder directamente a una vivienda digna, adecuada y permanente. El Ayuntamiento se inclina en concebir el Housing First como una práctica novedosa entre los diferentes recursos existentes para una estrategia frente al sinhogarismo y respondería, básicamente, a perfiles más crónicos. En Zaragoza se comenzó inicialmente en noviembre de 2016 con cinco viviendas, propiedad de la Sociedad Municipal de Zaragoza Vivienda, y otras cinco en junio de 2017. Líneas de acción de futuro Las líneas de acción de cara al futuro que se marca el Ayuntamiento son siete, cada una de ellas con unos objetivos concretos. La primera línea es la Generación de conocimiento y sensibilización, para lo que se plantea realizar recuentos periódicos y un mapeo de las personas sin hogar en Zaragoza, así como investigaciones o estudios sobre exclusión residencial y sinhogarismo. El segundo objetivo es trabajar en la Prevención. Para ello, se pretende impulsar el trabajo en la calle, coordinar el trabajo con las oficinas de vivienda, establecer protocolos de desinstitucionalización y también fomentar la formación y mejora de las herramientas de trabajo personal. En tercer lugar se encuentra el objetivo de la Coordinación y el trabajo compartido en red, para lo que se pretende crear un registro único de personas sin hogar, reforzar la coordinación municipal con los servicios sociales, apoyar y colaborar con la Coordinadora de Centros de Servicios para Personas Sin Hogar, y participar en una Red de Grandes Ciudades nacionales y extranjeras para el intercambio de buenas prácticas. El cuarto objetivo se centra en los Modelos flexibles y diversos de alojamientos y de acceso a la vivienda, impulsando un centro de alojamiento de urgencia y corta estancia, otro centro de alojamiento y reinserción social, un centro residencial con vocación social, el proyecto Housing First, el acceso especial a la vivienda social y habilitar recursos y servicios sociosanitarios. Un quinto objetivo se centraría en las Políticas de inserción que atiendan las necesidades y empoderen a las personas sin hogar, para lo que se buscan itinerarios personalizados y una participación activa. El sexto objetivo es la Incorporación de la perspectiva de género en las políticas frente al sinhogarismo y el séptimo y último impulsará cambios en los actuales dispositivos del Albergue municipal.
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