La Vigilancia Tecnológica, el "As" de la empresa aragonesa

En la llamada Sociedad de la Información, los acordes del “conocimiento es poder” vibran más fuerte que nunca. Resguardo y fisgoneo corporativo se combinan, requiriéndose un redoble de seguridad. El registro de patentes se multiplica, al mismo tiempo en que la Vigilancia Tecnológica aspira a ser la metodología de "la competitividad".

Zaragoza.- La globalización tiene sus pros y contras. Ejecutando un análisis DAFO, la (híper) conectividad por la que la se rige la sociedad, al igual que oportunidades y fortalezas, también contempla debilidades y amenazas. De estas dos últimas casillas, y entre otras variables, sobresalen dos: la incesante competitividad y la obligada inmediatez de actuación. Hoy, personas y empresas han de efectuar un exhaustivo control de sus acciones. Porque un simple fallo puede suponer un fatal descalabro. Para combatir al caprichoso azar, son cada vez más empleados los mecanismos de anticipación. Es la llamada Vigilancia Tecnológica (VT), muy vinculada al concepto de Inteligencia Competitiva, o a su homóloga anglicana "Business Intelligence". 

Parafraseando al pensador Francis Bacon, “la información es poder”. La técnica de la vigilancia tecnológica y sus variables ofrece, precisamente, eso: conocimiento. Se trata de un conjunto de herramientas y servicios operativos, tácticos y estratégicos, que permiten un dinámico acceso informativo y analítica de datos, para, después, orientar de manera más eficaz la toma de decisiones. En Aragón, profesionales del Instituto Tecnológico (Itainnova) llevan más una década investigando, desarrollando y ejecutando servicios de vigilancia para empresas aragonesas. Un servicio estimado “extraño” hasta hace poco tiempo, pero que cada vez es más demandado. Tanto, que el Itainnova llegó a formar un grupo de trabajo especializado en Explotación de Resultados y Propiedad Industrial. 

Procesos de prospección informativa

“Desde el instituto elaboramos proyectos para empresas del tejido empresarial aragonés, teniendo como meta la facilitación de información tecnológica filtrada en los distintos entornos mundiales”, explica Jorge Riobó, miembro experto del equipo. Esto es, de manera sistematizada, y mediante un barrido monitorizado de datos, se recaban grandes cantidades de información online y offline sobre tecnologías existentes que puedan afectar al lanzamiento, evolución o futuro del producto de la empresa. También, datos sobre tecnologías potencialmente aplicables a dichos productos. Toda una prospección informativa. 

El Itainnova cuenta con un grupo de trabajo especializado en Explotación de Resultados y Propiedad Industrial
El Itainnova cuenta con un grupo de trabajo especializado en Explotación de Resultados y Propiedad Industrial

Las referencias relativas a patentes figuran como elementos esenciales en rastreos de este tipo. “A través de la vigilancia industrial determinamos si hay parte de esa tecnología requerida protegida en patente”, cuenta Riobó. De esta manera, se puede garantizar que la empresa “no infrinja derechos de terceros a la hora de acogerse a esa tecnología”, dictaminar “cuán cerca puede estar un producto de ser lanzado al mercado” o, incluso, su viabilidad. Con esta información, la empresa sabrá si conviene más comprar derechos de explotación o invertir en equis tecnología. 

Indagar para atinar

El proceso de averiguación puede partir de lo más básico, para terminar circunscribiendo datos de lo más complejo. Desde una simple búsqueda orientativa en Google, hasta la extracción de “info” en bases de datos de acceso restringido. Para ello, el Itainnova emplea distintos tipos de herramientas y software especializados en búsquedas de naturaleza técnica, cuyos sistemas analizan toda la información volcada en informes, portales, publicaciones científicas, líneas y proyectos de investigación, ofertas y demandas tecnológicas, y legislación o patentes. Cada software extrae información mediante una metodología concreta. Por ejemplo, a través del procesamiento semántico de palabras clave o “keywords”, tendencias tecnológicas, o sobre el nacimiento de productos dentro de una acotación temporal determinada. También, existe la posibilidad de ejecutar la captación de referencias y otros datos de interés de un registro de más de 9.000 revistas científicas y bases de patentes internacionales. Un arsenal bibliográfico que atrae a un importante número de empresas aragonesas y que va in crescendo a medida que estas avistan que el futuro apremia más que nunca. 

“Antes, las empresas no percibían el valor que les otorgaba la tenencia de tanta información”, subraya Riobó. Pero, de un tiempo a esta parte, son cada vez “más conscientes” de una necesidad que opera ya dentro de todos los procesos de generación de productos o conocimiento de nuevas tecnologías. “Nosotros le damos el abanico filtrado, ordenado y relevante, y la empresa decide”, remarca. Algunas prefieren comprar una patente y otras desarrollar una tecnología alternativa que les aporte visibilidad en un mercado concreto. “Estas decisiones se toman en función de la información que nosotros aportamos”, zanja. 

El auge de la "VT"

En los últimos diez años, “hemos detectado un aumento de la solicitación de empresas aragonesas dadas a recurrir a la vigilancia tecnológica”, refleja el experto. Sobre todo, esa demanda se vivifica en aquellas compañías vinculadas “al sector de la automoción o los ascensores”, añade. De los casos más recientes, Riobó destaca el de una compañía de plásticos interesada en la inyección de un material de una pieza del sector automoción. 

Cada software extrae datos mediante una metodología concreta, como el procesamiento semántico de Keywords
Cada software extrae datos mediante una metodología concreta, como el procesamiento semántico de Keywords

La empresa había detectado ya tres fórmulas de fabricación, pero requirieron asistencia y asesoramiento del equipo de Itainnova en la búsqueda de información sobre competidores y sus maneras de proceder (tecnologías empleadas), dentro de la demarcación de Japón. Un mercado que, al igual que otras zonas asiáticas, presenta “un importante auge”, máxime en estos tiempos en que la resonancia de la sinergia “aragoriental”, el Tren de la Seda y sus rutas intercontinentales, se aviva. 

Más vigilancia, más candados

En una economía global, interconectada, y basada en el conocimiento, proteger la ventaja competitiva a través de la propiedad intelectual puede garantizar la supervivencia. Por ello, casi de manera simultánea, dentro de este acelerado y permeable entorno, crecen asimismo el número de empresas desarrolladoras que apuestan por la acreditación oficial de derechos y exclusividad a modo “cápsula” de seguridad.

Según informa la Oficina Española de Marcas y Patentes (OEMP), en el cierre del último ejercicio (2017) el registro de patentes nacionales ha presentado un repunte del 75% en comparación con el año anterior. En cifras, 500 más que en 2016. Una estadística apreciable en la actividad marcaria y el pertinente registro de simbologías distintivas, muy notable también en la comunidad aragonesa. En este sentido, la Oficina destaca a Aragón como una de las autonomías con mayor aumento (4,8%). Esta característica ha motivado la reciente ejecución de una nueva Ley de Patentes –en vigor desde el 1 de abril de 2017-, cuyo texto legal refuerza el blindaje de las invenciones nacionales. Aragón, España y el mundo asisten, pues, a un renovado concepto de babyboom. Nuevos orígenes que marcan el rumbo hacia el futuro.