Aragón en el Monte de los Olivos

Acabo de regresar de Israel, de la ciudad de Jerusalén, tres veces santa para los credos monoteistas, asediada a lo largo de los siglos por asirios, babilónicos, griegos, romanos, árabes, cruzados y otomanos. Ciudad marcada por la guerra de los Seis Días, por cuya puerta de los Leones entró triunfante el general MoshéDayán tras conquistar Jerusalén Este, incluyendo la ciudad vieja, a Jordania.

Acabo de regresar de Israel, de la ciudad de Jerusalén, tres veces santa para los credos monoteistas, asediada a lo largo de los siglos por asirios, babilónicos, griegos, romanos, árabes, cruzados y otomanos. Ciudad marcada por la guerra de los Seis Días, por cuya puerta de los Leones entró triunfante el general MoshéDayán tras conquistar Jerusalén Este, incluyendo la ciudad vieja, a Jordania.

Descendiendo por el Monte Scopus, a continuación de la misma cadena montañosa, aparece el  Monte de los Olivos, separado de Jerusalén por el torrente Cedrón, paralelo a las murallas de la ciudad, ejemplo de la arquitectura Árabe Islámica, construidas por Suleimán el Magnífico durante el siglo XVI.  Un poco más abajo del torrente Cedrón, el valle de Josafat, sin que pueda faltar el Monte del Escándalo, llamado así por el recuerdo de los cultos que Salomón ofrecía a las divinidades paganas de sus mujeres extranjeras. Desde los tiempos bíblicos hasta hoy, el Monte de los Olivos se ha utilizado como cementerio, con unos 150.000 enterramientos de judíos, cementerio profanado, con destrucción de cerca de 50.000 tumbas durante la ocupación por Jordania. Y los soldados romanos de la Décima Legión acamparon en este lugar durante el asedio a Jerusalén.

Llama la atención la bandera francesa ondeando en lo alto de lo que fuera una de las tres grandes basílicas construidas por Constantino a instancias de su madre santa Elena. Las excavaciones han sacado a la luz restos de la basílica bizantina, de tres naves y pavimento de mosaico, sobre cuyas ruinas se levantó en el siglo XII una nuevaiglesia de la  que dice Daniel, peregrino ruso:” hay  una iglesia bajo cuyo altar está la gruta donde Cristo enseñó a sus discípulos el Padre Nuestro”. La actual fue levantada por Aurelia de Bossi, prima de Napoleón, cuyo monasterio de carmelitas francesas data de 1875. Y desde la Edad Media recibe el título  de iglesia del PaterNoster. Tanto en el claustro como en los muros del recinto antiguo, la reproducción en azulejos de la oración de Jesús, en unos 120 idiomas y dialectos, la fabla aragonesa entre ellos: Pai nuestro, que yes en ozielos, satificato siga o tuyo nombre...Pero ¿quién llevó al Monte de los Olivos la cultura aragonesa, tras cinco horas de vuelo y unos 3700 kilómetros desde Madrid a Tel aviv? Todo comenzó en el año 2008, cuando la Asociación Ligallo de Fablans publicó “Os Ebanchelios di nuestro SiñorChesucristo”. Un grupo de 52 personas pertenecientes a los Escolapios llevaron la cultura aragonesa. El empresario Guillem Manuel Forcada financió la fabricación y colocación del mural con 2.800 euros. Para que la colocación de los azulejos fuera posible, hubo que contar con la mediación de las carmelitas de Zaragoza y con el visto bueno del consulado galo. Con un certificado se acreditó el uso del aragonés en actos religiosos, aprobado por Javier Negro, superior de los Escolapios, precisándose además  una certificación del Gobierno de Aragón, por parte del viceconsejero de Educación, Cultura y Deporte. Por último, Manuel Castán, autoridad lingüística y miembro de la Academia de Aragonés, confirmó el uso actual del lenguaje.Desde el exterior se disfruta de la contemplación de una panorámica impresionante de Jerusalén. Desde aquí, mi gratitud a ese grupo de aragoneses  que hizo posible que nuestra cultura traspasase fronteras para asentarse en Oriente Medio.