Zaragoza.- El conductor acusado de circular ebrio y atropellar mortalmente a dos ciclistas en la N-330 a la altura de Botorrita en agosto de 2016, Leoncio M., arrojó en la prueba de alcoholemia que le practicó la Guardia Civil tras el accidente 0,71 miligramos de alcohol por litro de aire expirado -0,76 una hora más tarde-. Una cantidad "terrible" que hacía que el acusado fuese "una bomba" al volante, ha señalado el médico forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) Juan Antonio Cobo, que ha expuesto su informe junto a su compañero Salvador Baena.
"No tiene ni tiempos de reacción lógicos, se cometen errores de comisión, de decisión y de acción, los tiempos están totalmente alterados y se dan respuestas inadecuadas en todo momento; es decir, es una bomba", ha rematado. Según el informe forense,