Zaragoza.- Sufrir el cierre de la empresa en la que te has formado y has crecido profesionalmente no es plato de buen gusto. Así lo asegura Marcos Andaluz, pues vivió "muy mal" el momento en el que Serviplem-Baryval cesó su actividad en 2016. Por ese motivo, y por un factor de "solidaridad" con sus compañeros, decidió poner en marcha el pasado 2017 la fábrica de hormigoneras Baryserv (B+S).
En Serviplem comenzó como responsable de servicio postventa y actualmente es socio-fundador de B+S junto a cuatro inversores más, algo que califica de "reto entre amigos". Emprendedor a sus 66 años no es el mayor, pues le superan en edad dos de los cinco socios. Todos ellos cuentan con la ventaja de conocer muy bien el sector de la construcción, golpeado duramente por la crisis de 2008.
Serviplem fue adquirida en ese año por la empresa Telcon (filial de la multinacional india Tata Hitachi), que tras ocho años de trabajo echó el cierre en 2016. Para ocupar ese hueco nace B+S, con un año de andadura y siendo los únicos distribuidores de la italiana CIFA, trabajaban para doblar sus números de negocio y de plantilla en este 2018.
Pregunta.- Para aquellos que no les conozcan, ¿qué es Baryserv (B+S)?
Respuesta.- Baryserv nace en el año 2017, hace ahora prácticamente un año, como consecuencia del cierre de nuestra antigua empresa Serviplem-Baryval que nosotros habíamos vendido a Tata Hitachi de la India. El motivo del cierre, evidentemente, fue la crisis tan dura que ha habido desde el año 2008 hasta el año 2016, y el grupo Tata Hitachi tomó la decisión de desinvertir en Europa en varias empresas en las que habían invertido.
B+S nace con la idea de retomar la actividad y también pensando en que las personas válidas con las que durante muchos años habíamos estado trabajado mano a mano en la empresa quedaban desamparadas. Fue entre un aspecto de solidaridad y un reto entre amigos de 66 años y más. Hicimos una empresa con amigos y además generamos puestos de trabajo y retomamos la actividad con otro enfoque diferente.
P.- Usted se desvinculó de Serviplem-Baryval en 2008… ¿cómo vivió el cierre de la empresa en 2016?
R.- Pues muy mal porque al fin y al cabo tengo 66 años ahora, desde los 21 años he trabajado siempre en el mismo grupo de empresas. Primero fui responsable de servicio postventa hasta que fui propietario con otros socios. Aunque ves normal que pueda cerrar una empresa viendo que otras han cerrado, también ves que hay muchísimas que han sobrevivido. Asumes que hay crisis pero dentro de la crisis puede haber un enfoque rentable de la empresa y, pasado este año, así lo hemos demostrado.
P.- ¿Y por qué motivo deciden crear Baryserv en 2017?
R.- En el momento en el que es comunicado el cierre de Serviplem-Baryval, que era el nombre de la compañía anteriormente, uno de los directivos se pone en contacto con nosotros porque nos dice que se tiene que ir a Madrid, o a otro sitio, porque lógicamente esta empresa queda sin actividad. Yo le digo “déjame mirar” y hablo con otros amigos con los que he viajado por el mundo durante 40 años haciendo empresas en el extranjero o venta directa de nuestros productos. Y les planteo la posibilidad de volver a retomar la actividad de Serviplem pero con un enfoque diferente.
Hacer una fábrica nueva es muy complejo, muy difícil y lleva mucho tiempo. Nosotros ya teníamos una alianza con una empresa italiana, CIFA, que es una de las 5 empresas más grandes del mundo que hacen prácticamente lo mismo que nosotros hacíamos más una serie mucho más amplia de máquinas para el mismo sector. Obtuvimos el contrato en exclusiva para España y esto fue lo que confirmó el desarrollo de Baryserv.
P.- ¿Qué diferencias o similitudes encuentra entre Serviplem y Baryserv?
R.- De crisis a crisis se crea una inflación en las empresas en todos los aspectos: costes salariales, en gastos, etc. que llega un momento que son inviables si no se toman decisiones difíciles. Y además hay que tomarlas rápidamente.
Lo que pasó con Serviplem ya pasó anteriormente con la empresa original, Baryval, en los 80. No se toman las decisiones de reajustar todo a las necesidades del mercado y como consecuencia descapitalizas la empresa y al final cierras. En el caso de Serviplem se descapitalizó aunque los socios propietarios en ese momento, Tata Hitachi, tenían recursos suficientes para haber prolongado su actividad pero no en la forma en la que estaba planteada en ese momento.
P.- Hablemos de cifras… ¿qué volumen de negocio mueve? ¿Cuántos son?
R.- En estos momentos nos planteábamos el asunto de una forma muy tranquila y a la expectativa porque el sector de la construcción ha empezado a crecer de cero prácticamente en el año 2016. En el 2017 esperábamos una confirmación de lo que veíamos, estimábamos una cifra de 3 millones de euros y en estos momentos esperamos doblar. También en plantilla, estamos 20 personas y este año se duplicará a 40 con toda seguridad.
P.- A lo largo de este primer año habrán tenido que reinventarse e innovar… ¿cómo lo han hecho?
R.- Reinventarse yo creo que uno tiene que hacerlo en cuanto a la forma de hacer las cosas y de dirigir. El enfoque nuestro es diferente; antes fabricábamos todo, ahora prácticamente no fabricamos nada. Sí que fabricamos la pieza más compleja de las hormigoneras que es el tambor de mezcla del hormigón. Incluso vamos también a fabricar aquí para exportar a CIFA, puesto que tienen una demanda muy grande y ellos no son capaces de producir todos los pedidos que tienen. Yo creo que la innovación es más organización de empresa. Probablemente el enfoque es diferente pero con menos medios se genera mucho más negocio.
P.- ¿Cómo es emprender con 66 años?
R.- Lo de emprender yo creo que es ir paso a paso. Te obliga a emprender el hecho de que la empresa en la que tú trabajas cierra y te ves capaz de seguir adelante con esa actividad. En este caso concreto ha sido a los 66, la cosa no es normal pero ha ocurrido.
P.-Una de sus bazas, que les permite diferenciarse con el resto de empresas del sector, es que son los únicos distribuidores de la empresa italiana CIFA.
R.- CIFA es una empresa dentro de las cinco primeras a nivel global en el sector en todos los aspectos: volumen de producción, tecnología, etc. En competencia con norteamericanos, alemanes e italianos. También esta China pero es un mundo aparte.
Dentro de esa situación de CIFA en el mundo a nosotros nos aseguraba, en una relación de más de 20 años, un futuro perfecto en estos momentos; dado que veíamos que no era preciso empezar fabricando, puesto que habríamos tardado mucho más en desarrollar el proyecto. Tenemos ese contrato exclusivo con ellos y de momento solo vendemos en España, pero hay otras posibilidades de vender en el norte de África y probablemente Portugal.
P.- Actualmente están apostando por camiones "Híbridos enchufables", ¿qué ventajas ofrecen?
R.- Ofrece una ventaja de aspecto ecológico. En las capitales europeas, como es el caso de Londres o París, al acceder al centro están prohibidos determinados niveles de contaminación o ruido. Una hormigonera híbrida lo que hace es que el camión accede y en el momento que ha llegado al sitio en el que tiene que descargar el hormigón, se para el motor diésel y entonces la hormigonera se mueve con energía eléctrica acumulada en baterías.
P.- ¿Cómo son los futuros proyectos de la empresa?
R.- El futuro proyecto es crecer potencialmente porque en Serviplem-Baryval teníamos una cuota del mercado nacional del 50-60%, y durante los meses que cerró la compañía, la competencia es la que suministra todas estas unidades. Ahora hemos entrado nosotros, empezamos a recuperar poco a poco y yo creo en dos años tendremos ese porcentaje de cuota de mercado en España.
