El verano traerá nuevas instalaciones a la estación de Canfranc

La estación de Canfranc ha querido reinventarse y convertirse en un lugar de acogida al viajero, donde recibirlo y ofrecerle una suculenta ración de dosis de ocio. Además de la oferta que ya se ofrece al turista que llega curioso a Canfranc, este verano se abrirán nuevas instalaciones que harán más emocionante la experiencia del visitante.

Zaragoza.- El mundo cambia muy rápido y todo lo que nos rodea se transforma, casi sin darnos cuenta, a un ritmo vertiginoso. Aun así, todavía quedan sitios que permanecen erguidos y orgullosos en el lugar que les ha correspondido desde el principio de los tiempos. Este es el caso de la imponente estación de Canfranc, uno de eso lugares que lucha por no desaparecer y que deja con la boca abierta a todo el que lo visita; un edificio que permanece satisfecho en un entorno natural que todavía se resiste al paso del tiempo.

Ahora, la estación de Canfranc ha querido reinventarse y convertirse en un lugar de acogida al viajero, donde recibirlo y ofrecerle una suculenta ración de dosis de ocio. Además de la oferta que ya se ofrece al turista que llega curioso a Canfranc, este verano se abrirán nuevas instalaciones que harán más emocionante la experiencia del visitante. Una de estas instalaciones albergará el Museo del Laboratorio Subterráneo de Canfranc, donde el Grupo de Física Nuclear y Astropartículas de la Universidad de Zaragoza expondrá el trabajo que ha estado realizando sobre la materia oscura del Universo.  Además, justo al lado del museo habrá una maqueta representativa de los cambios que se están realizando en la explanada.

La estación de Canfranc también albergará un hotel de cinco estrellas y diferentes viviendas estilo lofts, además de dar cabida al museo del ferrocarril. El proyecto hotelero se realizará de la mano de Ingennus Urban Consulting y se prevé que estará finalizado en el 2021. Todavía no se conoce cuál será la compañía hotelera que se ubicará en la estación, pero se sabe que tendrá unas 100 habitaciones y que la recepción estará ubicada en el vestíbulo. La estación de Canfranc es un Bien de Interés Cultural, así que la fachada y el atrio no podrán ser modificados al estar protegidos.

Pero la antigua estación de Canfranc no olvida su historia unida al Camino de Santiago y su valor como lugar de paso de los peregrinos que, tras horas de caminata, buscaban un espacio donde cobijarse. Por esto, la estación llevará a cabo la rehabilitación del dormitorio de maquinistas franceses para convertirlo en el Centro de Interpretación de los Peregrinos. Además, la antigua cochera francesa se convertirá en un centro de acogida e información, convirtiéndose en la "puerta" del camino de Santiago.

Tráfico internacional

Todos estos cambios que ayudarán a reavivar a la Estación de Canfranc están incluidos en el proyecto de reforma de la estación y la inclusión de las nuevas vías que llevará a la apertura de la región al tráfico internacional.

En la actualidad, la estación de Canfranc ya está ofreciendo diferentes servicios a sus visitantes. La antigua casa de los ingenieros de la estación se reconvirtió en el centro de referencia español de nieve y aludes. El centro de A Lurte fue construido para dar a conocer las obras de contención que tuvieron que hacerse para proteger a la estación de los posibles desprendimientos de barrancos. Desde el 2011, los visitantes pueden entrar y reconocer la obra faraónica que tuvo que hacerse para poder construir la estación.

La arquitectura y elegancia del edificio que lo coronaron, cuando se inauguró en 1928, como la primera estación de España y la segunda de toda Europa, hacen que la estación sea, por sí sola, una obra digna de ser contemplada. Por esta razón, los visitantes pueden disfrutar de recorridos de 45 minutos para descubrir la construcción. La visita comienza por el acceso subterráneo que se creó para el paso de los pasajeros y termina en el andén francés donde todavía se encuentran trenes de aquella época terminándose de restaurar.

Además, las noches de los viernes, sábados y festivos se ofrecen espectáculos de luces en vivo cuando llega la caída de sol. La duración del evento es de 20 minutos en los que se proyectan luces e imágenes en la fachada del edificio central. Pero además, el recorrido en tren desde Zaragoza ofrece al visitante la posibilidad de conocer todo el proceso de ingeniería que fue necesario para la construcción de las vías, así como la posibilidad de introducirse en la espectacularidad del paisaje que ofrece la línea.

Canfranc una estación con historia

A pesar del la rapidez con la que todo ha cambiado, y más desde la llegada de Internet, Canfranc ha querido seguir siendo aquel lugar clásico y multidisciplinar que fue en el siglo XX. Ya, desde el principio, su objetivo no era convertirse, únicamente, en un lugar de paso de pasajeros, sino que en sus instalaciones se podía encontrar un hotel de lujo, un casino, una oficina del Banco de España, una cantina y hasta una enfermería, siempre todo dispuesto para satisfacer, de tú a tú, las necesidades de los visitantes. Y aunque hoy en día las sucursales de los bancos nos atienden desde el ordenador, los casinos se han transformado en tragaperras online y aquellas cantinas han perdido la personalidad de antaño convertidas, ahora, en bares blancos y asépticos, el nuevo giro que va a tomar Canfranc en los próximos meses, parece devolverle aquella esencia que lo caracterizó en el pasado.

De ella se inspiraron la estación de Atocha en Madrid y la de Francia en Barcelona, y su historia comienza gracias a la intención de realizar un paso entre las montañas de Pirineos que ayudara a conectar nuestro país con Francia. Este fue el principio del túnel de Somport. La estación se empezó a construir en 1915, una vez que finalizó la Primera Guerra Mundial; se terminó en 1925 y fue inaugurada en 1928. Pero tras una época de esplendor en los años 30, terminó por cerrarse entre 1945 y 1949 por desavenencias con el gobierno francés.

Su posición estratégica, situada entre dos países, le ayudó a tomar un papel importante en la Segunda Guerra Mundial, siendo lugar de paso tanto de espías de la resistencia francesa como del oro que expoliaron los nazis, y convirtiéndose en el destino donde cientos de judíos encontraron la salvación.