David Romeral: "Si queremos que Zaragoza adopte el vehículo eléctrico, necesitaremos infraestructuras de recarga"

Aragón respira tranquilo tras un comienzo de año donde el futuro de su industria estuvo en juego. Tras la firma del convenio de Opel y el anuncio de la llegada a Figueruelas de los nuevos Corsa, el sector respira aliviado. Para el gerente del CAAR, David Romeral, el reto ahora es adaptar la ciudad y las empresas al coche eléctrico.

Zaragoza.- Solo han pasado dos meses y medio desde que arrancara 2018, pero para la industria aragonesa han sido unas semanas de muchos nervios. El retraso en la firma del convenio de Opel y el órdago de PSA de trasladar el Corsa puso en jaque a toda la Comunidad. Tras unas intensas negociaciones y no sin esfuerzos de los trabajadores, el acuerdo llegó y el grupo francés anunció nuevos modelos para Figueruelas, incluido el primer vehículo 100% eléctrico de PSA en Europa.

Pero los trabajos no se detienen aquí. Ahora, comienzan nuevos retos para un sector que abarca a unos 25.000 trabajadores en Aragón. El gerente del Clúster de la Automoción, David Romeral, marca como principales objetivos la adaptación de las empresas y de las ciudades al vehículo eléctrico, para convertir así a la Comunidad en referente en este tipo de movilidad.

Pregunta.- De 1 a 10, ¿cuánto está más tranquilo que hace un mes?
Respuesta.- Diez (Risas). Realmente han sido semanas complicadas y con una resolución muy positiva. No significa que no tengamos que seguir trabajando para mejorar, en general, la competitividad de todo el sector de la automoción en Aragón, pero por supuesto que son momentos de disfrutar de las buenas noticias y ponernos a trabajar.

P.- Era fundamental el acuerdo en Opel para el sector. ¿Qué análisis hace después de un mes?
R.- Era fundamental el convenio para la planta de Opel y sus trabajadores. Eso implicaba la asignación del Corsa a la planta de Figueruelas, y eso es un efecto tractor para toda la industria auxiliar de la automoción aragonesa, sobre esas 200 empresas que suministran componentes, servicios y máquinas para la planta de Opel. Era algo que iba a beneficiar a todo el sector aragonés y a nuestra economía.

P.- El director general de Opel, Antonio Cobo, hablaba de producir 600.000 coches al año, ¿lo ve posible?
R.- Ojalá. Evidentemente ellos conocen las cifras. Es cierto que hay una previsión para 2018 de superar en 50.000 unidades lo que se fabricó en 2017. Estamos hablando de cerca de 430.000 o 440.000 unidades. El aumento que ha habido de 2016 a 2017 ha supuesto un impacto elevado en el empleo para la industria auxiliar de unos 800 puestos de trabajo. Por lo tanto, de confirmarse esa previsión, tendrá un impacto directo en la industria auxiliar con más facturación y mayor empleo para dar servicio a esa mayor fabricación de vehículos en la planta de Opel.

El Clúster va a iniciar un estudio para calcular el peso del sector en el PIB aragonés
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P.- ¿Hubo algún momento en el que lo viera muy negro?
R.- Nosotros, como Clúster de la Automoción de Aragón, no hemos estado en las negociaciones ni somos conocedores de lo que ha ocurrido puertas hacia dentro. Éramos conscientes de la amenaza que había por el cambio de propiedad de Opel. Es importante destacar que, anteriormente, Opel solo tenía una planta al sur de Alemania, que era Figueruelas. Sin embargo, el grupo PSA tiene tres plantas en España, una en Portugal y otra en Marruecos. Se produjo un cambio de plataforma del chasis, de un diseño de General Motors al diseño de PSA. Por lo tanto, esas dos características permitían fácilmente al grupo PSA mover la producción de una planta a otra, por lo tanto era una amenaza real. Había preocupación en toda la industria auxiliar.

P.- Y ya se están viendo los primeros frutos. Lear estaba avocada al cierre y ha conseguido sobrevivir...
R.- Ese era otro de los puntos que también conocíamos. No se habían confirmado los pedidos de los componentes del Corsa. Se estaba a la espera de confirmar el acuerdo y del Plan Industrial. Una vez que se han confirmado ambos elementos, los proveedores comenzarán a recibir esos contratos. El primero que se ha visto es el de Lear y es fruto de la competitividad del sector. Hace dos años salió en prensa que la planta de Lear tenía previsto su cierre para el verano de 2018 y ahora estamos trasladando una buena noticia que permitirá hasta el 2025 mantener la producción. Es un sector muy competitivo, que sufre muchos vaivenes. Quién nos hubiera dicho hace un año que Opel iba a ser vendida al grupo PSA. Evidentemente, la única forma de poder competir es siendo mejores que la competencia.

P.- Porque estamos hablando del principal motor de la economía aragonesa...
R.- Así es. Las cifras de exportaciones han superado los 12.000 millones y un tercio de esas exportaciones han sido del sector de la automoción, tanto de vehículos de Opel como todos los componentes que nuestras empresas suministran a otras plantas de Europa. Cuando hablamos del empleo, hablamos del 30% del empleo industrial. Queremos medir exactamente el peso del sector de la automoción en el PIB regional. Se dan unas cifras de en torno al 6%, pero si en el PIB nacional es del 10%, en Aragón tendremos que estar, como mínimo, en esa cifra. Es un proyecto que tenemos en mente para este año. 

La planta de Figueruelas empezó a fabricar el Opel Corsa en 1982
La planta de Figueruelas empezó a fabricar el Opel Corsa en 1982

P.- ¿Puede ser que en Aragón hayamos generado demasiada dependencia de Opel?
R.- No hablaría de dependencia sino de especialización. En algo tenemos que ser mejores que otras regiones españolas o europeas. Y cuando hablas de Aragón nos viene a la cabeza la automoción, pero también el sector agroindustrial, la logística, el turismo, el sector energético… Son los principales pilares de la economía y hay que seguir apostando por ellos para seguir siendo competitivos. Y, mientras tanto, diversificar hacia otras áreas productivas. No existe una dependencia de Opel. En estos momentos, Opel solo supone el 30% de la facturación de las empresas del Clúster. Hemos conseguido diversificar clientes y poder suministrar a todas las plantas que están alrededor de Aragón. Eso es lo que realmente es clave. A 300 kilómetros de Zaragoza se fabrican casi 2,5 millones de vehículos y hay empresas instaladas en Aragón que no suministran ningún componente a Figueruelas, pero han elegido nuestra región por ese mercado, por los costes logísticos de implantarse aquí, por el tejido industrial que hay, la experiencia de la mano de obra o su formación. Son variables que suman.

P.- ¿Qué significa para Figueruelas fabricar el primer coche eléctrico de PSA?
R.- Yo creo que para Figueruelas es una grandísima noticia, pero también para toda la industria aragonesa, no solo de la automoción. Nos va a permitir saber cómo se produce un vehículo eléctrico, qué componentes lleva, cómo podemos adaptar nuestras empresas para suministrar maquinaria y prestar servicios al vehículo del futuro, un futuro a largo plazo, de unos 15 o 20 años. Que PSA haya apostado por Figueruelas es fruto de la confianza que tiene depositada en la planta y en sus trabajadores. Lo tenemos que ver como una oportunidad. Aunque ahora no estamos preparados; es decir, no se fabrican motores eléctricos en Aragón, tendremos que identificar qué componentes podemos desarrollar para poderlos suministrar en el largo plazo. Tenemos que verlo como un reto para todo el ecosistema de la industria de la automoción.

P.- Esto también supone un reto para las auxiliares. Va a ser una lucha intensa entre ellas...
R.- Lo que pasa es que el impacto puede ser menor del que podamos prever a corto plazo. En enero se vendieron en España 100.000 vehículos. De ellos, solo mil fueron 100% eléctricos como el Corsa que se va a fabricar desde finales de 2020. Aun va a tardar tiempo en ser el vehículo principal. Pero sí que es cierto que, con los problemas que ha habido con el diésel y las barreras a la circulación en las grandes ciudades, puede favorecer a que se acelere la implantación del vehículo eléctrico. Para eso, tenemos que tener preparadas a nuestras empresas.

P.- ¿Y cómo puede ayudar el Clúster?
R.- Nosotros, dentro de nuestro plan estratégico, uno de nuestros objetivos principales es convertirnos en el departamento de inteligencia competitiva de nuestros socios. ¿Qué significa? Tenemos que ver qué se está haciendo en otras regiones, otras marcas y otros proveedores, en los centros tecnológicos y en la universidad para transferir ese conocimiento a nuestras empresas. Cada una tendrá una hoja de ruta individual, pero lo que sí que estamos preparando es una hoja de ruta colectiva; es decir, que veamos cómo afrontar esos retos y dónde poder especializarnos en este nuevo vehículo.

Aragón creará una línea de ayudas al I+D+i para impulsar la industria automovilística
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P.- Los sindicatos hablaban de reforzar los puntos de recarga eléctrica
R.- El vehículo eléctrico tiene, en estos momentos, dos problemas. Uno, desde el punto de vista del consumidor, es el de la autonomía; esto es, tenemos miedo a quedarnos tirados, aunque las baterías de nueva generación están aumentando y ya es fácil ver vehículos con 250 o 300 kilómetros de autonomía. El segundo problema es el de las infraestructuras. Hay una relación directa entre el mayor número de infraestructuras eléctricas y el incremento del parque de vehículos eléctricos. Noruega es el principal país que demanda este tipo de vehículos y tiene 35 puntos de recarga por cada mil vehículos. España está por debajo de uno por cada mil. Si queremos que Zaragoza adopte el vehículo eléctrico, lo primero que necesitaremos es infraestructuras de recarga para que nosotros, como consumidores, tengamos varios puntos donde poder utilizar esa recarga.

P.- Y ahora, mirando al futuro, ¿en qué hay que trabajar?
R.- No solo hay que hablar del vehículo 100% eléctrico. Tenemos que trabajar en los nuevos sistemas de propulsión. Los vehículos híbridos se están desarrollando más que el eléctrico. Tampoco podemos olvidar el vehículo de hidrógeno. En Aragón tenemos la Fundación del Hidrógeno que está trabajando en ese campo y hay marcas que están apostando por el hidrógeno como otro sistema de propulsión. Tendremos una revolución, que es la de los nuevos sistemas de propulsión. Tendremos otra que tiene que ver con el vehículo autónomo, el vehículo conectado que será más seguro y nos podrá llevar sin conducir de un punto a otro. Y un tercer reto, para todos nuestros procesos productivos, que es la incorporación de las nuevas tecnologías, denominadas Industria 4.0, para hacer los procesos más efectivos. Estamos hablando de impresión en 3D, de sensorización, de poder utilizar la simulación… Yo creo que esos tres serían los tres grandes retos en los que el sector debe trabajar en los próximos años.