Esperanza blanquiazul

El Real Zaragoza ha cambiado su cara desde que superara el ecuador en la categoría de plata del fútbol español. Los maños han pasado de coquetear con el descenso, con 24 puntos, a sumar 19 en ocho partidos y proclamarse candidato a los puestos nobles. Natxo González ha dado con el esquema y los jugadores han elevado su nivel.

Zaragoza.- Otro año la misma historia, otra vez entrenador y director deportivo cuestionados, una plantilla que no daba la talla… Son sin duda incógnitas que atormentaban la cabeza de los zaragocistas, que acababan el año 2018 sumidos en la depresión más absoluta. Su Real Zaragoza coqueteaba con el descenso, sólo había sumado 24 puntos en el ecuador de la competición y los brotes verdes del arranque de campaña se iban disolviendo como un azucarillo. 

Por eso llegó el momento que tantas y tantas veces se ha repetido en la última década en el conjunto blanquillo, especialmente desde que comenzara su eterno periplo por Segunda División. Llegaba el invierno con malas sensaciones y desde el consejo se apostaba por destituir todo lo destituible, cambiando de entrenador, de director deportivo y no dejando poso a cada conato de proyecto creado. Contara con mejores o peores ingredientes. 

El citado Consejo de Administración se reunía con el director deportivo, Lalo Arantegui, y también con el entrenador, Natxo González, para analizar lo sucedido hasta el momento. Allí se decidía la continuidad de ambas partes, conceder mayor paciencia al proyecto y no caer en el craso error de tirarlo todo por la borda a las primeras de cambio. Y al Real Zaragoza no le ha podido sentar mejor. 

Dani Lasure es uno de los canteranos protagonistas de la reacción del equipo
Dani Lasure es uno de los canteranos protagonistas de la reacción del equipo

Reacción en La Romareda

¿Pero qué ha cambiado en la vida blanquilla? Lo fácil es decir todo. Comenzando por la manera de afrontar los encuentros en el Estadio Municipal de La Romareda. Los aragoneses pasaron de ganar sólo cuatro partidos en competición liguera en todo 2017 a necesitar sólo cinco jornadas en 2018 para sumar las mismas, frente a Tenerife, Córdoba, Lugo y Real Oviedo. Sólo el Barça "B" ha conseguido puntuar en 2018 en el feudo zaragocista. 

De hecho, en los tres primeros casos citados, la escuadra dirigida por Natxo González también mantuvo su portería inmaculada, ofreciendo Cristian Álvarez un rendimiento superlativo que le ha servido para renovar su contrato hasta 2020, tras disputar 25 partidos. El punto más álgido, quizás, se dio ante el Córdoba deteniendo un penalti en los últimos minutos que ató tres puntos, a la postre, decisivos para la reacción zaragocista. 

La cantera puja fuerte

Tampoco es ya ninguna sorpresa ver en el Real Zaragoza a cuatro o cinco futbolistas formados en la Ciudad Deportiva en el once titular. En este sentido, Daniel Lasure ha sido el último en consolidarse, superando en el puesto de lateral izquierdo a Ángel Martínez y también a Alain Oyarzun, alternativas claras en la primera vuelta para Natxo González por delante del ex capitán del Deportivo Aragón. 

No menos importante está siendo Raúl Guti. Aunque arrancaba la temporada con ficha del Aragón, Natxo González ya advertía en el periodo de preparación que el canterano iba a acabar siendo uno más de la primera plantilla. Y vaya si lo ha hecho. Por méritos propios, el zaragozano es indiscutible en el rombo dispuesto por el técnico vitoriano, escoltando junto a Alberto Zapater al termómetro del centro del campo y del fútbol del Real Zaragoza, Íñigo Eguaras. 

Íñigo Eguaras ha tomado la manija del centro del campo zaragocista
Íñigo Eguaras ha tomado la manija del centro del campo zaragocista

Además de Lasure, Guti y Zapater, mención especial merece Jorge Pombo. El número ocho zaragocista parece haber dejado muy atrás su irregularidad y sus goles están suponiendo muchos puntos para el equipo. Fue el autor del tanto ante el Córdoba, también ante el Tenerife, colaboró activamente en el segundo frente al Oviedo y firmó un magnífico doblete en Los Pajaritos ante el Numancia. 

Menos minutos está teniendo en esta reacción Julián Delmás, aunque el lateral derecho siempre ha cumplido y mantenido un nivel alto cada vez que Natxo González le ha dado la oportunidad de sustituir a Alberto Benito. Tampoco puede olvidarse que, en los momentos más complicados, el canterano emergía como hombre fuerte en defensa y también en ataque, anotando el tanto de la victoria en El Molinón ante el Sporting. 

Un rombo de alto nivel

Más allá de las actuaciones individuales, de los goles de Borja Iglesias, la llegada de Perone al centro de la zaga o la resurgida magia de Oliver Buff, todo responde a un asentamiento en un esquema con el que el Real Zaragoza está consiguiendo brillantes resultados. De hecho, suma 19 puntos de los 24 disputados en la segunda vuelta y es el mejor equipo desde que se superara el ecuador de la competición. 

Natxo González apostaba por un rombo en el que creer y crecer, con Eguaras en el vértice inferior dando rienda suelta a su visión futbolística; Febas o Buff en el superior aportando su conducción o último pase respectivamente; y Zapater, Raúl Guti y Javi Ros encontrando su sitio en el once a base de físico y fútbol, de recorrido y de darle un sentido táctico al Real Zaragoza desconocido en las últimas temporadas. 

Además, arriba está funcionando a la perfección la dupla formada por Borja Iglesias y Jorge Pombo. De hecho, a los maños les está viniendo bien no depender de la eficacia o las maniobras de Borja en ataque, tanto como a Pombo su nuevo rol, más cercano al área y al gol. 

Los blanquillos tienen trece jornadas por delante para completar la gesta
Los blanquillos tienen trece jornadas por delante para completar la gesta

Derecho a soñar

Lo que parecía imposible, ya no lo es tanto. El Real Zaragoza visualizaba posiciones de playoffs de ascenso lejos, muy lejos, a más de diez puntos. Ahora, con trece jornadas por disputarse, la brecha se ha reducido de manera sideral y los de Natxo González son undécimos con 43 puntos, a tres de la sexta posición. 

Todos los triunfos han sido vitales, pero más si cabe los logrados ante Lugo, Numancia y Real Oviedo, rivales que están peleando por el mismo objetivo que los blanquillos y que presumiblemente lo harán de aquí a final de temporada. Más todavía teniendo en cuenta que a los tres se les tiene ganado el golaveraje particular. 

Precisamente en Soria, otros años lugar de punto de inflexión negativo, se vivió el momento cumbre del zaragocismo esta campaña. Con 3.000 aficionados en las gradas, el equipo vencía y convencía, hasta tal punto que el apoyo recibido por la hinchada fue correspondiendo saliendo al césped la plantilla a agradecérselo una vez se encontraban ya en la bocana de vestuarios. 

Trece finales por delante en las que el Real Zaragoza se ha ganado, simple y llanamente, el derecho a soñar. Con reservas, teniendo en cuenta que otros años se han vivido situaciones clasificatorias similares y más dura terminó siendo la caída. Pero las sensaciones son inmejorables, la comunión entre grada y equipo es total. Y la historia dice que, cuando esto sucede, es lícito y lógico pensar en las cotas más altas posibles.