Zaragoza.- Si algo quiso dejar claro la dirección deportiva encabezada por Lalo Arantegui desde el mismo día en el que empezó a ejercer en el cargo es que el Real Zaragoza iba a iniciar un proyecto que exigía paciencia. Con un objetivo claro, el ascenso, pero siempre que se concedieran las dosis de tranquilidad necesarias como para permitir que una plantilla confeccionada con escasos recursos económicos tuviera el tiempo suficiente para carburar.
Una iniciativa que dista, y mucho, de la sensación continua de búsqueda del corto plazo que ha llevado al Real Zaragoza a demoler y reconstruir verano a verano plantillas completas. Gasto extra en rescisión de contratos, esfuerzo titánico para completar el grupo con 15 o 16 jugadores llegados de fuera suponen una losa que pocos equipos pueden soportar. Y más en una Segunda División donde el bloque está muy por encima de las individualidades.
De momento con más pena que gloria en el presente, el Real Zaragoza va cumpliendo con los plazos y las directrices marcadas por el propio Lalo Arantegui, siendo jornada tras jornada uno de los equipos más jóvenes que salen a competir al césped. Y que, de manera inevitable, requiere de un tiempo para ajustar las piezas y que los futbolistas inexpertos en la categoría de plata puedan tomar el pulso de la competición. Aunque algunos lo han adquirido a un ritmo frenético.
La cantera, ahora sí, cuenta
Dentro de la plantilla prácticamente nueva confeccionada por Lalo Arantegui y José María Barba había apuestas de todo tipo. Futbolistas llegados de Suiza, como el caso de Grippo y Buff, también de Georgia como Papunashvili. Destacados de Segunda División "B" como Borja Iglesias y Aleix Febas en los filiales del Celta y Real Madrid respectivamente. Veteranos de guerra como Cristian Álvarez, Mikel González o Gaizka Toquero y otros emergentes en Segunda como Eguaras, Benito o Ángel Martínez.
Pero falta por citar un grupo especial, que años atrás formaban un simple conglomerado de relleno a tenor de las escasas oportunidades recibidas y que en esta temporada está derribando puertas a cabezazos. Es el caso de los jugadores criados y moldeados futbolísticamente en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza. La cantera, bendito tesoro, otrora infravalorado y que ahora, por fin, ha sido integrado de manera definitiva en un proyecto de futuro.
Porque el ascenso del Deportivo Aragón fue la "excusa" perfecta para destapar el tarro de las esencias con un nutrido número de futbolistas válidos e identificados con la causa. Y, así, Natxo González poco a poco ha ido dando un mayor protagonismo a varios jugadores, como es el caso especialmente de Julián Delmás, Daniel Lasure, Jorge Pombo y Raúl Guti.
Minutos de calidad
En este sentido, ya advertía el propio Lalo Arantegui que si estos jugadores están en el primer equipo "es porque tienen capacidad", resaltando que no están "en la plantilla para completarla" y recordando también que "vienen más jugadores por detrás, a los que hay que esperar para que sean importantes". El tiempo le está dando la razón al máximo responsable de la dirección deportiva.
Por líneas, en la zaga ha emergido la figura de dos futbolistas. Primero fue la de Julián Delmás, quien aprovechó al máximo los minutos concedidos por Natxo González en el periplo de lesiones de Alberto Benito. De hecho, ha actuado en 16 partidos, 1.270 minutos, donde incluso llegó a marcar un buen gol en El Molinón que daba al Real Zaragoza los tres puntos en su visita al Sporting de Gijón.
Poco después el protagonismo recayó en otro lateral, izquierdo esta vez, como Daniel Lasure. Al que venía siendo capitán en el Deportivo Aragón le costó más entrar en la titularidad, viéndose afectado en cuanto a minutos por el binomio impuesto por Natxo González en el costado zurdo de la defensa, repartiéndose "la tarta" tanto Ángel Martínez como Alain Oyarzun.
Pero el bajo rendimiento de ambos permitió a Lasure dar el salto a la titularidad, donde ya ha permanecido durante seis choques de manera consecutiva, de forma completa y de principio a fin. Poco a poco se ha ido asentando en esa posición, borrando del campo a futbolistas de importancia en la categoría como Jaime Romero. Y sumándose al ataque de forma cada vez más efectiva, siendo partícipe claro, por ejemplo, en el gol de Borja Iglesias ante el Lugo que abría el marcador.
Mención especial merece también un Jorge Pombo que, al igual que ocurriera la pasada campaña, ha rescatado al equipo en varias ocasiones. Lo hizo en La Romareda ante el Rayo Vallecano anotando el 3-2 en los minutos finales, así como ante el Córdoba y Tenerife siendo el autor material de los goles de la victoria. Irregularidad en su juego pero nueve puntos al casillero clasificatorio de un equipo que necesita la mejor versión del ocho zaragocista.
La irrupción de Raúl Guti
Todos los citados anteriormente adquirían contrato del primer equipo en verano, pero falta por nombrar la irrupción más fuerte llegada desde el Deportivo Aragón esta temporada. Se trata de Raúl Guti, quien aglomera una serie de cualidades difíciles de encontrar en el primer equipo y, gracias a ellas y su rendimiento, se ganaba por méritos propios los minutos suficientes como para ser uno más ya con los mayores desde esta temporada.
Y ha entrado en el once como elefante en cacharrería, pero adquiriendo todos los valores positivos posibles, despejando cualquier significado peyorativo a esta expresión. De hecho, el canterano ha participado ya en 15 encuentros esta temporada con el primer equipo del Real Zaragoza, rozando ya los mil minutos, y siendo autor de un tanto para sacar un empate en la primera jornada del 2018 ante el Barça "B".
El propio Natxo González admitía que el equipo perdía un futbolista importante en el centro del campo cuando Guti tenía que parar por una rotura de fibras en el gemelo de su pierna izquierda. Deja así bien a las claras la relevancia tomada por un jugador que partía como líder del Deportivo Aragón, pero que está dando pasos firmes y seguros para serlo también cada dos domingos en La Romareda.
Proyecto de presente y futuro
A estos ingredientes conviene sumarles la figura del capitán del Real Zaragoza, Alberto Zapater, otro fruto del trabajo en la Ciudad Deportiva. El ejeano, además, renovaba de por vida en los últimos meses por el conjunto maño, el de su corazón, donde ha regresado para ayudar a devolverle a su hábitat natural, la Primera División.
Además de Zapater, el Real Zaragoza cuenta en un medio plazo con las figuras de Raí Nascimento y Alejandro Zalaya, a pesar de que no han tenido oportunidades con el primer equipo tan apenas esta temporada y también de Pep Biel, hombre más destacado del Deportivo Aragón.
Por otro lado, un División de Honor Juvenil que, con Javier Garcés a los mandos de la nave técnica, está consiguiendo plantar cara al todopoderoso F.C. Barcelona con hombres como Subías, Clemente, Soro, Carrasco, Baselga, Aguado…dando la talla frente a los mejores del panorama nacional.
Es decir, suficientes mimbres como para consolidar un proyecto donde el núcleo más numeroso proceda de las instalaciones de la carretera de Valencia. Y, a partir de ahí, "salpicarlo" con fichajes acertados que vengan de fuera a ayudar a que el Real Zaragoza sea, años después, un equipo reconocible.
