Opinión

Enero

Puede resultar hasta desmedido, ese afán tuyo y nuestro de querer ser primeros. Es cierto que algunos lo son por circunstancia, porque los ponen allí a dedo, o porque se cuelan, malditos, en el turno de los confiados de este carrusel existencial, donde el tiempo pasa, vaya que sí, y como tal no vuelve.

Puede resultar hasta desmedido, ese afán tuyo y nuestro de querer ser primeros. Es cierto que algunos lo son por circunstancia, porque los ponen allí a dedo, o porque se cuelan, malditos, en el turno de los confiados de este carrusel existencial, donde el tiempo pasa, vaya que sí, y como tal no vuelve.

Pero en este transcurrir de la vida y de las cosas, hay a quien le corresponde abrir la puerta a lo nuevo, a lo por venir. Y en ese menester nos encontramos aquí, en este periodo del comienzo anual, en donde marcamos el inicio del tiempo que celebramos como nuevo, y por eso nos felicitamos incluso.

A no ser que, puestos a elegir, nos instalemos en el eterno retorno, en ese cómputo sin contar de lo circular, anodino por otra parte, incluso mareante, de repetición en repetición, donde no cabe lo nuevo, salvo por irrupción externa, para que todo siga igual y nada cambie que claman los satisfechos.

Y aunque es aquí donde, habitualmente, nos instalamos rendidos a nuestra acomodaticia forma de estar en el mundo, el caso es que, nuevo y cambio, palabras mágicas donde las haya, ejercen una atracción especial a intelectos y voluntades. Y no digamos a sentimientos.

Aprovechar ese tirón motivador, no es otra cosa que aprovechar el tiempo, carpe diem, y no porque de suyo éste constituya una novedad o contenga elementos transformadores, sino porque, lo que hagamos con él, depende de cada uno de nosotros.

Y constituye nuestra agenda. Todo lo que podemos hacer o no, todo lo que podamos soñar o no,  todo lo que nos atrevamos a vivir o no, dotará de sentido o sinsentido al tiempo que se acaba de inaugurar.

De nosotros depende, es el primer mes, es enero, esto acaba de empezar. Cuando menos, a pesar de los pesares, y si nos dejan, aún nos queda el tiempo.