FÚTBOL

El Real Zaragoza cierra el año con otra amarga derrota (3-2)

Dos tantos encajados en los seis minutos iniciales condenaron al Real Zaragoza en su visita al Valladolid, cayendo por 3-2. Los maños no pudieron culminar la remontada pese al doblete de Borja Iglesias, quien tuvo en sus botas el tercero en la recta final. Mala imagen de los de Natxo González, que siguen su caída en picado.

Zaragoza.- Empezaba el Real Zaragoza el año 2017 cayendo contra el Girona en La Romareda y lo terminaba cayendo por 3-2 ante el Valladolid en tierras pucelanas. Derrota de los de Natxo González por culpa de un imperdonable primer tiempo, especialmente al inicio, y un intento fallido de remontada final. Y una situación liguera cada día más complicada.

Poco o nada se parecía el once del Real Zaragoza respecto al que saltó al césped en el Carlos Belmonte y sí mucho al de días antes frente al Cádiz. Eso sí, con la sorprendente decisión de Natxo de dar banqueta a Delmás y conceder los laterales a Benito y Ángel. Cuestión de karma, divina o simple justicia futbolística, al vitoriano no le pudo salir peor su experimento.

En un abrir y cerrar de ojos el equipo ya perdía 2-0, concretamente en el minuto 6. Primero tras aprovechar el Valladolid la autopista de Benito en su lateral, ganando Mata línea de fondo y cediendo atrás para que Anuar encontrara las mallas defendidas por Cristian. Y, poco después, nadie se molestaba en frenar en velocidad a Óscar Plano, quien, con toda la comodidad del mundo, encontraba a Mata y su pase atrás era despejado por Mikel González a propia portería. Él no quería.

Lógicamente el panorama cambiaba y los pucelanos se acomodaban buscando contras que desbarataran con facilidad el endeble sistema de los maños. Con toda la posesión del mundo, el bagaje ofensivo se redujo a dos disparos lejanos de Grippo y Papu, sin peligro, a un pase atrás de Vinícius a Borja deficitario y a un mano a mano del georgiano en el que, extrañamente, no buscó la puerta de Masip.

Mientras, los locales se estiraban por medio de Plano y Mata, sin necesitar demasiado para generar situaciones de dos para dos con la zaga zaragocista. Para colmo de males se rompía Mikel González, otra vez, y antes del descanso entraba Guti, pasando Zapater al centro de la defensa. Y lo que tenía que suceder, sucedió. Plano para Mata y, a puerta vacía, 3-0 en el 38. Borja Iglesias, tras un error en cadena de la zaga local, recortaría distancias tan solo un minuto después, cortando así su penosa racha de cara a puerta y mandando el choque 3-1 al descanso.

Segunda parte

El guion era ciertamente similar en el arranque, con el Real Zaragoza tratando de mandar, pero el peligro era vallisoletano y daba la sensación de que en cualquier contra sentenciarían. Pombo sustituiría a un Papu tan individualista como desacertado en el 53. Y ese dominio pasó de ser virtual a irreal, con el Real Valladolid creciendo también con pelota y ofreciendo la sensación de no querer hacer demasiada sangre.

Los minutos pasarían y cualquier conato de reacción se iría apagando. Apenas las arrancadas de Febas, que está acostumbrando en excesivas ocasiones a que terminen en nada, pondrían en algún aprieto a los locales. De hecho, la más clara la tendría Anuar quien perdonó su doblete en el 72, marrando a puerta vacía tras la enésima combinación Mata-Plano.

Pero el fútbol es grande por algo y el Real Zaragoza tuvo en su mano puntuar. El 3-2 lo haría de penalti Borja Iglesias tras transformar en el 77 una pena máxima cometida sobre él mismo. Y, tres minutos después, el gallego anduvo a un milímetro de completar su hat-trick y poner la igualada tras una notable jugada en el área de Toquero.

Al Real Zaragoza le interesaba que el choque se convirtiera en un correcalles, pero el Valladolid usó todas las tretas posibles, con Vicandi como aliado indiscutible, para frenar y hacer imposible la remontada final. No pudo ser y los maños caían por 3-2 en el último encuentro de 2017, acabando con un amargo sabor de boca fiel reflejo de todo lo que ha sido el año.