Zaragoza.- Un total de 55 personas han perdido la vida en lo que va de año en las carreteras aragonesas. Son siete personas más que en las mismas fechas de 2016 y, a falta de casi mes y medio para acabar el año, ya se ha igualado la cifra del año anterior. Con el objetivo de recordar a todos los fallecidos, este domingo se ha conmemorado el Día Mundial en recuerdo de las Víctimas en Accidentes de Tráfico.
Este acto, organizado por Stop Accidentes y la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme), también ha querido servir para intentar concienciar a los conductores de la gran importancia de llevar un comportamiento adecuado en la carretera, así como para pedir a la Administración una mayor inversión en las carreteras y que promueva la renovación de vehículos.
De esta forma, el delegado de Stop Accidentes en Aragón, Miguel Ángel Bernal, ha afirmado que "nos tenemos que concienciar entre todos". "Tenemos carreteras en mal estado. Aragón es una Comunidad con muchísima intensidad de tráfico por el punto en el que nos encontramos y nos tenemos que concienciar. A los conductores también les pedimos una conducción responsable y que se mantengan las distancias de seguridad", ha señalado.
Una línea similar ha seguido el director provincial de Zaragoza, José Antonio Mérida, quien ha puesto el foco también en el estado de los vehículos. "No es lo mismo circular con un vehículo hoy en día de gama media que con uno de 15 o 20 años. Lo mismo pasa con las carreteras, pero, al final, somos los conductores los que tenemos que adaptarnos a las circunstancias de la vía. No siempre es el más firme, también es llevar unos buenos neumáticos. Podemos tener una carretera en perfecto estado, pero si tenemos unas malas condiciones, nos tenemos que adaptar", ha resaltado.
La Cámara de Comercio ha acogido este acto al que han acudido varias personas víctimas de accidentes de tráfico, que arrastran desde hace años sus consecuencias. Uno de ellos es el delegado de Aesleme, Francisco Ureta, quien sufrió un accidente de moto en febrero de 2008 y le obligó a pasar el resto de su vida en silla de ruedas. "Era el director gerente de Yamaha en Aragón. Al hacer una prueba de una motocicleta, iba a una rotonda, un vehículo me dio en la parte trasera y me di contra un quitamiedos. A 25 kilómetros por hora, me rompí el cuello. Vivo con un cuello prácticamente artificial y eso me limita muchas cosas en mi vida", ha explicado.
