Opinión

Excelentísimo presidente del Gobierno de España

Sé que está usted ocupado en tareas – muy importantes – del Gobierno de España. Y que, sobre su mesa, los problemas de Estado ocupan su agenda política y social. Me dirijo a usted, para que se preocupe y ocupe del deterioro que se observa – día a día – en la Sanidad Pública.

Sé que está usted ocupado en tareas – muy importantes – del Gobierno de España. Y que, sobre su mesa, los problemas de Estado ocupan su agenda política y social. Me dirijo a usted, para que se preocupe y ocupe del deterioro que se observa – día a día – en la Sanidad Pública.

Usted, Sr. Rajoy, tiene información documentada, que destaca y resalta la falta de medios: humanos y materiales, que están contribuyendo a la pérdida de calidad de la atención sanitaria y a la tardanza en las intervenciones quirúrgicas causando – en ocasiones – el agravamiento de la enfermedad y el deterioro del paciente.

 Le comento, todo lo anterior, porque muchos ciudadanos lo vivimos o lo hemos vivido de forma directa.

 La falta de personal unido al periodo vacacional retrasan las soluciones a las personas que lo requieren contribuyendo, con ello, al coste de la solución. El tiempo de espera no ayuda ni a solucionar los problemas a los enfermos ni a racionalizar la gestión sanitaria y económica de la Sanidad Pública y de la Seguridad Social.

Es muy importante la mejora de la formación académica; pero conviene – también – reforzar factores psicológicos que ayuden a los profesionales (que los hay muy buenos) a no generar tensiones innecesarias, que en nada contribuyen al dialogo y a la comprensión de la dolencia del paciente.

 Espero – ya sé que es difícil – que la propaganda oficial no acelere el empeoramiento de la Sanidad Pública.

Sé que las comunidades autónomas tienen sus competencias, pero el Gobierno de España tiene que generar el clima necesario y los recursos económicos, para que a nivel asistencial mejore la atención a los ciudadanos impulsando un pacto entre todos los interlocutores para resolver los problemas actuales y desarrollar unas bases sólidas hacía el futuro.

 La tendencia–decisión de privatizar la sanidad, la enseñanza, las pensiones, los servicios sociales, conlleva un empeoramiento y un empobrecimiento de las personas: perdemos calidad de atención y los contenidos se degradan.

 Estará conmigo Sr. presidente, que la prevención evitaría costes añadidos. ¿Quizás es que no se sabe priorizar?

 Un compromiso social para mejorar el Estado de Bienestar ¿es posible?