La Fiesta del Chopo Cabecero llega a Allepuz y Jorcas para ensalzar la singularidad de sus arboledas

Allepuz y Jorcas han sido las localidades elegidas este año para acoger la novena edición de la Fiesta del Chopo Cabecero. La jornada sirve para conocer las arboledas mejor conservadas y celebrar la entrada del otoño en un ambiente único. Además, también sirve de reconocimiento a la biodiversidad asociada a este elemento patrimonial.

Zaragoza.- La novena edición de la Fiesta del Chopo Cabecero está a punto de comenzar. Se trata de una iniciativa que permite conocer las arboledas mejor conservadas, celebrar la entrada del otoño en uno de los ambientes más hermosos, sirve de foro para celebrar y difundir los actividades realizadas y es también un ámbito de reconocimiento a la cultura popular, el paisaje y la biodiversidad asociada a este elemento patrimonial. 

El objetivo principal es que la sociedad y las instituciones conozcan este gran patrimonio natural, cultural e histórico constituido por unos bosques añosos y singulares se extienden por las riberas, especialmente, de la provincia de Teruel. 

Es una fiesta itinerante que cada año tiene lugar en una localidad distinta. Este año tendrá lugar el próximo 21 de octubre en Allepuz (Maestrazgo) y Jorcas (Comunidad de Teruel), en la ribera del río Alfambra, al pie de las sierras de Gúdar y de El Pobo. 

Precisamente este año se celebra la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial a la cultura del chopo cabecero por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón (Decreto 175/2016, de 30 de noviembre).

Historia de los chopos cabeceros

Los chopos cabeceros son el fruto de un aprovechamiento agroforestal tradicional. Son grandes chopos negros que han sido cuidados durante siglos por los agricultores para producir vigas, leña y forraje a partir de su ramaje. El particular porte de estos árboles es el resultado del desmoche, práctica que consiste en podar a una cierta altura todas las ramas del árbol dejando tan sólo la base del fuste. Son, pues, árboles trasmochos. 

Los árboles trasmochos forman parte de los paisajes rurales de Europa desde la Edad Media. Diversas especies de árboles han sido gestionadas para compatibilizar la obtención de productos forestales en entornos deforestados y en los que pastaba el ganado creando pastos arbolados de gran interés ambiental. Los chopos o álamos negros son árboles comunes en Europa, sin embargo es muy raro encontrarlos como árboles trasmochos lo que no ocurre en la cordillera Ibérica y, especialmente, en la provincia de Teruel, donde se encuentran las mayores masas del continente y donde, además, aún se mantiene viva la cultura que los ha producido y conservado.

La madera era utilizada como vigas para la construcción y, en menor medida, como leña y forraje para el ganado. Esta práctica mantenía al árbol en un crecimiento prácticamente continuo e incrementaba su longevidad. Es un ejemplo de aprovechamiento sostenible. De esta forma la mayoría de éstos árboles adquieren unas dimensiones considerables, dignas de árboles monumentales. 

Los chopos cabeceros del sur de Aragón conforman una de las mayores concentraciones de árboles añosos de la península Ibérica, un paisaje de gran singularidad dotado de personalidad propia, un acervo cultural tradicional legado por los antepasados, una arquitectura vegetal sin igual y, el hábitat de una gran variedad de seres vivos que encuentra en ellos alimento y refugio, entre los que destacan los insectos saproxílicos, los murciélagos y las aves forestales.

Se asume que uno de los pilares del patrimonio de un pueblo son las construcciones humanas erigidas a lo largo de su historia. Palacios, iglesias o castillos son, además, de monumentos apreciados por la sociedad, un recurso turístico de importancia en la economía local. Los árboles añosos y robustos, como muchos de los chopos cabeceros, deben ser considerados auténticos monumentos, resultado del quehacer de la Naturaleza y del saber de las personas. Las arboledas de álamos trasmochos de la cordillera Ibérica, preferentemente en tierras turolenses, son un tesoro etnológico que enorgullece a sus habitantes y un valor cultural único en Europa.

Igualmente este año, aunque aun se encuentra en su fase de tramitación, queremos celebrar la próxima declaración del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, donde se ubican Allepuz y Jorcas, por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Por este motivo, el tema de este año en la fiesta es “un parque cultural”.

En la misma se entregará del Premio Amigo del Chopo Cabecero a Rob McBride, conocido divulgador inglés de los árboles en Europa.