Huesca.- Ya se ha puesto en marcha la Feria Internacional de Teatro y Danza con los primeros números que han llenado desde esta mañana la ciudad de color, sonrisas y gestos de admiración. 33 compañías, diez de ellas aragonesas, realizan hasta el jueves 38 espectáculos dirigidos al gran público pero también tratan de hacerse un hueco en los mejores escenarios del país. La Feria de Huesca ofrece teatro, circo y danza en cinco espacios diferentes, el Palacio de Congresos, el Centro Cultural Manuel Benito Moliner, el Teatro Olimpia, el Centro Arte Joven y la Sala Genius del bar Bendita Ruina.
Después de 31 ediciones, la Feria sigue aspirando a ser un punto de encuentro internacional. Diez de las compañías son de Aragón; 16, del resto del país y cinco de Cuba, Alemania, Francia, Suecia e Israel. Acoge además a más de 400 programadores, 100 aragoneses, 50 madrileños y 25 de países como Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina, Bélgica y Francia. Trece de los espectáculos son de teatro, otros trece de danza, siete de cinco y el resto multidisciplinares.
Jesús Arbués, director de la Feria, señala que "sirve de mercado nacional y para establecer vínculos con el sur de Francia. Es asimismo un festival para que la ciudad pueda disfrutar de espectáculos a precios asequibles. Ana Fernández actúa aquí por 6 euros y ha estado este fin de semana en Madrid". La Feria contiene una vertiente más técnica con reuniones y presentaciones entre profesionales sobre el escenario. Disponen de 15 minutos para llevar a cabo un espectáculo que se está produciendo o se acaba de estrenar ante distribuidores y programadores.
Arbués hace una apuesta clara por la calidad: "Tenemos 1.200 propuestas y seleccionamos 33. No solo lo que te gusta, sino lo que sea atractivo para los visitantes y una novedad, porque si es algo que la gente ya conoce no va a acudir. La gente busca calidad. Puede ser muy moderno que si es bueno gusta, si es malo no gusta".
La Feria de Teatro y Danza tiene lugar en un contexto económico más halagüeño. Para Arbués, "empeorar era difícil. 2011 fue muy complicado y afortunadamente somos los únicos que resistimos las nuevas tecnologías, en casa no puedes ver teatro ni tener esa sensación en un dispositivo digital. Se cierran cines y se abren teatros, no se ha conseguido que el teatro en una pantalla sea lo mismo".
