Condenado a seis años de cárcel por estallarle el ojo al cliente de un bar del Arrabal

Seis años de prisión. Es la pena que ha impuesto la Audiencia de Zaragoza a un joven por agredir a un hombre de 54 años que acabó perdiendo el ojo derecho. Ocurrió en septiembre del año pasado. El condenado también tendrá que indemnizar a la víctima con casi 110.000 euros. La defensa ya ha anunciado que recurrirá el fallo.

Zaragoza.- La Audiencia de Zaragoza ha condenado a seis años de cárcel a un joven de 30 años, Mikel M. M., como autor de un delito de lesiones por agredir a un cliente de un bar del Arrabal que acabó perdiendo un ojo. Además, tendrá que indemnizarle con 109.307 euros por las lesiones y sus secuelas. También le prohíbe comunicarse y aproximarse a él a menos de 400 metros durante seis años.

Los hechos ocurrieron sobre las 4.00 horas del 13 de septiembre de 2016 cuando el acusado, que estaba con un grupo de personas en un establecimiento de la calle Mariano Pano y Ruata, "se encaró por motivos no claramente especificados" con José Carlos D. S., que estaba hablando con una clienta del bar. 

"Sin que conste la causa o motivo aparente", la discusión entre Mikel M. M. y José Carlos D. S. derivó en que el primero "golpeó fuertemente, tres o cuatro veces" a la víctima "en la cara, a la altura de los ojos", reza la sentencia, que indica que "no consta acreditada una segunda secuencia de golpes, supuestamente realizados poco tiempo después, en forma de patadas en la cara, llevada a cabo por el procesado".

"Como consecuencia de la agresión sufrida", José Carlos D. S., de 54 años, padeció el estallido del ojo derecho, perdiendo la visión en él y sufriendo "un perjuicio estético moderado", consideran los magistrados. 

En el momento en que el letrado de Mikel M. M., José Cabrejas, se puso en contacto con el Grupo de Homicidios, "la investigación policial y la determinación del autor de los hechos ya estaba concluida", reza la sentencia. Por eso, entiende el tribunal provincial que no puede apreciarse la atenuante de confesión.

Los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza ponen de relieve las "importantes" diferencias entre las partes y entre ellas destacan que mientras las acusaciones sostienen que las lesiones se causaron por usar un instrumento "peligroso" (probablemente una copa de cristal), la defensa entiende que se produjeron por haber propinado tres o cuatro puñetazos a la altura de los ojos.

"Es cierto -reza la sentencia- que la tesis más probable (declaración de la víctima, declaración de una testigo directa e informe médico forense) es que las lesiones se causaran como consecuencia de utilizar un instrumento contundente de cristal -no precisado exactamente-". "Pero, también es cierto que los informes médicos aportados por la defensa excluyen tal etiología y sostienen que el concreto mecanismo de producción de las mismas fueran los puñetazos", añaden.

La verdad "es que unos y otros dictámenes médicos adolecen de una dificultad como para tenerlos como concluyentes", por eso "se abre un espacio para la duda razonable que hace aconsejable no tener
por acreditada la utilización de instrumento contundente", continúa la sentencia.

La defensa ya ha anunciado que recurrirá el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA).