Alfonso Cerdán: "El cambio llegará cuando un paciente diga que tiene una enfermedad mental y se actúe con normalidad"

El gerente del Centro Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen, Alfonso Cerdán, apuesta por la educación en valores para eliminar los estigmas relacionados con las enfermedades mentales. En este sentido, cree que el verdadero cambio llegará cuando un paciente reconozca su patología y la sociedad actúe con normalidad.

Zaragoza.- Dar respuesta humana a las personas con sufrimiento, exclusión y necesidad en el mundo de la salud y la limitación es el objetivo marcado por el Centro Neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen, que en 2016 acogió un total de 100.085 estancias. Su gerente, el doctor Alfonso Cerdán, apuesta por educar en valores para acabar con los estigmas relacionados a las enfermedades mentales.

Sobre el futuro de la institución, Cerdán explica que pasa "por una transformación de un modelo basado en la patología, a uno centrado en la funcionalidad del individuo". Esto será posible gracias a los cambios que se han producido en el centro y que van a seguir produciéndose.

Pregunta.- Desde que el Centro Neuropsiquiátrico abrió sus puertas en 1971, ¿cómo ha cambiado su trabajo?
Respuesta.- La trayectoria de los 50 años que vamos a cumplir dentro de cuatro ha sido la misma que la de la sociedad. No tienen nada que ver los primeros años con lo que somos ahora. En concreto, en los últimos diez años, el centro ha cambiado en la parte de gestión, excelencia y prestación de servicios porque hemos conseguido el Sello de Plata, el Sello de Oro y el Sello de Responsabilidad Social Corporativa. Es decir, nos hemos preparado y hemos obtenido unos resultados en calidad que se ha traducido en algo más que en la propia satisfacción de trabajadores y enfermos, y es que el concepto 

P.- ¿Cuál es el mayor reto al que se han enfrentado?
R.- La crisis económica fue terrible. Como consecuencia de esto, en 2010 empezamos un proceso de transformación que nos llevó a buscar instrumentos de gestión para poder hacer sostenible económica, social y ambientalmente la Obra Hospitalaria. Si no éramos sostenibles en estos tres ámbitos, no podríamos tener ese compromiso social con los trabajadores y no podría haberse realizado el impacto en la sociedad.

Momento en el que el centro recogió el Sello de Oro Aragón Empresa
Momento en el que el centro recogió el Sello de Oro Aragón Empresa

P.- También ayudó la implantación de lo que denominan Factor de Proporcionalidad Presupuestaria, ¿en qué consiste?
R.- Cuando tienes que tomar decisiones es necesario buscar la mayor amplitud de puntos de vista. Entonces, cambiamos del Factor de Rentabilidad de los Procesos al Factor de Proporcionalidad Presupuestaria (FPP). Nosotros hablamos de la capacidad que tenemos de gestionar los recursos humanos y adecuarlos a los procesos y hablamos también de eficiencia en la capacidad de dotar de los mejores suministros y saber qué es lo importante. Todo esto, conjugado con la calidad. En definitiva, el FPP, incorporar la voz del paciente y del familiar como elementos reguladores del resto de decisiones, permite modelar la toma de decisiones y el rumbo que has de tomar.

P.- La calidad también ha sido una apuesta importante para consolidar la labor del centro, ¿cómo han ayudado todos los sellos conseguidos?
R.- Cuando conseguimos los 500 puntos del Sello de la Excelencia Europea tras un proceso de evaluación externa e interna significó que lo habíamos conseguido. Es decir, nos dijeron que habíamos hecho bien todos los esfuerzos para intentar prestar los mejores servicios de cara a usuarios, familiares y trabajadores. Fue un instrumento para mejorar ese grado de calidad que queríamos ofrecer porque ha sido un elemento dinamizador de la gestión del hospital, de la gestión de los recursos humanos y de las relaciones con los enfermos y con los grupos clave de interés. Los sellos nos han ayudado a afianzar nuestra tesis y nuestro modelo de gestión porque ves que la orientación hacia la persona tiene sentido y que trasciendes lo meramente económico. Además motivas a la gente y les implicas porque sino nunca hubieran creído nuestros discursos.

El gerente del Centro, Alfonso Cerdán, y la superiora de la institución, Isabel Martínez
El gerente del Centro, Alfonso Cerdán, y la superiora de la institución, Isabel Martínez

P.- En lo que se refiere a actividad asistencial, ¿qué les diferencia de otros centros?
R.- No voy a decir que es la hospitalidad aunque lo sea. El valor diferencial por el que estamos apostando es que establecemos lo que los pacientes quieren como algo importante en nuestro día a día, es decir, determinamos cuáles son las prioridades independientemente de su enfermedad. La estructuración de procesos nos permite realizar un seguimiento constante de todo lo que hacemos con los pacientes y podemos poner planes de contingencia específicos en caso de no mejoría y establecer ese diálogo sincero de entender la realidad porque muchas veces las expectativas con muy elevadas.

P.- Además también se apoyan en el deporte para asistir a los pacientes...
R.- La idea del deporte surge hace cinco años porque lo que más une y estabiliza son el deporte y la educación. El fomentar los valores a través del deporte es algo elemental si queremos que la sociedad crezca de un modo adecuado. Además, el hecho de que personas que tienen una enfermedad expliquen el deporte a las nuevas generaciones y que sea eso lo que les una es el auténtico proyecto transformador de ese hospital. Nos han escuchado ya en esas charlas 600 niños y seguramente al acabar el año llegaremos a 1.000 niños. Esto es lo que permite luchar contra el estigma, el día a día, las escuelas, las casas o el trabajo, porque la constancia que se asocia al deporte es la mejor lucha contra el estigma.

El 24 de mayo se presentó la memoria anual del Centro en el Palacio de la Aljafería
El 24 de mayo se presentó la memoria anual del Centro en el Palacio de la Aljafería

P.- ¿Cree que la educación que reciben los niños en las escuelas permite luchar contra ese estigma?
R.- La educación de los niños es un debate que siempre va a estar ahí. Si educamos a las personas en valores no habrá estigmas de ningún tipo, pero todos estamos implicados en esa educación. Este tipo de educación tiene que trascender del corto al largo plazo y deben ser universales para superar el estigma o cualquier cosa que nos planteemos pero, evidentemente, la clave está en los niños.

P.- ¿Cuál cree que es el futuro del cuidado de los enfermos?
R.- El futuro pasa por la autodeterminación del paciente, lo que implicará un alto grado de madurez en nosotros como personas y sujetos susceptibles de enfermar, que es algo que no solemos pensar. Además, tendremos que ser capaces de asimilar esa autodeterminación que ya tenemos en otros ámbitos. Eso sí, la autodeterminación no es hacer lo que me dé la gana, es asumir con responsabilidad las consecuencias de mis actos en lo correspondiente a la enfermedad. Cuando la autodeterminación llegue al paciente con enfermedad mental se generará un debate en el cual se superará el paternalismo de años anteriores. En ese momento será cuando el paciente dirá: "Soy yo, me llamo Paco y tengo una enfermedad mental, ¿y qué?". Si todos los vivimos con normalidad, ese será el auténtico cambio.