Zaragoza.- El Instituto Tecnológico de Aragón Intainnova (ITA) ayuda a compañías aragonesas, españolas y de cualquier parte del mundo a innovar para ser más competitivas. Su director, Ángel Fernández, asegura que “las empresas están haciendo en el ITA una inversión que, a tres o cuatro años, les va a hacer tener más empleo y va a traer más riqueza a la Comunidad Autónoma”.
Esta institución, que pertenece al Gobierno de Aragón, desarrolla proyectos de diversas tipologías. Ha creado desde nuevos sistemas de adhesivos, sensores y sistemas de frenado, que serán aplicados en los vehículos en los próximos años, hasta nuevos materiales que son más respetuosos con el medioambiente que los que se conocían hasta ahora. Así, el Instituto va acumulando cada vez más premios y prestigio internacional.
Pregunta.- Itainnova ha recibido recientemente el premio a la Mejor Innovación Logística, que entrega SEAT, por la creación, junto con el Grupo Sesé, del primer dron sin piloto en vuelo interior. ¿Qué supone este premio para ustedes?
Respuesta.- Para nosotros es un reconocimiento importante a la labor que hacemos, después de muchos años de investigación, para generar una explicación que es útil. Lo importante es que, en realidad, el premio quien lo recibe es el grupo Sesé, que es el que promueve la idea de aplicación. Es decir, la organización dice "quiero hacer un inventario con drones, en un entorno confinado" y cuenta con nosotros para resolverlo tecnológicamente. Entonces, es un reconocimiento importante por haberlo recibido en una marca, SEAT, y, por otro lado, porque es un avance en logística 4.0, lo que significa que estamos mirando muy al futuro desde aquí cerca.
P.- ¿Cuál es la función del dron?
R.- Este dron lo que tiene que hacer es, por las noches, poder ir midiendo que cada cosa está en su sitio. Por ejemplo, las cajas que están a mucha altura. En definitiva, es un inventario de lo que hay en una nave industrial muy grande y cubre una dificultad que tendrían las personas al poder hacer esa inspección en altura, pero, al mismo tiempo, tienen la ventaja de que tiene cero defectos. Todo lo que va viendo y detectando lo va replicando en la base de datos de los inventarios de los almacenes.
P.- ¿Qué es Itainnova?
R.- Es el Instituto Tecnológico de Aragón, un centro tecnológico que se dedica a la investigación y el desarrollo. Además, es público, pertenece al Gobierno de Aragón, una característica que lo hace único en España.
Su función principal es que, a través de la innovación, tiene que contribuir a que las empresas también hagan más innovación y, en definitiva, sean más competitivas. Entonces, lo que vamos haciendo es ir adelantándoles el futuro a las compañías y guiarlas para que sean competitivas tecnológicamente y en los mercados, así como que hagan productos, exporten, etc.
P.- Hablábamos al comienzo de la entrevista del primer dron sin piloto en vuelo interior, ¿qué otros proyectos están desarrollando?
R.- Estamos realizando cientos de proyectos. Estamos creando nuevos sistemas de adhesivos, que nos van a permitir que los vehículos sean más ligeros; estamos trabajando en todo tipo de sensores y sistemas de frenado, que quizá acaben ubicados en los próximos años en los vehículos autónomos; estamos desarrollando nuevos materiales respetuosos con el medioambiente con la aplicación de papel, cartón…
Así podríamos estar hablando de muchos proyectos, aunque, quizás, en lo que nos podríamos estar centrando más es en todo lo que se está hablando ahora de las tecnologías de la información y de las comunicaciones para una industria más conectada. Entonces, somos expertos en desarrollar esas tecnologías que con el “big data”, la inteligencia artificial y el Internet de las cosas nos permitan tener la denominada Industria 4.0, pero no solo aplicada a la industria, sino prácticamente a cualquier tipo de empresa o administración pública.
P.- Proyectos muy variados y de distintos campos…
R.- Hay distintas tipologías. Por ejemplo, uno de los proyectos que está desarrollando en la actualidad es aplicar tecnologías de inteligencia artificial y de comunicaciones para que en una fábrica todas las máquinas trabajen comunicándose, hablando entre ellas. Así, en función de lo que una haya hecho, que la siguiente pueda hacerlo mejor y se pueda organizar la fabricación de forma mucho más inteligente y tendiendo a los cero defectos.
Otro proyecto que estamos haciendo es desarrollar formulaciones de polímero, que con cargas muy pequeñitas nos permitan hacer desde hierbas artificiales mucho más parecidas a la realidad hasta materiales mucho más ligeros, que se acabarán montando en aviones o en coches.
P.- Y también participan en proyectos europeos.
R.- En eso hemos tenido que recuperar una senda de proactividad y de presentar buenas propuestas porque es un sistema muy competitivo. Entonces, tenemos proyectos europeos en el ámbito de la robótica, en el de la logística para el “big data” y el e-commerce, y en el ámbito, sobre todo, de las fábricas del futuro.
P.- ¿Quiénes forman Itainnova?
R.- Pertenece al Gobierno de Aragón y es un equipo de unas 215 personas. Casi el 20% son doctores, cerca del 70% tecnólogos de perfil licenciado universitario superior y el resto de la plantilla son el personal de gestión y las “manos”, los trabajadores graduados en formación profesional, que manejan todas las instalaciones, ensayos, talleres y laboratorios, junto a todas estas personas.
P.- ¿Considera que cuentan con recursos humanos y económicos suficientes?
R.- El Instituto Tecnológico de Aragón es el centro del Gobierno de Aragón más expuesto al mercado. Entonces tenemos que buscar siempre el equilibrio de lo que nos rodea. En este momento, nuestra apuesta es por ser más gente. ¿Por qué? Pues porque las empresas cada vez confían más en nosotros y hacemos esa investigación en innovación, fundamentalmente, porque ellos nos contratan. Entonces, necesitamos más recursos.
La mayor parte de esos recursos los generamos nosotros mismos, a través de nuestros proyectos, obteniendo financiación para la investigación en Europa o porque las empresas nos contratan. Este es un poco el círculo que digamos que puede ser virtuoso, pero que si los mercados no van bien y no nos compran la I+D que hacemos, bajan. Por lo tanto, hay que buscar esa sostenibilidad.
Dentro de ese ámbito de cosas, lo que sí que hay que tener en cuenta es que el Instituto tiene que estar siempre haciendo inversiones para estar a la última en tecnología, en la vanguardia. Tenemos buen ojo, quiero decir, invertimos en lo que nos apetece, en lo que sabemos con certeza que va a funcionar porque se lo preguntamos a las empresas y hacemos nuestra prospectiva de lo que va a ser importante y necesario para ellas dentro de unos años y, que si lo buscan ellas por si solas, no lo van a tener. También necesitamos que la gente siempre esté investigando para obtener esa formación que les hará ir por delante.
P.- ¿Qué tal va la captación de recursos y sus cuentas?
R.- El último año invertimos una situación de franco bajón y ahora mismo estamos generando más del 70% de nuestros recursos con nuestra actividad. Eso nos hace tener el aliento de que si exploramos ese joven talento que va saliendo de las universidades y lo vamos incorporando por la base al Instituto, tenemos esa posibilidad de generar todavía más recursos propios, es decir, generar ingresos externos, que no vienen del Gobierno de Aragón -que nos apoya, obviamente- para poder tener ese crecimiento acorde a lo que marca un poco el entorno. Entonces, queremos ser más gente y queremos mantener ese 70% de financiación externa que generamos por nuestros propios medios.
P.- Precisamente, además del apoyo a las empresas, también apuestan por la formación de los jóvenes. ¿En qué consiste?
R.- Nosotros lo que hacemos con la gente es trabajar por su empleabilidad. Es decir, todas las personas que trabajan en el Instituto que estén recién venidos de la universidad o lleven muchos años con nosotros, tenemos la tranquilidad de que están tan avanzados tecnológicamente, con la tipología de trabajos que hacen, que son preciados por las empresas.
Nosotros lo que invertimos es muchas horas en formar gente joven que está acabando o acaba de terminar los estudios para que tengan una oportunidad de no ir directamente a trabajar en la empresa por el mero hecho de que ha tenido un incremento de los pedidos, un aumento de la producción industrial, sino porque realmente tienen un desarrollo como ingeniero u otras licenciaturas que quieran venir muy avanzados en cuanto al entorno. Piensa que trabajamos en centros de I+D de todo el mundo. Vemos cosas que no se ven en España, solo en determinados sitios del mundo y esto inspira mucho la especialización tecnológica de la gente que trabaja con nosotros.
P.- Recientemente, ha reconocido que “Itainnova será en 2020 la pieza clave de la competitividad de la industria aragonesa”. ¿Por qué está tan seguro?
R.- Estoy seguro por una razón. España es un país en el que es necesario incrementar la inversión en I+D y esta inversión no viene únicamente de la fuente pública, sino que es necesario que las empresas se involucren. El recurso del que se dispone para estas inversiones se tiene que compartir con problemas que arrastra la nación de envejecimiento de la población, necesidad de las prestaciones sociales, la elevada –aunque descendiente, por suerte- tasa de desempleo… Y, si lo comparamos con otros países, como el norte de Europa, disponemos de un porcentaje mucho menor para invertir en I+D.
Entonces, la innovación, que es donde está trabajando el Instituto, es clave porque persigue que cualquier resultado de investigación y desarrollo sea explotado en mercados y nuestro objetivo es llevarlo a las empresas para que generen, mediante ese proceso de innovación, más y mejores productos y generen un crecimiento en ingresos que lo acaban reinvirtiendo, mayormente, en el país de origen.
Entonces, si vemos dónde está ubicado el Instituto Tecnológico de Aragón, que es fundamentalmente investigación aplicada e investigación tecnológica y esto es lo que al final contribuye a que crezca el tejido industrial, tal y como lo conocemos ahora, ¿qué es lo que nos encontramos? Que las empresas están haciendo en el ITA una inversión que, a tres o cuatro años, les va a hacer tener más empleo y va a traer más riqueza a la Comunidad Autónoma.
P.- ¿Cuáles son los retos de Itainnova?
R.- Hay varios retos. Uno que es vital es que necesitamos que las empresas innoven, que es de lo que vivimos. En segundo lugar, seguimos buscando una posición de sostenibilidad y de equilibrio financiero y, en tercer lugar, hemos aprendido que trabajando podemos ganarnos la vida.
Con lo cual, ¿qué es lo que perseguimos? Tener más trabajo y que se conozca muy bien. Queremos un impacto social muy grande y que, por otro lado, tengamos un impacto medioambiental grande también en la aplicación que hacen las empresas de las tecnologías que les llevamos. Lo que estamos buscando es un criterio básicamente de responsabilidad social, es decir, cumplir con esos tres ejes. Eso sería lo mejor que podríamos tener en el Instituto por su sostenibilidad futura.
