Un estudio denuncia que el modelo educativo pone en peligro la supervivencia de la lengua aragonesa

Un estudio realizado por la profesora Iris Campos, de la Universidad de Zaragoza, revela que el modelo educativo implantado desde hace dos décadas pone en peligro la pervivencia de la lengua aragonesa. "Pese a que la actitud de profesores, alumnos y familias es buena, choca con las limitaciones que impone el propio sistema", señala.

Huesca.- El actual modelo educativo no garantiza la supervivencia de la lengua aragonesa. Es la conclusión del estudio que ha realizado la profesora del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza Iris Campos, que ha trazado un panorama pesimista a partir de la responsabilidad que atañe a los educadores. Campos ha centrado su investigación en 55 localidades de la provincia altoaragonesa con entrevistas a docentes, alumnos y familiares de estos. Este trabajo fue asimismo su tesis doctoral, que obtuvo la máxima calificación por unanimidad.

Con el título "Situación y perspectivas del aragonés en la escuela: análisis de actitudes lingüísticas de la comunidad educativa, y de las metodologías y resultados de sus enseñanzas", la profesora ha desarrollado la teoría de que la enseñanza del aragonés, que comenzó a aplicarse hace casi dos décadas, en el curso 1997/98, resulta "insuficiente dentro del marco de la normativa europea". 

Hace hincapié en la necesidad de que en territorios en los que existen lenguas propias de carácter minoritario, como sucede con el aragonés, "la educación tenga una naturaleza plurilingüe en la que se integren el castellano, el aragonés y los idiomas extranjeros".

Iris Campo ha tenido en cuenta una amplia muestra del territorio de influencia histórica de la lengua aragonesa, desde localidades montañeras del Alto Aragón como Benasque, Sahún o Gistaín; hasta los Monegros o la capital oscense. La recopilación de estos testimonios señala que, entre las familias y los alumnos, predomina una actitud neutral o positiva hacia el aragonés y una actitud también favorable entre el profesorado "pero sin que lleguen a realizarse acciones concretas en beneficio de la salvaguarda del idioma".

De hecho, un 72,8% de los docentes encuestados no lleva a cabo "nunca" actividades relacionadas con el aprendizaje del idioma, frente a un 25,9% que lo hace "puntualmente" y solo un 1,4% que lo realiza "habitualmente". "Este clima podría propiciar un mayor desarrollo del trabajo de planificación lingüística que no se lleva a cabo por las limitaciones del sistema", ha señalado Campos. 

La profesora ha detectado, asimismo, diferencias notables entre la enseñanza del catalán y del aragonés en Huesca. El primer caso, y en el marco del Tratado de Mequinenza que se firmó en 1984, cuenta con un recorrido plasmado en las escuelas de la denominada Franja oriental, en las comarcas de la Ribagorza y el Bajo Cinca. "Con el aragonés, en cambio, el desarrollo en estos 20 años se limita en la mayoría de casos a la categoría de asignatura optativa con un máximo de tres horas semanales", ha continuado Campos. 

En localidades como Biescas, Jaca, Aínsa y Benasque el aragonés es una materia voluntaria y extraescolar, y en 37 escuelas es obligatoria en el ciclo de Infantil pero pasa a ser optativa en el ciclo de Primaria. A este respecto se están probando desde este curso una experiencia pionera con el afán de convertirla en una lengua vehicular. Se estima que unos 30.000 habitantes de la Comunidad Autónoma conocen y hablan el aragonés.