Zaragoza.- Tradicionalmente, los vecinos de la Comarca de Valdejalón han demandado una mayor presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, fundamentalmente para evitar los robos en explotaciones ganaderas. El sargento jefe del grupo de Delitos contra el Patrimonio de la Comandancia de Guardia Civil en Zaragoza, José Luis Ornat, sostiene que en esta zona "no hay un problema de seguridad" sino que son "rachas puntuales de grupos criminales.
Pregunta.- Los robos con violencia han aumentado casi un 12% en Aragón en el último año, según los últimos datos del Balance de Criminalidad ¿a qué cree que es debido?
Respuesta.- A nivel de Guardia Civil, ese dato no se aproxima a la realidad. Más bien todo lo contrario. Los robos con violencia e intimidación sobre personas han bajado exponencialmente, no solo respecto al año anterior sino a varios años atrás. Podemos tener robos a entidades bancarias y a comienzos de este año se resolvieron cuatro robos con violencia e intimidación especialmente graves detrás de los que llevaba la Comandancia de Guardia Civil desde 2011 y 2012.
Se trata de un grupo criminal que no es residente en nuestra Comunidad sino que fluctúa de unos sitios a otros e incluso a otros países europeos. Detectamos su presencia aquí y conseguimos esclarecer los hechos. Eran especialmente violentos porque actuaban en casas habitadas y las víctimas eran personas de avanzada edad. Se les identificó, pero están fuera de España y hay órdenes dictadas al respecto.
P.- ¿Han cambiado las técnicas empleadas para cometer estos robos con violencia respecto a los últimos años?
R.- Respecto a los últimos años recientes, no, pero si nos remontamos más atrás hemos detectado que han venido grupos que operan a nivel nacional con diferentes técnicas dependiendo de si son sudamericanos, de países del Este…
P.- Póngame algún ejemplo.
R.- Por ejemplo, el asalto a casas donde hay moradores sobre todo de avanzada edad. Eso sí ha cambiado respecto a los antiguos robos en viviendas, en los que se procuraba que no hubiera moradores. Ahora hay determinados grupos que buscan lo contrario, son personas violentas.
P.- ¿Ha cambiado entonces el perfil de estos delincuentes?
R.- Evoluciona como la sociedad y es globalizado. Del mismo modo que la gente que nos visita nos trae cosas buenas, también trae sus modos operandi. Hay sitios en los que la violencia gratuita es bastante fácil de ejecutar. Son grupos puntuales y sobre todo en la Comandancia de Zaragoza, muy residuales.
P.- ¿Cómo está la situación en el medio rural, por ejemplo en comarcas como la de Valdejalón?
R.- Si lo analizamos desde el punto de vista de análisis criminal de otras zonas, diríamos que estamos más bien en una zona media o baja, pero yo entiendo perfectamente que una persona esté alertada cuando le afecta a sus propios recursos. La escasez de personal o de medios es un problema que llevamos padeciendo, como cualquier institución pública, y se intenta paliar con todos los recursos a nuestro alcance. Estamos allí y se resuelven muchos casos. Nuestros compañeros de seguridad ciudadana pasan allí muchas horas e intentamos tirar de cualquier hilo o indicio.
P.- ¿Cree que en la comarca del Valdejalón hay un problema de seguridad ciudadana?
R.- No, no lo hay. Son rachas puntuales de grupos criminales que donde llegan dejan huella, desde luego. Si en un sitio se comenten ocho o quince robos, eso afecta al sentimiento subjetivo de seguridad ciudadana, pero otra cosa es que realmente lo sea. Vemos que son robos sobre productos, pero no sobre las personas que sería lo realmente peligroso. Son grupos criminales que actúan y desaparecen. Van a la naranja a Valencia, a Extremadura en época de cereza… Luego tenemos grupos asentados de criminalidad en cada zona. Así en los pueblos habrá un porcentaje normal en comparación con las ciudades.
P.- ¿Qué roban habitualmente estos amigos de lo ajeno?
R.- Lo que a ellos les llama la atención en cada zona. Si hablamos de la comarca de Valdejalón, especialmente frutícola, cuando sea la época de la cosecha la aprovecharán. Si en otra parte son las almendras, será este fruto seco. Si hay diseminación de casetas de campo con gasoil, la venta de gasoil tiene mucha salida en el mercado negro. El cobre también se dio en su tiempo, pero ha quedado prácticamente desterrado. Hierro u otros metales… El mercado ilícito marca la tendencia.
P.- Resalta que ha descendido el robo de cobre.
R.- Sí, ha bajado. Ha quedado prácticamente olvidado lo que era un problemón. Ya no solo por los robos sino porque podía suponer un problema de seguridad, por ejemplo en el AVE o en el desabastecimiento de luz eléctrica a poblaciones. Ha sido una labor de conjunto: ha bajado el valor de venta, se ha abordado el problema desde diferentes puntos de vista y, sobre todo, se han controlado los puntos de gestión de residuos donde se podía sospechar que había receptación, el gran problema. Si una persona roba y el producto no tiene salida, deja de robar.
P.- ¿Quiénes son las principales víctimas de estos robos?
R.- Pequeños agricultores, empresarios… Y si son en viviendas, muchos robos se comenten en segundos domicilios. Los delincuentes también hacen sus labores de vigilancia y si ven una casa abandonada, piensan que pueden llevarse algún objeto.
P.- Otro tipo de delincuentes muy habituales son los estafadores.
R.- Ahora mismo, los delitos que están aumentando son los relacionados con las nuevas tecnologías. Proporcionan al autor un falso sentimiento de seguridad, impunidad, distancia y desde luego tienen un efecto multiplicador al poder llegar con un mismo acto a un montón de víctimas.
P.- ¿Cuál es el tipo de estafa más frecuente que han detectado desde la Guardia Civil?
R.- Las estafas de tipo económico son bastantes importantes, pero también las relacionadas con las subastas. Se hacen en plataformas conocidas, pero hay gente que se prepara y de este modo hay grupos organizados en los que el vendedor está conchabado con el comprador y hacen que el precio de un producto fluctúe a la alza o a la baja. La picaresca que se daba en la vida real ha pasado a Internet. Los delincuentes creen que desde casa, en Internet, se les otorga impunidad y si no pueden conseguir una víctima van a otra y a otra.
P.- Volvemos a ese falso sentimiento de seguridad.
R.- Sí, pero están equivocados porque, por mucho que el delincuente crea, la consecución de un delito telemático deja rastro y es bastante sencillo rastrear de dónde procede la comunicación.
P.- ¿Dónde hace falta una mayor presencia de Guardia Civil en estos momentos?
R.- Falta hace en todas las partes, pero sobre todo donde más núcleo poblacional hay, en las cabeceras de comarca, y donde más interés para el delincuente pueda haber. En las zonas donde hay un potencial industrial o agroindustrial, allí hay que focalizarla atención. Y sobre todo, muchísima labor previa de prevención y enlace con la población civil. Los comentarios de los vecinos del pueblo ante cualquier sospecha son oro para nosotros y nos hacen un grandísimo favor.
