Magdalena Lasala: "El beso que no te di llega a sugerir que el final de los Amantes de Teruel pudo ser otro"

"El beso que no te di", la última novela de Magdalena Lasala, aporta un punto de vista diferente sobre la leyenda de Isabel de Segura y Diego de Marcilla. En la obra, la escritora zaragozana ahonda en la historia de la ciudad de Teruel y en la atmósfera de la época para que el lector entienda lo que vivieron ambos personajes.

Zaragoza.- La escritora zaragozana Magdalena Lasala ha revivido en "El beso que no te di. El trágico destino de los amantes de Teruel" la historia de Isabel de Segura y Diego de Marcilla. Lo ha hecho indagando en el origen de la ciudad que dio cobijo a sus vivencias para explicar todo lo que les rodeó: la sociedad, la cultura, el entorno.

Lasala defiende que "debajo de toda leyenda subyace un resquicio de realidad", que es la base, según sus palabras de que "generación tras generación se haya construido esta historia". La autora mantiene que el trabajo cuenta con una "fidelidad histórica estricta".

A su vez, apunta que, en los últimos compases del medio millar de páginas con el que cuenta la obra, se esconde "un final que no espera nadie, una sorpresa final". Para Lasala, Isabel y Diego "800 años después han conseguido lo que querían: que se les reconociera juntos".

Pregunta.- ¿Por qué la historia de los amantes de Teruel?
Respuesta.- Es una propuesta que me hizo la editorial La esfera de los libros, precisamente para conmemorar

Novelar a Isabel y Diego es realmente hablar también de la nueva ciudad de Teruel, de su origen, su historia. Isabel de Segura y Diego de Marcilla forman parte de esa primera generación de turolenses nacidos en Teruel, y eso es uno de los hallazgos de la novela: recrear su época, la sociedad, cómo se educaron, a qué familias pertenecían… Realmente, de la leyenda parecía que lo sabíamos todo, porque sabíamos el desenlace, pero no conocíamos quienes era ni su personalidad ni se les había dado una voz como personajes.

P.- ¿En qué se ha basado para construir la novela?
R.- El proceso es el mismo que utilizo con mis novelas históricas. Son meses de estudiar, de profundizar mucho. La historia a veces está escrita en grandes pinceladas y entrar al detalle no es lo común pero yo acostumbro a descender al detalle, porque en la contextualización histórica del personaje se puede construir la filosófica de lo que tú quieres contar, y sobre todo la personalidad de los personajes. Hay que conocer, comprender a los personajes en su contexto histórico para meterte en su piel. Es la forma de poder trasmitir al lector las sensaciones, los sentimientos, las emociones o vivencias lo más cerca posible de cómo pudieron ser en la vida del personaje.

Portada del libro
Portada del libro "El beso que no te di"

Después de un estudio muy profundo buscando esas coordenadas de la reconstrucción de la época histórica voy encontrando claves que me van orientando a mí, me dan pequeños mensajes y me permiten encontrar pequeños secretos para fraguar la historia. En este caso, al conocerse el desenlace, literariamente, es un reto, porque tienes que ofrecer algo que no sea el final, porque ya se conoce. Es necesario plantear la época, la sociedad y plantearlos a ellos desde su origen, conocerlos cómo eran. Y lo que he hecho es darle la vuelta, implicar al espectador, apasionarlo en el recorrido.

Lo importante es qué ocurre hasta llegar al final. Conocemos el final, pero voy ofreciendo, desde ese inicio no contando, los personajes que están alrededor y que actúan como espejos de ellos, porque también los conocemos a través de ellos. Planteo ese marco, ese paisaje, que al lector lo va seduciendo literariamente y hace que se implique, se apasione, y recorra el camino con los protagonistas. Incluso llego a sugerir el sueño, la fantasía de que quizá el final pudo ser otro.

P.- ¿Hay algo más que no se valore de la historia por estar eclipsado, precisamente, por el desenlace?
R.- Sí, ocurre precisamente eso. Yo he entresacado un montón de claves con las que hago el juego literario e intento sorprender al lector. Doy algo nuevo y que le ayude a explicarse ese desenlace.

Una de las claves que yo manejo, y que es preciosa, es la simbología de Diego e Isabel cómo se miran en un espejo, con el Toro y la estrella, que son los símbolos y el mito fundacional de Teruel. Ese toro bravo, símbolo de la fecundidad, que se inmola por su destino, y ella, la estrella que ilumina ese camino. En el mito fundacional la estrella está señalando a un toro bravo que los caballeros del rey Alfonso ven en lo alto de un cerro y entienden que eso es una señal para fundar ahí la nueva ciudad fronteriza. Esa simbología es algo que he introducido varias veces porque realmente el lenguaje de los símbolos es muy sensitivo, e intento que se entienda que el camino de Diego e Isabel simbólicamente tiene las mismas claves que ese toro que se revela y esa estrella que ilumina el camino.

Por otra parte, me gusta destacar que el amor de Isabel y Diego es muy transgresor en la época que se desarrolla la historia. Hay que situarse en un final del siglo XII e inicios del siglo XIII donde el matrimonio y la pasión son cosas distintas. Y ellos queriendo amarse a la luz de todos y queriendo casarse a pesar de los condicionantes sociales que lo impiden, están revelándose a su entorno costumbre, hábitos que son lo natural y lo normal en esa época. Hay que verlos en su contexto,.. Es un amor destínico, pero al que no quieren renunciar, no aceptando las otras posibilidades de, por ejemplo, amarse a escondidas. Ellos quieren casarse y que el mundo los reconozca. Representan ese intento de ruptura de las limitaciones impuestas al amor por la clase social, fortunas o por las familias.

Diego se revela ante la obligación de someterse al primogénito y no hacer casa propia e Isabel, que es una mujer de su tiempo, aceptando las limitaciones de su condición tampoco se niega a sus sentimientos y capacidad de amar. En la novela describir todo ese ambiente nos ayuda a comprender el gran menaje de Isabel y Diego: ese poder transgresor de su amor.

P.- Teruel ha sabido sacar partido de toda esta historia…
R.- Teruel se ha redescubierto. Hace poco me preguntaban "¿qué queda de aquel Teruel?", y contesté que fue necesario para emprender un viaje iniciático del que ahora Teruel renace reivindicando su esencia propia, siendo como es en sí mismo, y mirando a los ojos a su patrimonio cultural, arquitectónico, histórico, natural. Es como haber renacido, pero sacando a la luz esa esencia de la que ha hecho virtud. Los Amantes son un símbolo universal relacionado con Teruel y el proceso ha sido mágico para que Teruel se reconozca como ciudad que tiene mucho que ofrecer.

Lasala, en el 140 aniversario de Ibercaja donde se presentó la muestra Pasión por la Libertad
Lasala, en el 140 aniversario de Ibercaja donde se presentó la muestra Pasión por la Libertad

P.- Como autora que ha repartido su obra entre varias temáticas, géneros… ¿qué le ha aportado cada una?
R.- No me puedo quedar solo con una, me quedo con todas porque todos los géneros son como puentes, soportes, que conectan una orilla con otra. Tengo esa vivencia de estar a caballo entre mundos que se comunican entre puentes. Cada puente significa un soporte literario que me ayuda para construir las cosas en la forma en que deben ser mostradas al mundo.

Realmente no solo soy de un género, bebo mucho de la poesía, también en la novela, y en la novela también llevo un tono narrativo, descriptivo en el poema. Igual el teatro, que me es muy cómodo y natural y que me permite habilidad en los diálogos. En la novela la recreación y todo lo que rodea a la descripción de los personajes…

La poesía me ayuda a crear un clima de sugerencia que al lector le permite ampliar sus marcos de referencia y ha llegado un momento en que todo es muy simbiótico y todo lo manejo a la vez.

P.- ¿En qué está trabajando ahora?
R.- Ahora estoy terminando un libro de poemas, que precisamente cuando escribo novelas no leo prosa literaria pero sí que leo poesía porque me descansa mucho y esta novela ha sido una experiencia fascinante y agotadora. Describir todas esas emociones del proceso que vive la relación entre Isabel y Diego, todo eso nos cuesta entenderlo ahora que estamos hipercomunicados con Skype, Whatsapp, correo electrónico, teléfono. Pero nos tenemos que situar en su época, donde no hay esas posibilidades y tenemos que imaginar la desesperación de no saber nada de alguien a quien amas.

Comprender todo eso para expresarlo y que lo entienda el lector ha sido un proceso interno muy duro, agotador porque quería que llegasen bien. Mientas escribía, sentía mucha necesidad de poemas y he escrito a mano muchos poemas que ahora estoy trabajando porque han resultado de una intensidad emocional que me requería sacarla en otra expresión como el poema.

Por otra parte, en novela, tengo hasta cuatro proyectos que estoy decidiendo por cual seguimos. Cuatro ideas que desarrollaré una detrás de otra y que son apasionantes porque me llevan a bretes literarios.