Enrique Chueca: "Innovar es esencial si quieres que el consumidor aprecie el producto"

Bodegas Aragonesas S.L. ha recibido el premio Enomaq 2017 a la excelencia empresarial por sus innovaciones técnicas en la elaboración del vino. Su gerente, Enrique Chueca, se muestra agradecido y orgulloso de poder recibir este galardón y avanza que seguirán trabajando en la investigación.

Zaragoza.- Bodegas Aragonesas S.L. es una empresa con sede en Fuendejalón, constituida en 1984 como explotación de bodegas. A sus 33 años, su constante esfuerzo por la innovación en el sector vinícola ha recibido el premio Enomaq a la excelencia empresarial por su producción sostenible y la mejora de la calidad de su uva.

Su gerente, Enrique Chueca, ha reconocido que fue "una gran alegría para todo el equipo", sobre todo, para el departamento técnico. Por ello, mantiene que la investigación es una pieza clave en el crecimiento de la empresa, así como la expansión internacional del vino aragonés, que ya llega a más de 50 países.

Pregunta.- ¿Qué significa el premio Enomaq para la empresa?
Respuesta.- Es un premio a la excelencia empresarial, y eso ya dice casi todo. ¿Hay algo más que te digan que eres excelente? Fue una gran alegría para todo el equipo, sobre todo, porque tiene detrás un reconocimiento a la labor investigadora de largo tiempo. El premio es todo un reconocimiento explícito a toda esa investigación que hemos hecho en Bodegas Aragonesas desde hace 20 o 25 años. Somos una bodega con un carácter innovador y nos dedicamos a hacer proyectos de investigación en aquellos años en los que no era muy habitual hacerlo. Nosotros somos una pyme y es obvio que no tenemos tantos recursos como una multinacional para desarrollar proyectos de investigación. Ha sido una alegría importante y, desde luego, para nuestro departamento técnico, que es quien más disfruta con los proyectos de investigación, es un reconocimiento que agradecen también.

P.- ¿En qué consiste la técnica por la que han sido premiados?
R.- Es un premio a un proceso innovador largo. Hemos trabajado mucho durante bastantes años en el reconocimiento de la garnacha como variedad. Hemos sido una de las bodegas que más ha hecho para situar a la garnacha en el sitio en el que está ahora. Podemos considerar que está considerada en el Top3 o el Top5 a nivel mundial y Bodegas Aragonesas ha tenido una contribución clara y decidida a favor de esto. Resumirlo es bastante difícil. Comenzamos con un proceso hace 25 años en el cual nos dedicamos a hacer trabajos en campo y en viñedo para adaptar la variedad a estándares de calidad altos. Paralelamente hemos realizado procesos en elaboración, hemos adaptado la variedad a los gustos del mercado, y eso ha sido un camino bastante largo. Han sido técnicas aplicadas durante mucho tiempo y en ocasiones ha llevado el efecto de error. Hemos innovado una técnica y no ha dado el resultado satisfecho. La volvemos a probar al año siguiente. Además, en viñedo tenemos el inconveniente de que si algo no da resultado, tenemos que esperar un año para volverlo a probar. Sobre todo, reitero que nuestra contribución a la variedad ha sido amplia durante 20 o 25 años.

Estamos también preocupados por el impacto del cambio climático en la maduración de la uva. Como todo el mundo sabe, cada vez nos hace más calor, se anticipa la vendimia, los contenidos alcohólicos van subiendo… Estamos con un trabajo arduo concentrados en intentar mitigar ese efecto. También estamos en otro proyecto para acortar los procesos de maceración en la uva. Son muchas cosas. No es algo concreto, sino un compendio de varias actividades.

Enrique Chueca es el gerente de Bodegas Aragonesas
Enrique Chueca es el gerente de Bodegas Aragonesas

P.- ¿Qué importancia tiene la innovación en un sector como el del vino?
R.- Yo creo que es como en todos los sectores. Hay bodegas en las que la innovación y la investigación son innatas. No sabríamos existir si no pensáramos cada día que lo podemos hacer mejor. Y, luego, hay otras que van más a rebufo, copian técnicas o se adhieren a lo que hay. Como en todos los sectores, innovar es esencial, sobre todo si quieres que el consumidor aprecie el producto y te tenga en consideración continuamente. No innovar es sinónimo de fracaso, aunque hay otros modelos que no innovan tanto y también están en el mercado. Es un perfil innato del equipo que dirige cada compañía. En nuestro caso, le damos mucha importancia a investigar cada momento y cada año. Nosotros cada año aplicamos técnicas en campo y en elaboración diferentes. Algunas tienen éxito y otras no tanto, pero es nuestro objetivo. Cada año tenemos que hacer cosas nuevas. Últimamente vamos teniendo éxito en muchos de ellos. Estar en el mercado e innovar es casi lo mismo. No podríamos pensar de otra manera.

P.- Me ha comentado que la garnacha estaría actualmente en el Top3 en el mercado. ¿Qué tiene la garnacha para que sea tan popular actualmente?
R.- Bueno, he dicho que estaba en el Top3 porque me parecía demasiado presuntuoso decir que está en el Top1. Es verdad que la garnacha en los últimos tres o cuatro años está reconocida por todo el mundo. Es una variedad de alto nivel enológico. Lo que pasa es que hay que saber cultivarla y elaborarla. Hay que conocerla mucho. El consumidor la va a valorar en la cata. Al consumidor no te interesa el proceso de elaboración en enología. Lo que quiere hacer es probar una copa y que se diferencie del resto.

Tiene varios condicionantes que son claves. El primero es que es una variedad mucho más aromática, sobre todo en nuestra zona tiene una condición muy frutal y en general esto gusta mucho. Luego, es una variedad que también tiene un componente cánico inferior a otras, lo que hace que el vino sea más redondo y tenga menos aristas. A veces digo que, para que la gente se haga a la idea, te tomas una garnacha y parece que te estuviera rodeando una película de terciopelo. Es una variedad que, cuando la gente la prueba, se acaba contaminado y no puede dejar de tomarla. Tiene mucha fruta y mucha potencia aromática que la hace muy amable para tomar.

P.- Para usted, ¿qué tiene que tener un vino?
R.- Vinos buenos hay muchísimos, pero a mí, personalmente, cuando empiezo a catar un vino, lo primero que hago es olerlo y eso me dice mucho. Oler un vino para mí es determinante. Entonces, para mí debe tener un aroma agradable. La dificultad es qué entendemos por un aroma agradable. No todos los consumidores entendemos lo mismo. Luego, también digo que, en boca, debe tener un poco de recuerdo. No me gusta que tomes un vino y, en cuanto lo has bebido, ya no te acuerdas de que te lo has tomado. Es como cualquier comida. Prefieres que la saborees y que no se acabe enseguida.

P.- En Aragón, ¿cómo se valora el vino que se hace?
R.- En la Comunidad es un tópico no valorar lo que tenemos, pero yo creo que en el mundo del vino se ha corregido bastante en los últimos 8 o 10 diez años. Creo que en Aragón, los aragoneses estamos muy orgullosos de la calidad de nuestros vinos. Además me consta que hay mucho aragonés que cuando vienen visitantes o salen ellos, tiene intención de regalar un vino aragonés porque están seguros de su calidad. En los últimos años ha habido una tendencia clara de cambio y en estos momentos, en general, el aragonés está orgulloso de sus vinos y se ha dado cuenta de que los vinos se comercializan en cualquier punto del mundo. A todos nos satisface salir cuando vamos de viaje y encontrarnos unas botellas de vino aragonés en cualquier parte del mundo.

Durante el 2016, Bodegas Aragonesas exportó más de seis millones de botellas
Durante el 2016, Bodegas Aragonesas exportó más de seis millones de botellas

P.- ¿Cómo está funcionando el comercio en el exterior?
R.- Muy bien. Es verdad que los vinos aragoneses tienen repercusión mundial desde hace muchos años y nosotros hemos sido una bodega que, por necesidad, en los años 80 decidimos salir al mercado internacional. En aquella época había más posibilidades fuera y en España era casi imposible. Ha sido una evolución muy muy positiva. Diría que en los últimos años hemos duplicado las exportaciones y es un dato muy interesante. Las exportaciones en el sector nacional van bien y para nosotros muy bien.

P.- ¿Qué volumen de producción es el que están exportando?
R.- Nosotros este año pasado hemos hecho como seis millones de botellas en el mercado internacional, que es una cifra considerable. Hay que tener en cuenta que el sector de vinos está muy atomizado, con muchos agentes vendiendo. El año pasado exportamos más de 4.000 bodegas. La competencia es terrible. En España hay unas 6.000 bodegas. Una cifra de seis millones de botellas no es muy habitual. En Aragón tenemos la suerte de que hay varios modelos de compañías que lo están haciendo y a nivel nacional es muy relevante. No es fácil. Seis millones de botellas es un volumen muy importante.

P.- ¿Cuál es el mercado en el que más venden?
R.- En general, en Asia es bastante habitual que los vinos de garnacha tengan muy buena aceptación. Son vinos, como he comentado, que no tienen aristas y pasan muy bien. El asiático lo acepta muy bien. En nuestro caso, también son muy aceptados en Europa y en Estados Unidos y Canadá.

P.- ¿Cuáles son las previsiones para este año?
R.- Nosotros, como cualquier empresa del mundo, no queda más remedio que tener previsiones optimistas. Y, desde luego, nuestros presupuestos están planteados para crecer de nuevo. Cada vez es más difícil porque ya llegas a unos volúmenes en los que cuesta más crecer. Estamos en un mercado muy maduro. El consumo de vino está muy estable desde hace unos 15 o 20 años. Nuestra tendencia ha sido creciente por encima de los dos dígitos y esperamos que continúe. Evidentemente, tendremos que mirar algún mercado más, algún país más… Estamos por encima de los 50 países y a ver si este año podemos acabar con 60.