Juan José Sevilla: "El tratamiento con ondas de choque es un alivio para los pacientes y mejora su rehabilitación"

El doctor Juan José Sevilla es traumatólogo en el Centro Médico Paracelso Sagasta y, desde hace poco tiempo, aplica en sus pacientes un innovador tratamiento con ondas de choque. Una nueva opción que mejora la calidad del tratamiento, que es menos doloroso, y acelera su recuperación.

Zaragoza.- La traumatología es un área en la que el doctor Juan José Sevilla se está convirtiendo en referente gracias al uso de un nuevo tratamiento para patologías locales basado en el uso de ondas de choque.

Aunque suene complejo, lo que esta técnica facilita es el acceso a tejidos superficiales, como un codo, con la aplicación de ondas radiales, y a zonas más profundas con las ondas focales, como un hombro. Un tratamiento indoloro, más eficaz que los anteriores y que garantiza una mejor y más rápida recuperación de los pacientes.

Pregunta.- Van a empezar a utilizar una nueva terapia de tratamiento local para patologías que utiliza ondas de choque, ¿puede contarnos sus beneficios?
Respuesta.- Las ondas de choque se conocen de hace tiempo, se usan desde hace 30 o 40 años en Medicina. Todo el mundo sabe que cuando alguien tenía un cálculo en el riñón se le metía en la bañera y, desde ahí, le mandaban unas ondas acústicas para romper estos depósitos de calcio.

Pues bien, se ha visto que hay ciertas patologías del sistema musculo-esquelético que se pueden beneficiar de esta técnica.

P.- ¿Cómo?
R.- Las ondas de choque son una energía mandada en forma de onda acústica y que tienen ciertas habilidades como una gran capacidad de regenerar tejidos, o poder de romper cálculos que se producen en tendones, y esto hace que sea un alivio del dolor y posibilita una recuperación más precoz.

Hay patologías que antes las tratábamos con rehabilitación y operábamos, con estas técnicas podemos romper las calcificaciones logrando una mejoría en el paciente y también podemos usarlas en patologías del codo, del tobillo, de la planta del pie, incluso del hombro… Todos ellos son procesos inflamatorios más complicados de curar.

Las ondas de choque tienen un gran poder para reproducir regeneración de vasos a ese nivel, de células madre y eso produce que la recuperación sea mayor y más rápida.

P.- ¿Cómo funciona el tratamiento? ¿En cuántas sesiones se aplica?
R.- Dependiendo de la patología el número de dosis es distinto. Oscila entre tres y cinco, también depende de la profundidad a la que esté localizada. Se deben esperar entre ocho y diez días entre cada sesión, ya que para los tejidos es mejor hacerlo intermitente.

Además hay que diferenciar entre las ondas de choque focales y las radiales; lo que nos permite acceder a tejidos superficiales con las radiales, y más profundas con las focales. Esto facilita a nivel de un codo, que es una estructura superficial, aplicar unas ondas de choque radiales que no producen daño, son de baja energía, inocuas… No son dolorosas y curan bastante bien esta patología de tipo insercional de los ligamentos y tendones.

Y, sin embargo, las focales acceden a profundidades mayores, como por ejemplo, un hombro que está más cubierto de musculatura, de tejido graso, con las radiales no lo alcanzaríamos y con las focales llegamos al tendón y podemos dar unas sesiones para bajar inflamación y para intentar romper calcificaciones.

P.- El tratamiento ya se está aplicando aquí en el Centro Médico Paracelso Sagasta, ¿cómo está yendo?
R.- Sí, lo tenemos desde hace poquito instalado y parece que todo va muy bien.

Imagen del aparato de ondas radiales
Imagen del aparato de ondas radiales

Una buena vida, clave para evitar lesiones

P.- La traumatología es un área que abarca a personas de todas las edades, ¿cuáles son las patologías más comunes con las que trabaja?
R.- Es difícil de explicar o resumir. Atendemos a gente de muchas edades. Básicamente tenemos la traumatología que afecta a gente deportista, que practica actividades de riesgo, o que sufren accidentes repentinos; y, por otro lado, gente de más edad con problemas degenerativos, como la artrosis, o de ortopedia y dolores en distintas articulaciones.

P.- Parece que conforme nos hacemos mayores es inevitable que suframos algunas de ellas o desgastes musculares. ¿Hay alguna manera de prevenirlos?
R.- Lo que es la patología degenerativa de articulaciones, artrosis, forma parte del envejecimiento normal… Lo que sí que es verdad es que con una vida sana, practicando deporte moderado y llevando una dieta normal, llevar durante la vida joven una buena vida es bueno para cuando se llega a una edad mayor.

Para las mujeres, concretamente, es importante ingerir dietas ricas en calcio durante la juventud y madurez, ya que muchos problemas para las mujeres mayores vienen a consecuencia de la osteoporosis, porque existe una mayor fragilidad ósea…

P.- Es decir, que unos buenos hábitos de vida pueden influir más que la predisposición genética...
R.- Por supuesto. Está claro que la artrosis no es genética, pero sí que hay predisposición a tenerla. Todos acabaremos con 79-80 años teniéndola en las rodillas, en la espalda o la cadera… Eso dependerá de la actividad que haya tenido cada uno en su vida. Aquella persona que haya cargado mucho peso tendrá más problemas en la columna o en las lumbares, los deportistas de élite tendrán más molestias en las articulaciones del tren inferior…

P.- Sin embargo, en la gente joven también es habitual que aparezcan lesiones, sobre todo en personas que practican deporte con asiduidad… ¿Es normal? ¿Influye el calentamiento previo en la prevención?
R.- Influye mucho. Podemos tener lesiones traumáticas por sufrir un giro súbito o una caída, pero lógicamente hay lesiones de tipo muscular. Estamos en una época que está de moda hacer deporte, ir al gimnasio, running… Y la gente se apunta sin ninguna preparación, y esto causa muchas lesiones.

A nivel muscular, el calentamiento es importante porque cuando empezamos a hacer actividad después de haber estado quieto los músculos están fríos. Hacer un movimiento explosivo, sin calentar, puede conllevar que el músculo sufra una sobrecarga o rotura fibrilar, y eso producirá un parón en la actividad física. Igual que después del ejercicio es necesario hacer estiramientos, ya que tras exigir el máximo rendimiento un músculo, este necesita recuperarse para evitar contracturas.

P.- ¿Y las nuevas tecnologías? Hay algunos estudios que vaticinan que el uso del ordenador o el móvil en exceso puede tener consecuencias para nuestro cuerpo, en el cuello, manos, muñecas… ¿Qué hay de cierto en eso?
R.- Es totalmente cierto. De aquí a unos años veremos que los chicos y chicas de hoy tendrán tendinitis y rizartrosis por el empleo de tantas horas del teléfono móvil, por estar moviendo tanto el pulgar… Estamos viendo ya problemas de tendinitis de la base del dedo pulgar por esto.

El doctor Sevilla explica que la técnica con ondas focales es menos invasiva que tratamientos más tradicionales
El doctor Sevilla explica que la técnica con ondas focales es menos invasiva que tratamientos más tradicionales

P.- ¿Hay alguna manera de no forzar tanto los dedos?
R.- No, porque son actividades en las que hay que usar esas musculaturas y esos tendones… Lo malo de esto es que estamos sobrecargándolas, y ahora no nos damos cuenta, pero tendrá consecuencias.

P.- En otro orden de cosas, usted utiliza de manera habitual la cirugía artroscópica, ¿en qué consiste esta técnica?
R.- Es una cirugía poco invasiva. Con ella se pueden hacer pequeñas incisiones de menos de un centímetro, y metemos una cámara conectada a un monitor, y por otros orificios que van a la misma articulación podemos introducir instrumental y solventar los problemas que hay.

P.- ¿Cómo de útil es frente a otras más convencionales?
R.- Mucho porque proporciona una recuperación precoz. Al no tener que hacer una gran incisión sobre la piel, la cicatrización es más rápida y nos permite hacer una rehabilitación más temprana y la recuperación es mejor.

P.- Además de traumatólogo, ha hecho una tesis doctoral sobre cirugía experimental, ¿nos puede contar un poco qué campos trató y cómo se animó a introducirse en ese ámbito?
R.- Me animé en mi época de residente. Tuve la suerte de estar en una unidad de cirugía fetal. Esta cirugía es muy novedosa, pocos hospitales la realizan, y empezó experimentalmente, me animé a comenzar un trabajo dirigido a una patología neonatal muy típica: la espina bífida. Los niños que la padecen nacen con muchas secuelas y lesiones. Nosotros queríamos intervenir antes de que naciera, cuando es un feto, y comprobar si las consecuencias son menores, y la conclusión es que así es.