Arte y naturaleza en una velada "emocional"

El arte y la naturaleza se unen para emocionar y hacer reflexionar. Tras esta idea, la asociación Trarutan ya ha organizado diferentes veladas que buscan presentar espacios cercanos pero aún desconocidos. Para este 2017, la asociación ya está trabajando en nuevas ideas para seguir fomentando la relación con la madre naturaleza.

Zaragoza.- Potenciar el vínculo del ser humano con la naturaleza, activar las emociones, llamar a la calma. Estos son algunos de los objetivos de las veladas nocturnas que la asociación Trarutan, encabezada por el artista Nacho Arantegui, lleva a cabo.

Durante el verano de 2016, con La Fantasía de la Alameda, más de un millar de personas descubrieron lo que la ribera del Ebro podía ofrecer junto a la localidad de Utebo. Y es que en esto consisten las veladas, en acercar a las personas no solo al arte en todas sus dimensiones, sino también a rincones remotos que aún estando cerca de sus residencias habituales son desconocidos para ellos.

"Para realizar estas veladas diseño un itinerario dentro del bosque o la mina. En este itinerario las personas se sumergen en un espacio natural, donde pueden descubrir diferentes piezas de arte medioambiental y también diferentes artes", ha explicado Arantegui.

Con una duración de aproximadamente dos horas, el público, siempre en grupos reducidos de 30 o 35 personas, pueden disfrutar de un equipo multidisciplinar de artistas en el que se combinan la danza con la performance, así como con la música para la calma. El espectador puede transitar, interactuar y descubrir las obras en simbiosis con la energía propia del paisaje.

"Son grupos reducidos para favorecer esta experiencia íntima", ha anotado. Así, la emoción cobra un papel fundamental en estas veladas. "Hay muchísimas personas que se emocionan, se sorprenden al descubrir paisajes tan cercanos pero a la vez tan desconocidos. Se les brinda la oportunidad de descubrir la dimensión poética, misteriosa y romántica de su entorno cercano", ha indicado.


Más de un millar de personas descubrieron la ribera del Ebro en la localidad de Utebo. Foto: Trarutan
Más de un millar de personas descubrieron la ribera del Ebro en la localidad de Utebo. Foto: Trarutan

Asimismo, Arantegui ha asegurado que es una experiencia que cada vez atrae a más gente y que es capaz de "llegar profundamente". "Es una invitación a vivir el arte de otra manera", ha sentenciado.

Para organizar estas veladas, se cuida mucho el trato que se le da a la naturaleza. Al fin y al cabo, es la principal protagonista y el primer foco de atención. Por ello, se opta por iluminar de forma sutil el itinerario. De este modo, no solo se favorece la inmersión artística, sino que se permite disfrutar de la luz de las estrellas y la luna, así como minimizar la agresión al entorno.

"Trabajamos con lo que nos encontramos sin agredir, siendo muy cuidadosos con el entorno. La magia, la belleza, la energía no están reñidas con el respeto absoluto al terreno", ha apostillado.

Además, este tipo de apuestas permiten, según la asociación, aumentar el turismo en la zona, apostar por la cultura y fomentar hábitos de vida más saludables. "Muchos de los que participan en este tipo de eventos luego son capaces de vivir de forma más calmada. También activan su faceta más emocional y sensorial. Perciben las cosas de otro modo", ha alegado.

Pasado y futuro

"Este proyecto nació como una forma de encuentro entre personas del mundo de las artes, éramos solo un grupo de amigos que encontramos una serie de espacios donde nuestra creatividad fluía", ha contado Arantegui.

El artista ha ido recopilando lugares que descubre a través del caminar, de su propia experiencia vital. "Encontré magia en esos lugares, y se los enseñé a mis amigos. Yo les hice este regalo y poco a poco ellos se han sumado con sus propuestas. Es el resultado de la simbiosis entre el paisaje y mis propias emociones", ha relatado.

Llegados a ese punto, comprendieron que estas experiencias, este contacto con la naturaleza, llegaban "a lo más profundo del ser, de la esencia de cada uno". "Comenzamos a dar forma a esta idea con un grupo reducido de personas y ahí surgieron las veladas, pero no las podíamos publicitar porque eran espacios abandonados y harían falta muchos permisos", ha detallado.

Y en ese momento, decidieron emprender otro tipo de encuentros, abiertos al público y en lugares a los que acceder sí estaba permitido. Torres de Berrellén, Tramacastilla de Tena, Trasmoz o Utebo han sido algunos de los espacios donde el arte y la naturaleza se han unido durante estos seis años.


Ya se está trabajando en nuevas propuestas para este 2017. Foto: Trarutan
Ya se está trabajando en nuevas propuestas para este 2017. Foto: Trarutan

Con la vista puesta en el 2017, ya han comenzado a trabajar. "Estamos barajando varias posibilidades. Siempre tiene que ser un espacio natural cuyas características nos ayuden a desarrollar el proyecto", ha indicado. Pero también hay que tener en cuenta la financiación. Además de lo que se obtiene por cada entrada, es necesario patrocinio por parte de instituciones, "y esto, obviamente, hay que tenerlo muy en cuenta".

Exposición de la Lonja

A la espera de que llegue el buen tiempo, los interesados en este tipo de experiencias pueden abrir apetito gracias a la exposición de la Lonja de Zaragoza que, bajo el nombre "La mirada rompe el tiempo", reúne a diferentes artistas, entre los que se encuentra Nacho Arantegui.

Allí, hasta el 12 de marzo, se puede disfrutar de un video en el que se resume la actividad de las veladas que se vienen desarrollando desde 2011. También se puede observar de cerca una pieza escultórica que formó parte de La Fantasía de la Alameda (Utebo, 2016). Se trataba de un tronco cubierto por una segunda piel, el vilano algodonoso del chopo, "que contenía las semillas de su ciclo vital". Y, al trasladarse la a pieza se traslada a la urbe, cambia su nombre y muda su piel "tornándose brillante y metalizada para advertirnos del alarmante aumento de la temperatura mundial".