El Aula Hospitalaria, una manera de distraerse aprendiendo

En el Hospital Miguel Servet de Zaragoza no sólo se cura, también se aprende. Este es el objetivo del Aula Hospitalaria, que lleva 21 cursos escolares distrayendo de sus problemas físicos a niños de 3 a 16 años que están ingresados. Hacer deberes, desahogarse, pintar, cantar... cualquier actividad es positiva si se les saca una sonrisa.

Zaragoza.- Los pasillos del Hospital Miguel Servet de Zaragoza no sólo ven pasar médicos, enfermeros, pacientes o familiares, porque en este lugar no sólo se cura, también se aprende. Se aprende a superar dificultades, a esbozar una sonrisa cuando más se necesita, a disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida, a reflexionar sobre sí mismo… Pero también se aprenden matemáticas, lenguaje, inglés, plástica… En definitiva, todo lo que los niños puedan necesitar durante su estancia en el hospital. Esto es posible gracias a María Tallón, Jesús Ibáñez y Eduardo Guillén, los tres maestros del Aula Hospitalaria del Miguel Servet.

Cada mañana, desde hace ya 21 cursos escolares, los distintos profesores que han formado parte de este servicio recorren los pasillos del Servet para visitar, una por una, las habitaciones de los niños que están hospitalizados. Porque el trabajo del aula "no se limita a ese cuarto, hay que imaginársela como un espacio abstracto que se extiende por todo el hospital". Así la define Tallón. Una vez dentro, los maestros intentan "subsanar las necesidades concretas que tiene ese día el niño, tanto educativas como de ocio", explica Tallón. Para ello, les preparan lo que les piden, "hay días que quieren pasatiempos y otros que piden matemáticas".

Las puertas del Aula Hospitalaria se abren a las 10.30 y se cierran a las 13.00 horas. Dos horas y media de total "flexibilidad" porque "nunca se sabe cuántos niños van a estar, ni quién, ni qué tal está". La presencia en el aula siempre debe ser autorizada por el médico, quien también decide cuándo sacar al niño para realizarle cualquier prueba médica necesaria.

El Aula Hospitalaria del Miguel Servet recibe donaciones de material
El Aula Hospitalaria del Miguel Servet recibe donaciones de material

Las actividades que se realizan en el Aula Hospitalaria están supeditadas a la edad del alumno, a su estado, al personal disponible y al tiempo que permanezca el niño hospitalizado. Por ejemplo, si un niño está ingresado debido a una operación de apendicitis o por algo puntual "no se priorizan los deberes, sino que se encuentre bien y distraerles del estrés de la operación", explica Tallón.

"Favorecer la salud mental, emocional y física de los más pequeños" es el principal objetivo a conseguir con niños que pasan largas temporadas entre las paredes de un hospital. "Si necesitan avanzar con su material curricular nosotros les apoyamos, pero si están cansados o preocupados se les propone alguna actividad que les ayude a calmar su mente y su estado de ánimo", destaca Tallón. Al ser en su gran mayoría niños de Oncología, "los que están con dolores por el gotero y cansados no quieren saber nada de estudiar, pero hay algunos que quieren y necesitan trabajar", incide la maestra.

Narrar su experiencia como modo de aceptación 

Uno de los beneficios de que los niños enfermos del Hospital Miguel Servet acudan al Aula Hospitalaria es la socialización: "Es muy importante que salgan de la habitación y socialicen con otros niños, que hablen de sus procesos de salud con normalidad, que expliquen a otros niños por qué se les ha caído el pelo… porque ellos a la vez que lo explican lo integran, lo comprenden y los aceptan", asegura Tallón.

Los talleres de musicoterapia ayudan a mejorar la salud mental de los niños
Los talleres de musicoterapia ayudan a mejorar la salud mental de los niños

Para ayudar a que los pequeños socialicen, los maestros intentan potenciar el trabajo en equipo, como la realización de murales entre varios. Un aspecto menos positivo del aula es que los niños que permanecen un periodo largo de tiempo en el hospital tienen que estar preparados "para ver que sus compañeros nuevos llegan, se curan y se van, mientras ellos siguen ingresados", destaca la maestra. Por este motivo, son ellos mismos los que "se cuentan con libertad lo que quieren contarse".

Relación con esto tiene una de las actividades que realizan en el aula los maestros con los niños, las de inteligencia emocional. Con estas actividades se pretende "que los niños se expliquen, hablen sobre sí mismos, digan cómo se encuentran, qué les gusta, cuáles son sus puntos fuertes y débiles…", cuenta la maestra de primaria.

Viajar por distintos países del mundo

Además de actividades de inteligencia emocional, en el aula trabajan por centros de interés. Esto quiere decir que enfocan todas sus actividades en una temática, que este año es viajar por distintos países del mundo como Irlanda o los países que componen Laponia. "Hemos hecho actividades de lectoescritura y artísticas orientadas a descubrir más sobre estos países, para ello hemos explorado en Internet y hemos creado distintos materiales a partir de procesadores de textos o de Power Point", explica María Tallón, quien añade que, por su parte, hay un "interés muy serio en evitar que los niños estén enganchados a las pantallas durante mucho tiempo".

Los niños también recibieron la visita de Divercine
Los niños también recibieron la visita de Divercine

Gracias a esta temática, los niños se dibujaron a sí mismos y se colocaron sobre fotografías de Irlanda para representar un "selfie" simulando que habían estado en el país. De esta manera realizan otra de las actividades que se desarrollan en el aula, la parte artística, que los niños de larga estancia realizan cuando no tienen deberes. En estas actividades, los niños utilizan todo tipo de materiales: pinturas, acuarelas, pastel, oleo, ceras, lapiceros… Según Tallón, estas son "fundamentales para su salud mental porque prestan atención plena a una actividad mental y, de esta manera, descansan la mente y el cuerpo de sus preocupaciones físicas".

Colaborar por una sonrisa

El Aula Hospitalaria del Miguel Servet cuenta con numerosos colaboradores como la aecc, cuyos voluntarios ayudan a los maestros en el aula en algunas ocasiones, fomentando así un aprendizaje más personal. Además, los niños también reciben donaciones de material de algunas asociaciones como Aspanoa, que también son colaboradores.

La Universidad de Zaragoza también colabora con el aula llevándoles a los más pequeños demostraciones de algunos experimentos. Hace poco, les mostraron cómo funciona el nitrógeno líquido y, según la maestra María Tallón, "aquello causó sensación".

En general, Tallón explica que a los niños les gustan las colaboraciones en las que es necesaria la implicación, las más prácticas. Es el caso de las de Musethica, donde los niños juegan con la música; las de La Butaca Roja, donde ven películas y aprenden sobre cine; o las del Museo de Zaragoza, en las que realizan excavaciones arqueológicas supuestas. Otros colaboradores son Believe in Art, la Asociación Aragonesa de Escritores o los Museos del Ayuntamiento de Zaragoza. En definitiva, se trata de la mejor manera de aprender divirtiéndose y de conseguir sacar una sonrisa en los momentos más complicados.